-"Me dijo que se había tomado la decisión. No creo que fuera ella sola por sí y ante sí. El Gobierno no es un reino de taifas".
Camilo Villarino, quien fue jefe de Gabinete de la ministra Arancha González Laya y, por el momento, único investigado en el caso de Brahim Ghali, no cree que la decisión de introducir al líder del Frente Polisario en territorio nacional fuera tomada directamente por la titular de Exteriores. Según declaró este lunes ante el juez que indaga en la entrada irregular de Ghali, se habría tratado de una decisión que se determinó no en la jefa de su ministerio, sino más arriba, apuntando directamente a la Moncloa.
-"¿Fue de manera coordinada con otros cargos?", le insistió el titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza, Rafael Lasala.
-La ministra no se extiende en esas consideraciones. Sí he podido confirmar a posteriori que la ministra y yo éramos las únicas personas en el Ministerio al corriente de esa decisión que se había tomado.
El diplomático declaraba esta semana como imputado por la entrada sin control del líder del Polisario en territorio nacional. El juez trata de dirimir su responsabilidad en los presuntos delitos de prevaricación, encubrimiento personal y malversación de caudales públicos. Ahora, tras esta declaración, los abogados de las acusaciones, Antonio Urdiales y Juan Carlos Navarro, exigirán al juez que impute en el caso a la exministra.
Según su declaración, a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, la primera noticia que tuvo Villarino de la operación para introducir a Brahim Ghali en España le llegó cuatro días antes de que esta se produjera. El jueves 15 de abril, Isabel Valldecabres, directora de Gabinete de la exvicepresidenta primera del Gobierno Carmen Calvo, le llamó para preguntarle si sabía algo de ese asunto.
"Me preguntó si era cierto que se estaba valorando", dice Villarino. La mano derecha de Laya declara al juez que le contestó diciendo que no tenía ni idea de a qué se refería.
No volvió a saber nada de este asunto hasta el domingo 18 de abril a las 10.30 de la mañana. "Recibo un mensaje de la ministra, que me pregunta si puedo hablar con ella. Le digo que sí. Le llamo yo por una línea segura. No sé de qué tema quiere hablar". Y en esa conversación telefónica, la ministra Laya le dice a Villarino, según éste, que "se ha tomado la decisión de admitir a Brahim Ghali por razones humanitarias en España".
-"¿La había tomado ella?", le pregunta el juez al único imputado en el caso.
-"Me dijo que se había tomado la decisión".
Villarino afirma que la ministra le pidió cautela y sigilo por el posible impacto que pudiera tener esa decisión en la relación con países como Marruecos: "Me dice que se ha decidido, no me dice quién, pero lo puedo imaginar. Y me dice que me encargue de la instrumentación logística de su llegada. Me pide que sea lo más discreto y reservado posible en la gestión de este asunto porque hay que valorar el impacto que esto pueda tener en las relaciones de España con otro tercer país al que no se le ha informado todavía de esta decisión".
No se le pide el pasaporte
Villarino asegura además, ante el juez, que no le extrañó cuando le dijeron que llegaba con pasaporte diplomático argelino. Y que confió en que, efectivamente, lo llevaba consigo ("pues es normal, por qué le iban a mentir. Cabe entender que lo trae consigo [...] En ningún momento se les había dicho que no se les fuera a solicitar".
El juez entonces interrumpe al ex mano derecha de Laya.
-Pero, ¿se verificó que realmente tenía algún pasaporte diplomático este señor? Me imagino que de alguna manera se verifica en una misión diplomática la documentación que va a traer cada uno. Todo el personal que rodea a un alto cargo público, a ese sí que no se le hace pasar por aduana, pero se verificará de alguna manera...
-"A mí no me consta que se hiciera", responde Villarino.
-"¿Se hizo algo similar con Ghali, comprobar la documentación que portaban?"
-"No, no me consta que se hiciera".
El diplomático se excusó ante magistrado argumentando que no tenían motivos para no fiarse de que Ghali viajara con la documentación pertinente encima. Y que por eso después no se la pidieron. "Sabiendo que se podía permitir la entrada sin control de pasaporte, sabiendo como sabía quiénes venían, creyendo que traían la documentación como nos habían informado que traían, entendí que la decisión era razonada, razonable y ajustada a derecho, por más que yo pueda comprobar a posteriori que puede ser objeto de controversia jurídica".
No sabía quién era Ghali
En la revelación de su versión de los hechos ante el instructor de la causa, Villarino, un diplomático con muchos años de experiencia en el norte del Sáhara, en Marruecos y Argelia -y que se ha presentado ante la sala como un gran conocedor de la geopolítica en esa región-, se defendió argumentando que no tenía ni idea de las causas que Ghali tenía abiertas en la Audiencia Nacional. Sostuvo que no conocía sus cuentas pendientes con la Justicia por presuntas torturas o asesinatos.
-¿Le dijo [la ministra] si Marruecos sabía que tenía algún procedimiento abierto en España? ¿Se le informó?
-La cuestión de los procedimientos judiciales, que ha cobrado fuerza después, ni el día 15 ni el 18 están en el panorama. No es una de las cuestiones sobre las que yo razono o reacciono. No es el problema ni la reacción por la que se me ha pedido que sea discreto. A posteriori, puedo razonar que me hubiera parecido bastante absurdo traer a España a escondidas a una persona para esconderla de la administración de Justicia española, para eso que se hubiera quedado en Argelia.
-¿En algún momento -continúa el juez- le plantean: 'tenemos que ser discretos por Marruecos porque este señor no tiene orden de detención pero sí que hay unas órdenes genéricas de localización por parte de dos juzgados centrales de Instrucción, de que si se hallara en España que por lo menos se le diga al juez correspondiente'? ¿Se valoró esto? ¿Alguien le dijo que tenía que ser discreto por esto?
-Nadie me lo dijo, no estaba en el radar. Yo no sabía que había esa derivada del asunto Ghali.
Aquella jornada del 18 de abril, detonante de la crisis diplomática con Marruecos que derivó en una invasión de 10.000 inmigrantes cruzando la valla en Ceuta justo un mes después, un avión procedente de Argelia aterrizaba en torno a las 19.30 horas en la Base Aérea de Zaragoza. Ghali viajaba en su interior. Con la identidad falsa de Mohamed Benbatouche, se registró más tarde en el hospital de Logroño, en el que ingresaba para tratarse de la Covid-19. Se desconoce si portaba su documentación oficial porque nadie se la exigió.
Documentación falsa
En un momento de la declaración, Villarino afirmó que tenía en su poder una copia del verdadero pasaporte argelino de Ghali, el que la ministra le dijo que llevaba cuando entró el 18 de abril intubado camino al hospital. Las acusaciones exigieron que se aportase a la causa y poder ver el documento. En él, venía reflejada la identidad de una persona nacida en Orán (Argel) en 1949.
Los letrados le hicieron ver al juez que ese documento podía resultar falso, puesto que Ghali había nacido en realidad, según aseguraron, en 1948, un año antes y en un lugar distinto de lo que figuraba en el papel aportado por el diplomático imputado en el caso. "¿Cómo va a nacer una persona en dos sitios distintos en el intervalo de un año?".
A partir de ahí, Villarino ya no quiso contestar.
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