Tras las crisis diplomática con Marruecos, que devino en otra migratoria causada por la entrada de unas 10.000 personas en 48 horas por las fronteras de Ceuta y Melilla, el Ejecutivo de Pedro Sánchez está evaluando dejar atrás el régimen especial con el que cuentan las ciudades autónomas en Schengen y solicitar la presencia en ellas de los agentes de Frontex, la agencia europea de fronteras.
"Una de las cuestiones que estamos evaluando es si conviene incorporar a la agencia Frontex en la vigilancia de las fronteras exteriores de la Unión Europea en Ceuta y Melilla", afirma este domingo la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, en una entrevista en La Vanguardia.
Este planteamiento representa un cambio en la tradicional postura del Gobierno español sobre la presencia de este cuerpo europeo en Ceuta y Melilla. Ejecutivos populares y socialistas han rechazado de plano en varias ocasiones esta posibilidad, aparentemente, para no molestar a Marruecos. La última vez, de hecho, fue el pasado mes de mayo, tras la oferta del director de la agencia, Fabrice Leggeri.
El cambio de postura ahora se enmarca en un viraje más acusado: el Gobierno de Pedro Sánchez quiere reforzar la idea de que Ceuta y Melilla son fonteras exteriores de la Unión Europea.
"Ceuta y Melilla tienen unas especificidades que nosotros estamos revisitando a la luz del plan de recuperación que se está poniendo en marcha y se ha propuesto examinar si ha lugar el anclaje de las dos en la Unión Europea, que por supuesto que pertenecen a la UE", apuntó el pasado martes González Laya.
Días antes, ya constató la prerrogativa el secretario de Estado para la Unión Europea, Juan González-Barba. El diplomático confirmó tras una reunión con el presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas, que el Ejectivo estudia suprimir el régimen especial de las ciudades autónomas e incluirlas en el espacio Schengen y la unión aduanera, decisiones que provocarían de facto que el control fronterizo de las mismas pasara a la frontera con Marruecos y la exigencia de un visado para entrar.
Eso sí, la premisa del Gobierno pasa por contar con el consenso de los respectivos gobiernos de Ceuta y Melilla. "Nada se hará sin el consenso con las autoridades de ambas ciudades", matiza González Laya en la entrevista.
De la misma forma, González-Barba apuntó que la "plena integración" en Schengen requerirá de "un amplio consenso", en referencia también al conjunto de las fuerzas políticas del Parlamento.
Por el momento, queda sobre la mesa la "disposición a considerarlo seriamente en una propuesta suficientemente motivada y con un amplio consenso de ambas ciudades", lo que requerirá, después, "negociar y asegurar los suficientes consensos dentro de todas las fuerzas políticas", resumió el secretario de Estado.
Sáhara
En la entrevista publicada este domingo, la ministra de Exteriores también se pronuncia sobre la cuestión del Sáhara. "Entendemos perfectamente que Marruecos tiene una sensibilidad muy grande sobre este tema", asiente González Laya, que redunda en la idea de que España actúa con una "actitud respetuosa" que "incluye no querer influir en la posición que pueda adoptar Estados Unidos".
La ministra insiste en la postura oficial del Gobierno -"una solución negociada en el marco de las Naciones Unidas"- y matiza que, "en ese marco, estamos dispuestos a considerar cualquier solución que Marruecos proponga, teniendo muy claro que no le corresponde a España la mediación, puesto que este papel deben desempeñarlo las Naciones Unidas".