El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se ha defendido este miércoles en el Congreso ante las preguntas y requerimientos de la oposición sobre el tercer grado que la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias otorgó en contra de la Junta de Tratamiento de la prisión al detenido por el asesinato del niño de nueve años en Lardero (La Rioja).
Durante aproximadamente dos horas, el Partido Popular y Vox han capitalizado las cuestiones dirigidas a Marlaska sobre este asunto, pidiéndole cuentas sobre la filosofía penitenciaria que se practica en su ministerio desde su llegada y desde la llegada del actual Secretario General de Prisiones, Ángel Luis Ortiz.
Para ello, sus señorías han empleado y hasta enarbolado, en diversas ocasiones, las informaciones e investigaciones que durante las últimas semanas ha ido publicando el diario EL ESPAÑOL.
El primero en dirigirse al ministro ha sido el diputado popular por La Rioja, Javier Merino, quien le afeó que "no quiera hablar del brutal asesinato" ni tampoco de su política para dar pluses de productividad a las cárceles que conceden terceros grados, cumpliendo una serie de requisitos como que el interno esté condenado a menos de un año.
"España pide justicia, todos pedimos justicia", dijo, y después el ministro le afeó que "utilizase" la tragedia "de forma continuada, es la mayor de las indignidades".
Después llegó el turno de Vox, y de su diputado Ignacio Gil Lázaro: "La decisión de los servicios centrales de su Ministerio ha derivado en una tragedia, una decisión inadecuada, frívola, contraria a la Junta de Tratamiento de la cárcel de El Dueso; de esa concesión, nace la tragedia porque sin ese tercer grado nunca un juez de vigilancia penitenciaria hubiera podido conceder la libertad condicional, porque se lo impide la legislación vigente".
Mientras tanto, Marlaska acusó a ambos partidos de emplear con fines partidistas la tragedia. Ha llamado "ignorantes" a sus interlocutores. Y a decirles si sabían o no diferenciar un tercer grado de la libertad condicional.
Después, Macarena Olona, de Vox, y Ana Belén Vázquez, del PP, han profundizado en la crítica hacia el ministro y su política de favorecimiento de la semilibertad para los reclusos. En concreto, la popular le hizo ver la responsabilidad de Prisiones en la salida a la calle de el asesino de Lardero: "Si ustedes nunca dieran ese tercer grado ese criminal no estaría pisando la calle".
Marlaska sostuvo que ambos partidos de la oposición han puesto en duda la decisión del juez de vigilancia penitenciaria, al que según él acusan de actuar como "una máquina" a criterio de Instituciones Penitenciarias y sin atender a informes ni expedientes. Además, ha recordado que fue el juez quien resolvió en abril de 2020 a favor de darle a Almeida la libertad condicional, sin contar con la oposición de la Fiscalía, lo que suspendió el tercer grado restringido.
El ministro aseguró también que el interno no podía salir "del CIS" (Centro de Inserción Social) cuando efectivamente sí lo abandonaba.
La filosofía
Por el momento, confirmó que Interior sigue manteniendo como su principal "reto" en el ámbito penitenciario el aumento de los terceros grados. Era algo a lo que Ortiz ha hecho alusión en las últimas jornadas, celebrando que, durante su mandato, la cifra de terceros grados haya aumentado, y augurando que irá a más. "El reto es seguir avanzando en el número de internos en tercer grado, que actualmente supera los 8.000", manifestó hace unos días durante las XXIII Jornadas de Servicios de Orientación Penitenciaria.
Prisiones sigue reafirmándose, por tanto, en lo adecuado de su política, pese a la polémica desatada a raíz del caso del crimen de Lardero, en el que un menor de nueve años fue asfixiado, supuestamente, por Francisco Javier Almeida, ya condenado previamente por agresión sexual y asesinato, y en situación de semilibertad.
En contra del criterio de la Junta de Tratamiento de la cárcel, a Almeida, Instituciones Penitenciarias le otorgó el tercer grado con un argumento despachado en sólo tres líneas en las que se aludía a la "existencia de cierta evolución positiva" del reo, sin justificar tal apreciación.
No es la primera vez que Ortiz se manifiesta en estos términos. En una larga entrevista en La Voz del Patio, publicación elaborada en el Centro Penitenciario de Burgos, el responsable de las cárceles españolas, preguntado por sus "principales objetivos", fijaba tres, pero el primero, decía, es "incrementar el número de terceros grados".
Los ponentes de las jornadas aplaudieron una política penitenciaria que, dijeron, es "la adecuada", puesto que ha demostrado un alto grado de efectividad. Ortiz y su equipo, por tanto, seguirán dotando de recursos a las secciones abiertas y concediendo medidas alternativas a la prisión ordinaria.