El presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, propuso, durante la Conferencia de Presidentes, que la mascarilla sea obligatoria durante todos los inviernos -de diciembre a marzo- para evitar contagios de todo tipo de coronavirus. Medida que no obtuvo una gran respuesta por parte de sus iguales en otras regiones pero que, con los datos en la mano, no parece tan descabellada.
Y es que, según el último informe del Centro Nacional de Epidemiología dependiente del Instituto de Salud Carlos III, los casos de gripe en España se han reducido un 98,88% desde el 2019. Según dicho informe, en la última semana de julio de 2019, el país había notificado 523.089 casos de gripe que, este 2021, se han reducido hasta 5.841.
Hay que recordar que, aunque la medida de llevar mascarilla se implantó en el verano de 2020, muchas personas ya utilizaban este método de protección desde que se desencadenara la epidemia de la Covid.
Aun así, la diferencia de datos también es reseñable respecto a ese año. En la misma semana 26 en la que España ahora registra los citados 5.841 casos de gripe, la cifra se elevaba hasta lo 468.565 en 2020.
La tendencia española no discierne mucho de la que se ha vivido en toda Europa pues, la medida de usar mascarilla, es algo que se ha extendido en la mayoría de los países del viejo continente. Así, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) señala que esta temporada la actividad gripal notificada se ha mantenido en un “nivel muy bajo”, sin sobrepasar el umbral epidémico establecido.
“Probablemente debido al impacto que han tenido las medidas de salud pública implementadas para la reducción de la transmisión de SARS-CoV-2”, explican en su informe. Bien es cierto que el ECDC notifica que ha habido un “ligero descenso” en el número total de pruebas analizadas.
Aun así, el organismo europeo asegura que el porcentaje de positividad de la gripe ha descendido más de un 99% comparado con temporadas previas, con un número semanal de detecciones similar al habitual en inter-temporadas. Es decir, épocas estivales en las que el virus casi no se manifiesta.
Más allá de la gripe
Pero no sólo la gripe ha visto disminuir su presencia con el uso de la mascarilla. Le ocurre también a otras enfermedades en cuya transmisión está incluida la saliva, secreciones nasales u otro tipo de gotas.
Por ejemplo, los casos de sarampión notificados por el ISCIII ha sido de cero en lo que va de año. En la misma fecha, en 2020, la cifra se elevaba hasta 72. Esta dolencia se contagia a través del contacto directo con las secreciones nasales o de la garganta de personas infectadas, o con menor frecuencia, a través de la transmisión aérea.
Otra enfermedad similar, como la varicela (se transmite directamente de persona en persona al tocar las ampollas de alguien infectado o a través de su saliva o flujos nasales), ha reducido su total de casos de 9.815 (en 2020) a 2.579 (2021).
Servicios sanitarios
Además de evitar nuevos contagios, la medida de Fernández Vara se ha presentado también como una forma de reducir la presión asistencial por este tipo de dolencias u otros coronavirus más allá del SARS-CoV-2.
Como adelantó EL ESPAÑOL, la mascarilla ha demostrado su eficacia no sólo contra el nuevo coronavirus, sino también frente a importantes virus infantiles como el VRS (bronquiolitis) que sólo mostró su cara cuando se levantó la obligatoriedad de usar mascarillas.
La bronquiolitis es una infección característica de los niños menores de dos años y está causada, en un 85% de los casos, por el virus respiratorio sincitial. Sus síntomas están bien definidos y casi todos los padres los conocen bien: "Es un cuadro catarral, con rinorrea (congestión nasal), tos y, después de unos días, dificultad para respirar, con pitos y sibilancias". Sucede lo contrario con la Covid en niños, que se presenta con una gran variedad de síntomas, si bien en los casos que ingresan siempre se hace una prueba diagnóstica para diferenciar una y otra.