El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) ha aprobado el protocolo de incapacidad ligado a la práctica de la eutanasia. La norma servirá para que los médicos puedan discernir si un paciente está capacitado o no para decidir sobre su vida en el caso de haber solicitado la eutanasia.
El documento es uno de los dos que debe aprobar el CISNS según la ley orgánica de la eutanasia que entrará en vigor el próximo viernes, 25 de junio.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha explicado que, aunque tenían tiempo hasta el 25 de septiembre para aprobar el protocolo, se han querido adelantar y hacer de la ley una legislación "garantista" desde su origen.
Por otro lado, Darias ha asegurado que también están elaborando el Manual de Buenas Prácticas en colaboración con las diferentes comunidades autónomas. Este documento, según ha prometido Darias, estará vigente antes de que finalice el verano.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL, el protocolo de incapacidad será de especial utilidad para aquellas personas que no hayan realizado un documento de últimas voluntades si, en el momento de su solicitud, han perdido alguna forma de comunicación. Por ejemplo, el habla.
Tres fases
El protocolo tiene tres fases: una primera entrevista con el médico, unos cuestionarios técnicos elaborados por expertos y una última oportunidad que cuenta con un segundo experto. Si el paciente no pasara ninguna de las tres pruebas, la eutanasia se rechazaría.
El objetivo de la primera entrevista, según consta en el documento, es que el médico tenga claro que la persona que solicita la eutanasia lo hace de forma voluntaria y razonada. "Libre", insiste el texto.
En el caso de que el facultativo tenga dudas a este respecto, sería cuando pasaría a la fase dos y tres.
Si el paciente no supera ninguna de las tres fases y no convence a los profesionales de que quiere solicitar la eutanasia de forma voluntaria, su caso pasará a la Comisión de Garantía y Evaluación. Órgano dependiente de cada comunidad autónoma y que debe estar listo para este viernes.
Aunque el médico que haga la primera revisión es el responsable de la misma también debe contar con un especialista (en este caso alguien que esté formado en la patología que padece el paciente). Es decir, si un enfermo con cáncer solicita la eutanasia además del médico que gestiona esta tramitación, deberá de aprobarse por un oncólogo.