La pandemia de la Covid-19 ha cambiado muchos aspectos de la vida tal y como se conocía antes. ¿Uno de ellos? La forma de educar a los más pequeños.
Tras un abrupto final de curso durante el año 2019/2020, el reto de la Administración era superar el 2020/2021 con los medios que se tenían: pocos profesores y una digitalización parcial del sistema educativo. Aun así, lo han logrado con muy buena nota.
El esfuerzo de padres, educadores y alumnos ha conseguido que en ninguna semana del curso escolar haya habido más de 45 centros educativos cerrados por la pandemia. Cifra muy baja que supone sólo el 0,2% del total de los centros del país.
Según los datos aportados por el Ministerio de Educación a EL ESPAÑOL, ninguna semana desde el inicio de curso se ha superado el 2% de las aulas cerradas.
Por ejemplo, durante el segundo trimestre del curso escolar, el 99,6% de las aulas permanecieron abiertas y sólo un 0,4% en cuarentena.
La ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, ha reiterado en varias ocasiones el esfuerzo de profesores y alumnos en un año en el que la Covid-19 ha impedido actos tan rutinarios como un recreo donde los alumnos de diferentes aulas puedan jugar juntos.
Ventilación cruzada, mascarillas para mayores de seis años, las conocidas como aulas burbujas y un desdoble de personal han hecho que España, al contrario de otros países como Alemania, no haya tenido que cerrar sus centros educativos durante todo el curso.
Aun así, y como ha ocurrido en todo el territorio, las olas epidemiológicas también se han dejado notar en los colegios. Los gráficos que reflejan el porcentaje de aulas o grupos en cuarentena de España muestran un claro repunte durante la segunda y la tercera ola.
Durante los meses de octubre y noviembre el porcentaje de clases que estaban en cuarentena subió hasta el 1,5% frente a 0,5 o 0,6% de media.
Lo mismo ocurrió en la tercera ola epidemiológica que llego tras las vacaciones de invierno. En el mes de enero, las gráficas notan de nuevo un incremento. El 1,4% de las aulas estaban en cuarentena durante la semana del 27 de enero frente al 0,3% del 14 de abrir.
¿Por qué?
Las buenas cifras españolas no se quedan únicamente en el territorio nacional. Además de no haber cancelado nunca la educación presencial durante este curso, como si han hecho Francia, Holanda, Reino Unido o Alemania, España es uno de los países de la OCDE donde sus alumnos menos clases perdieron en el curso 2019/2020.
Tener un clima menos frío que otros países de nuestro entorno han permitido que la ventilación cruzada fuera una realidad hasta en pleno enero en algunas zonas del país. Además, los menores han sido los que mejor han entendido la utilidad de las mascarillas y los profesores han sido considerados prioritarios en la campaña vacunal.
Además, el Ministerio ha puesto todo su interés en continuar con esta buena racha. Aunque durante el curso escolar 2021/2022 se van a relajar las medidas de contención del virus, la intención de Celaá es que todos los alumnos estén vacunados en septiembre. Por lo menos con la primera pauta.
Hay que recordar, además, que los profesores han sido un colectivo que siempre se ha posicionado en favor de la presencialidad. Sólo una vez han pedido atrasar la asistencia a las aulas en el curso 2020/2021, y fue tras el final de las vacaciones de Navidad.
Un posible contacto "en exceso" entre menores por las vacaciones y el temporal Filomena (que, sobre todo en la zona centro, hacía casi imposible ventilar las aulas) se postularon como las razones para atrasar la vuelta al cole tras las navidades.
Pero esto sólo se materializó en algunos puntos de la península más afectados por las nieves (como Madrid o Castilla-La Mancha) o en regiones donde la incidencia acumulada del coronavirus era muy alta, como Extremadura.
Al inicio de la pandemia se fue muy crítico con que los centros escolares estuvieran cerrados. Sobre todo durante el mes de mayo y junio cuando ya se empezaban a abrir comercios y hostelería.
Por ello, ahora el Ministerio de Sanidad, el de Educación y las comunidades autónomas han elaborado un documento de acciones coordinadas donde se pauta qué cerrar si suben los contagios.
En ningún momento se contempla cerrar escuelas, algo que sí se estudia con los teatros, bares, gimnasios, bibliotecas u otros centros en los que se concentran un gran número de personas.