El rey Felipe VI felicitó al monarca Mohamed VI por sus 22 años en el trono, que se cumplieron este viernes, y le transmitió la "profunda amistad compartida", según el texto del mensaje difundido por la agencia marroquí MAP.
En la misiva, Felipe VI, que se expresa en su nombre "y en nombre del Gobierno y el pueblo españoles", trasmitió al soberano alauí "los mejores deseos de salud y prosperidad al muy querido pueblo amigo marroquí".
Asimismo, el rey de España expresó sus "más sinceras felicitaciones y mejores deseos de bienestar para el soberano y la Familia Real" marroquí, según MAP.
Esta es la primera misiva que se intercambian los dos monarcas desde el estallido en abril pasado de la crisis diplomática entre Marruecos y España y que tuvo su desencadenante en la presencia del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en España tras ser ingresado de manera secreta en un hospital de Logroño.
El país magrebí reaccionó permitiendo que una avalancha de miles de inmigrantes irregulares entrara en Ceuta los días 17 y 18 de mayo y llamando a su embajadora en Madrid, Karima Benyaich, a consultas.
El pasado día 29, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, recomendó, en una rueda de prensa ofrecida en el Palacio de la Moncloa, actuar con "discreción" para tratar de resolver la crisis diplomática abierta con Marruecos, al que definió como "un socio estratégico" para España.
Silencios
Por su parte, el rey Mohamed VI dedicó su discurso del trono de este año a tender puentes con la vecina Argelia, pero no mencionó ni una sola vez a España, el otro país vecino con el que Marruecos vive una profunda crisis desde el pasado mes de abril.
Había expectación por ver si el monarca se refería de algún modo a España, sobre todo tras las señales de apaciguamiento llegadas desde Madrid, pero el rey no hizo ni siquiera una alusión indirecta al vecino del norte.
Más delgado y pálido que en sus últimas apariciones y visiblemente cansado, el monarca dedicó la mayor parte de su discurso a lanzar mensajes conciliadores hacia Argelia y reclamar la apertura de las fronteras terrestres, cerradas por decisión argelina desde 1984.
El monarca lamentó "las tensiones mediáticas y diplomáticas que agitan las relaciones entre Marruecos y Argelia, que perjudican a la imagen de los dos países y dejan una impresión negativa", un discurso que contradice los ataques recurrentes de los medios marroquíes, oficiales o privados, hacia el país vecino.
Curiosamente, la crisis desatada con España por la entrada en secreto del líder del Frente Polisario Brahim Gali tuvo también como protagonista a Argelia, pues Gali salió finalmente de España a bordo de un avión fletado por la Presidencia argelina el 1 de junio último e ingresado de inmediato en un hospital de ese país, donde recibió la visita del mismo presidente Abdelmajid Tebboun y la cúpula militar argelina. Ese papel de Argelia no ha merecido ni el menor comentario por parte de Marruecos, ni entonces ni posteriormente.