El avión A400 de las Fuerzas Armadas con el primer grupo de evacuados españoles y colaboradores afganos y sus familiares ha aterrizado en la base aérea militar de Torrejón de Ardoz (Madrid) a las 4.30 horas con medio centenar de personas. El contingente estaba compuesto por un total de 53 personas, de las cuales cinco eran ciudadanos españoles.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y el de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, han recibido al contingente a pie de pista. Albares se ha comprometido a "no va a cejar en el empeño" y "traer al máximo número de personas en el menor tiempo posible".
Tras recoger a los evacuados en el aeropuerto de Kabul, la aeronave despegó desde Dubái (Emiratos Árabes Unidos) y tras unas ocho horas de vuelo, ha llegado a Madrid.
En el dispositivo de acogida han participado el Ministerio de Defensa y el de Migraciones, así como la Unidad Militar de Emergencias (UME) y la Cruz Roja. Los recién llegados han sido sometidos a un test para detectar la Covid-19 (todos han dado negativo).
Además del avión que ha llegado a Madrid, otros dos A400M, uno de ellos medicalizado, esperan en Dubái para poder volar a Kabul y proseguir con la operación de repatriación de más ciudadanos afganos que han colaborado durante años en la misión militar y de cooperación de España en Afganistán.
72 horas en un campamento
Los afganos evacuados de su país por el Gobierno permanecerán alojados un máximo de 72 horas en el campamento instalado en la base militar de Torrejón y, posteriormente, se distribuirán por centros de acogida del Estado mientras se tramita su petición de asilo.
Escrivá ha explicado que no va a ser necesario recurrir a la oferta formal de acogida formulada por cinco comunidades autónomas -Cantabria, Extremadura, Cataluña, País Vasco y Murcia-, así como por el Ayuntamiento de Barcelona, al tener el Estado recursos suficientes para darles cobijo.
En declaraciones a los periodistas tras el aterrizaje del avión, Escrivá ha detallado cómo va a ser el proceso de integración de los colaboradores afganos y sus familias tras su llegada a Madrid.
"Hemos intentado que la recepción sea lo más digna y acogedora posible en las circunstancias presentes. Han sido colaboradores de España y lo que estamos haciendo es de recibo. Es lo que tenemos que hacer con personas tan abnegadas y que han sido tan estrechos con nosotros", ha subrayado Escrivá.
"Con la expectativa que tenemos de personas que van a llegar, todos estarán en centros propios de la red estatal de acogida en distintos puntos de España o de algunas o entidades que colaboran con nosotros", ha señalado el ministro.
Ayuda psicológica, clases de español
En el caso de familias más numerosas, los afganos dispondrán de pisos para vivir con más comodidad.
Escrivá ha agradecido la disponibilidad de las comunidades autónomas que se han dirigido de manera formal para acoger refugiados, así como al consistorio de Barcelona, pero ha hecho hincapié en que el Estado "tiene por el momento capacidad suficiente" para albergarles.
En los centros de acogida, los afganos aprenderán español, recibirán ayuda psicológica y tendrán relación con las distintas administraciones con el fin de "ir ganando autonomía".
Transcurridos entre seis y nueve meses, Escrivá ha señalado que la previsión es que cada familia pueda vivir sola como colofón al proceso de integración.
El objetivo de Albares
El ministro Albares ha garantizado que se evacuará a todos los afganos y sus familiares que han colaborado con España en los últimos años, aunque no ha dado cifras de cuál podría ser el número final de personas.
En declaraciones a los medios, Albares se ha felicitado de la llegada de este primer grupo y se ha comprometido a seguir trabajando para que no quede desamparado ninguno de los colaboradores afganos, entre ellos, los traductores.
"Nuestro objetivo es claro: poder trasladar a todas aquellas personas y sus familiares que han colaborado en estos años con España en total seguridad lo antes posible", ha afirmado.
Frente a las distintas cifras que se han manejado sobre el número de afganos que podrían llegar a España, Albares ha remarcado: "No puedo facilitar ningún dato, ni cifra, ni nombres ni lugares dónde residen por motivos de seguridad hasta que todas las personas que queremos traer a España estén aquí".
El ministro ha subrayado que la situación en la capital afgana es "extremadamente compleja", después de que los insurgentes se hicieran con su dominio el pasado domingo, y que existe "un cierto cuello de botella" en el aeródromo que dificulta la repatriación y evauación, a pesar de que el Ejército de Estados Unidos mantiene su control.
"Hemos puesto todos los medios necesarios, pero hay una cosa que se nos escapa. El aeropuerto de Kabul no está en las manos de España", ha comentado.
A pesar de los obstáculos, Albares ha hecho hincapié en que España "no va a cejar en el empeño" de ir accediendo a Kabul a medida que los aviones puedan aterrizar con el fin de "traer al máximo número de colaboradores y sus familiares en el menor tiempo posible".