Tuvieron que llevar a los perros de la Unidad Canina, especializados en la localización de dinero negro, a la mansión y las sedes de las empresas de José Luis Moreno para registrarlo todo en profundidad. Al terminar, bien entrada la madrugada, los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil se habían logrado incautar de un cuantioso botín: 200.000 euros en billetes, pagarés de entidades por valor de 400.000 euros, 9 vehículos de alta gama, máquinas de contar dinero e incluso talonarios.

Además, se llevaron de allí una ingente cantidad de documentación y de teléfonos que todavía tendrán que analizar. Es el primer resultado de la operación Titella, según revelan a EL ESPAÑOL fuentes policiales. Una trama en la que el famoso ventrílocuo y productor televisivo estaba presuntamente implicado, una red internacional de blanqueo de capitales de enormes proporciones que llevaba años actuando desde España.

Él, revelan los investigadores, ostentaba en su seno uno de los más relevantes papeles. Gracias a su reputación y a su imagen, la trama lograba disfrazarse con una apariencia de seriedad a la hora de lograr sus objetivos. Los integrantes -hasta el momento hay 53 detenidos- dedicaban su tiempo a crear centenares de sociedades pantalla (unas 700) con las cuales habrían captado en los últimos años una cifra cercana a los 50 millones de euros.

El chalet de Moreno tiene de 5.000 metros cuadrados y está ubicado en la urbanización Monte Encinas del municipio madrileño de Boadilla del Monte.

Gran parte del dinero en metálico hallado estaba en una caja fuerte que los agentes del Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT), especializados en la apertura de las mismas, tuvieron que forzar en la tarde del martes para abrirla. Ello fue así debido a la nula colaboración de Moreno quien no les proporcionó la contraseña y quien en ningún momento facilitó las cosas a los agentes que acudieron a su casa a detenerle.

Registros

Los registros en la mansión y en la sedes madrileñas de sus sociedades comenzaron a primera hora del martes y duraron hasta esta madrugada. El empresario durmió en la comisaría de Moratalaz, como el resto de detenidos en la Comunidad de Madrid, y pasará a disposición del juez de la Audiencia Nacional este jueves. Será él quien decida si decreta su ingreso en prisión y en qué condiciones.

Los agentes han logrado detectar distintos vehículos de alta gama adquiridos por distintos miembros de esta red a lo largo de los últimos años: Ferraris, Mercedes-Maybach. Algunos habrían logrado enriquecerse en gran medida en el seno de esta organización.

Así funcionaba la trama

Según relatan fuentes de la investigación a EL ESPAÑOL, con esas sociedades mercantiles ofrecían proyectos empresariales de todo tipo a entidades bancarias. Y a través de ellas captaban todo el dinero para la trama.

Una vez esos millones de euros en fondos llegaban a su poder, los proyectos nunca se materializaban, y el dinero finalmente desaparecía fluctuando hacia los bolsillos de la red en la que estaba José Luis Moreno. Los bancos no volvían a saber nada más de esas personas a las que les habían prestado tal cantidad de dinero.

Era así como funcionaba la organización, que llevaba activa por lo menos cinco años. Estas mismas fuentes aseguran también que el afamado productor de televisión tenía uno de los papeles preponderantes en ella. De influencia directa. "Tomaba decisiones", llegan a concretar.

Cuando se presentaban ante los bancos se les aparecían como "gente dispuesta a invertir". Contaban con el nombre de Moreno, así como su prestigio, aportando seguridad. Para perpetrar el sistema de blanqueo, la red contaba con la participación activa en el delito de directores de bancos, una notaría y hasta productores de televisión

Una vez se hacían con el dinero de los créditos de las entidades bancarias a las que lo solicitaban, lo blanqueaban a través de paraísos fiscales como Suiza, Panamá y o las islas Maldivas. 

Tras las pesquisas emprendidas por la Policía Nacional y la Guardia Civil a lo largo de los últimos dos años y medio, se ha podido constatar cómo, una vez se captaban los fondos, activaban una maquinaria perfectamente estudiada donde el 'peloteo' de cheques, la facturación simulada y la falsificación de documentos mercantiles era la actividad ordinaria.

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