El Gobierno ha admitido "contactos informales" con los talibán a través de su embajador destacado en Doha, lo que no significa que haya cambiado su postura en relación con la legitimidad del nuevo régimen surgido en agosto: no hay reconocimiento, aseguran fuentes diplomáticas a la agencia Europa Press.
El embajador de España en Afganistán es desde ese mes Ricardo Losa -relevando al heróico Gabriel Ferrán- si bien no ha podido tomar posesión del cargo y se encuentra en Catar, "un centro de información y coordinación muy relevante en relación con Kabul".
Losa, en Doha desde mediados de octubre, tiene como misión ayudar en las tareas para conseguir el "paso seguro" de colaboradores afganos y sus familias fuera de Afganistán, además de dar seguimiento a la actividad diplomática relacionada con este país y coordinar posiciones tanto la Unión Europea como otros países socios.
El diplomático también es la persona encargada de "todo contacto que se estime necesario para el seguimiento de la situación en Afganistán", señalan las citadas fuentes.
"España -recalcan eso sí desde el Ministerio de Exteriores, que dirige José Manuel Albares- no reconoce a los dirigentes talibán ni mantiene relaciones oficiales con ellos, limitando sus contactos a cuestiones operativas y prácticas exclusivamente".
Estrategia conjunta
El primer contacto entre un representante de España y los talibán se produjo el pasado 12 de octubre. Ese día, la embajadora de España en Catar, Belén Alfaro Sánchez, participó en un encuentro en Doha entre una delegación integrada por diplomáticos de Estados Unidos, la Unión Europea y otros países occidentales con representantes del régimen talibán, con su ministro de Exteriores en funciones, Amir Jan Muttaqi, a la cabeza.
La estrategia española no difiere de la seguida por otros estados miembro de la Unión Europea, como Alemania, Países Bajos, Suecia, Finlandia o la propia Unión al igual que potencias como Estados Unidos, Reino Unido o Canadá.
Son 15 los países en total que han trasladado sus delegaciones de Kabul a Doha, donde dialogan con la oficina política de los talibán en Catar.