Sánchez, este martes en La Moncloa.

Sánchez, este martes en La Moncloa. EFE

España INDULTOS

Sánchez confía en sujetar a ERC a cambio de nada más: ni referéndum ni vuelta al Estatut recortado por el TC

La reunión con Aragonès se producirá en los próximos días y en ella el presidente blandirá los indultos para pedir gestos a los independentistas. 

23 junio, 2021 02:57

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Aprobados en el Consejo de Ministros de este martes los indultos a Oriol Junqueras y los otros ocho dirigentes independentistas condenados por sedición, Pedro Sánchez cree que ahora el tablero ha cambiado, y que le toca al presidente catalán, el republicano Pere Aragonès, hacer algún gesto.

La primera reunión entre ambos podría producirse de manera inminente, posiblemente la semana que viene, y en ella el presidente del Gobierno confía en embridar a ERC tras la concesión de la medida de gracia a su líder. Una medida que, estiman, resta argumentos a los independentistas y evita que adopten una actitud victimista. 

De hecho, en Moncloa aspiran a no conceder nada más en la negociación bilateral que ahora se abre: por supuesto ni referéndum ni amnistía -las dos reivindicaciones del Govern de los republicanos con Junts Per Catalunya, la formación de Carles Puigdemont, que según reitera el Ejecutivo no caben en la Constitución- pero tampoco una vuelta a las partes del Estatut recortadas en su día por el Tribunal Constitucional. "No estamos en ese punto" zanjan en Moncloa, donde resumen con una gráfica frase la actitud para la llamada mesa de diálogo: "Nosotros nos hemos movido, ¿ellos?".

Pere Aragonès, este martes durante la reunión del Govern.

Pere Aragonès, este martes durante la reunión del Govern. EFE

La propia portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, se esforzaba en marcar y reiterar los límites a los independentistas durante su rueda de prensa (posterior a la comparecencia sin preguntas de Sánchez para anunciar los indultos) por el Consejo de Ministros.

"Este Gobierno no va a convocar un referéndum en Cataluña para la autodeterminación, ni va a permitir una declaración unilateral de independencia, en esto el presidente del Gobierno siempre ha sido muy franco" aseveraba. 

"Empezar de nuevo"

Preguntada sobre qué podría ofrecer entonces a Aragonés y los suyos, Montero decía que, aunque no "desde cero" sí que habría que "empezar de nuevo". Pero, matizaba, que en todo caso tratando de evitar "generaciones de expectativas que no se puedan materializar, porque eso genera desapego, desconcierto, y yo diría frustración, tanto en la ciudadanía, que es lo que más me prepocupa a mí, como en los responsables políticos que promueven ese tipo de iniciativas".  

Una clara advertencia a los separatistas que repetía en varios momentos de su comparecencia, como cuando, por ejemplo, decía que, tras los indultos, "ya no depende del Gobierno de España ni del conjunto de la sociedad española la actitud en la que se muevan los grupos independentistas. Espero que se muevan en esa actitud que permita dar pasos hacia adelante y no pasos que son inmovilistas, que ocasionan parálisis y, en el peor de los casos, frustración", concluía. 

María Jesús Montero, este martes en la sala de prensa de La Moncloa.

María Jesús Montero, este martes en la sala de prensa de La Moncloa. EFE

Pese a todo, en el Ejecutivo admiten que no tienen aún la tecla con la que lograr el entendimiento con el Govern de Aragonés. Aunque tanto los dirigentes gubernamentales como los socialistas suelen evitar en sus declaraciones aludir expresamente a un nuevo Estatuto, esa es la propuesta de fondo con la que pretenden transaccionar con los postulados de máximos de los separatistas.

Una reforma estatutaria con el objetivo de profundizar en el autogobierno catalán o avanzar, como dijo el ministro de Política Territorial y líder del PSC, Miquel Iceta, en una reciente entrevista en EL ESPAÑOL, hacia un Estado federal. 

Una propuesta, en cualquier caso, claramente insuficiente para los planteamientos del independentismo. El pacto de coalición entre ERC y Junts Per Catalunya para la investidura de Aragonés, que también necesitó del apoyo de la CUP, pone encima de la mesa tanto la amnistía como un nuevo referéndum para, como muy tarde, 2023.

Aunque en la lógica de Moncloa ese acuerdo, como casi todo lo anterior a la "histórica" aprobación de los indultos, forma parte del pasado. 

Sánchez ha apostado fuerte por los indultos, y espera recoger frutos políticos de ello. La evolución de la negociación con Aragonès demostrará hasta qué punto ese cálculo es o no erróneo.