La ocupación hospitalaria se dispara en la costa en pleno tsunami de contagios de Covid-19
El número de contagios ha aumentado un 114,7% en los últimos diez días, lo que supone un hito desde la primera ola.
6 julio, 2021 02:01Noticias relacionadas
De esta nueva ola de verano se dice constantemente que traerá muchos casos pero pocos hospitalizados… y es verdad. Ahora bien, hablamos en comparación con otras olas, es decir, nos referimos a números relativos. Es cierto que habrá muchos menos hospitalizados en proporción a los positivos detectados que los que hubo en marzo de 2020, en octubre o en enero de 2021, y, desde luego, habrá aún menos muertos, pero eso no quiere decir que debamos conformarnos con cifras que parece que van a ser más altas de lo que imaginábamos hace apenas dos o tres semanas.
La velocidad a la que se está extendiendo el virus hace que el número de casos se haya disparado en diez días un 114,74%, lo que supone un hito desde que pasáramos la primera ola, cuando apenas se podían contabilizar los casos. Este último fin de semana se han detectado 32.607 positivos, cuando el pasado fueron 10.179, es decir, tres veces más. La incidencia en 14 días sube de los 152,82 del viernes a los 204,16 actuales. En el grupo de 12 a 29 años, supera ya los 600 casos por 100.000 habitantes. Hablamos ya de cifras muy altas y muy difíciles de gestionar por parte de los servicios de atención primaria.
Aparte de los jóvenes y, en general, los no vacunados con pauta completa -cada vez menos en España, pero aún 26 millones, según el último informe de Sanidad- el virus va a extenderse irremediablemente por una parte de la población vacunada. Un porcentaje ínfimo, de acuerdo, muy inferior al de otras olas, pero que merece la pena ser tenido en cuenta y que exige la mayor precaución. De hecho, ya estamos viendo una subida en el número total de hospitalizados que, de acuerdo, no va a suponer un colapso de la atención hospitalaria, pero eleva muchísimo el riesgo individual de acabar ingresado o en una cama UCI.
Los números generales no parecen demasiado preocupantes, pues el número total de hospitalizados en toda España ha pasado de 2.495 a 2.723 en siete días, una subida de apenas un 9,13%. Ahora bien, si vamos al detalle, vemos situaciones realmente preocupantes. Es lógico que los contagios se multipliquen allá donde las interacciones sociales son mayores y más descontroladas. De lunes a lunes, las incidencias se han doblado o casi en Asturias, Cantabria, Comunidad Valenciana, Extremadura y Navarra. En Baleares, Cataluña y Castilla y León, directamente se han triplicado. El problema es que también en varias de esas comunidades vemos un aumento importante de hospitalizaciones.
Quizá la situación más grave en ese sentido sea ahora mismo la de Cataluña, donde hemos pasado de 473 hospitalizados a 621 en solo siete días, el número total más alto de todo el país. Hablamos de un aumento de un 31,29% semanal. En términos porcentuales, el mayor aumento lo vemos en Baleares (+104,65%), seguida de Comunidad Valenciana (+92,8%), Cantabria (+45,45%), Asturias (+33,33%), Murcia (+26,08%), Castilla La Mancha (+15,15%), Galicia (+13,46%), Navarra (+9,52%), Canarias (+9,49%), La Rioja (+5%) y Aragón (+1,33%).
Como siempre, hay que tener en cuenta que hablamos de términos porcentuales y que en ello influye mucho el hecho de que hubiéramos conseguido reducir la ocupación hospitalaria a mínimos de julio del año pasado. No es lo mismo, obviamente, crecer un 50% sobre 500 hospitalizados que hacerlo sobre 100. Aun así, como tendencia, nos avisa de que no podemos quedarnos de brazos cruzados ante lo que estamos viviendo y que convendría, desde el sentido común, imponer un control más estricto a esta nueva normalidad sin necesidad de restringirla por completo.
De hecho, es muy probable que para finales de semana superemos el umbral de los 250 casos por 100.000 habitantes en al menos siete comunidades autónomas (Asturias, Baleares, Cantabria, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana y Navarra). Esto sitúa a esas regiones, que dependen en buena parte del turismo en verano, en una situación muy delicada. Las prohibiciones y restricciones de los distintos países a la hora de entrar y salir a las mismas pueden multiplicarse en los próximos días si no conseguimos parar o al menos mitigar la actual ola. Insisto en que complacerse en el hecho de que sería mucho peor sin vacunas no implica que la situación sea buena en absoluto. No lo es.
El número de fallecidos en la última semana consolidada sigue estable en 12,3 de media diaria, pero lo normal es que vaya creciendo según crecen los demás parámetros. No a la misma velocidad ni mucho menos, pero si podemos encontrarnos con el doble o el triple de esa cifra, como ha sucedido ya en Reino Unido, donde la media semanal ha pasado de seis a principios de junio a los actuales diecisiete. No va a haber ya quince mil muertos en dos meses como hubo entre enero y febrero pero todas las muertes que se puedan evitar deben evitarse. El reto es encontrar un punto medio entre el alarmismo conducente al pánico y la pasividad en forma de “no pasa nada, estamos protegidos”. Algunos lo están y otros, no. Incluso dentro de los que creen que no están, algunos tendrán problemas. Cuidémosles y cuidémonos.