La venta de test Covid-19 sin prescripción médica en las farmacias españolas está cada vez más cerca y, por ello, el Gobierno de España está cerrando los últimos flecos para su puesta en marcha. Uno de ellos es el precio con el que se venderán. Algo que dependería, principalmente, del mercado y tendrá un IVA "tipo cero".
Así lo ha confirmado el propio Gobierno de España en una respuesta parlamentaria registrada en el Congreso de los Diputados en la que establece que los productos diagnósticos in vitro del SARS-CoV-2 que sean conformes con los requisitos aplicables establecidos en la Directiva 98/79/CE y el Reglamento (UE) 2017/746 "podrán beneficiarse del tipo cero".
Esto ocurrirá gracias a la disposición final séptima del Real Decreto-ley 35/2020, de 22 de diciembre, de medidas urgentes de apoyo al sector turístico, la hostelería y el comercio y en materia tributaria (BOE de 23 de diciembre) en el que se establece el IVA de productos sanitarios, como las vacunas contra el coronavirus.
En lo que se refiere al impuesto sobre el valor añadido a las entregas, importaciones y adquisiciones intracomunitarias de determinados bienes y prestaciones de servicios "necesarios para combatir los efectos del SARS-CoV-2", se explica que habrá tipo cero a diferentes tipos de productos. Entre ellos, los "productos sanitarios para diagnóstico in vitro del SARS-CoV-2" que se van a vender en las farmacias españolas.
Eso sí, para que puedan beneficiarse de este tipo impositivo cero deberán de acogerse a los requisitos establecidos en la Directiva 98/79/CE del Parlamento Europeo. Como por ejemplo haber pasado los correspondientes controles de calidad.
Sin seguimiento
Como ya adelantó EL ESPAÑOL, el proyecto de que estos test se vendan en las farmacias se lleva fraguando varios meses. Tras la publicación de un proyecto de Real Decreto, las farmacias se empezaron a prepararse adquiriendo estos materiales que ya se venden sin receta en países como Alemania, Portugal o algunas partes de Francia.
Uno de los principales inconvenientes de la norma es que no se va a localizar a los positivos. Es decir, cuando una persona adquiera un test en una farmacia, y se haga la prueba, será el único responsable de notificar que ha dado positivo.
Esto supone un problema según algunos colectivos profesionales que aseguran que es necesaria una correcta gestión de positivos para "aportar la información epidemiológica necesaria para su seguimiento".
Cuando el Ministerio de Sanidad presentó la ley aseguró que traería muchos beneficios para la sociedad pues permitiría a la población general realizarse pruebas "sin la intervención de un profesional sanitario".
Algo que busca reducir la presión asistencial de los centros sanitarios y permitir identificar "rápidamente" las sospechas de casos positivos.
Hay que recordar que, a principios de mes, el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso solicitó al Ministerio de Sanidad que autorizara a las farmacias realizar test de antígenos para aumentar la capacidad diagnóstica, y con la idea de incluir a las farmacias en la estrategia de detección precoz mediante test de antigénicos en cribados poblacionales.
El Ministerio, finalmente, solo autorizó la segunda opción: test en zonas con alta transmisión donde se hagan cribados. Mientras tanto, otros países europeos, como Alemania, Francia Austria, Holanda y Portugal, ya venden estos test sin necesidad de receta. Un carro al que, ahora, se suma España.