De la lucha de clases a las barricadas de Tik Tok. No todos los youtubers invierten sus ahorros en criptomonedas o se marchan a Andorra para evitar pagar a Hacienda más del 50% de sus ingresos.
El sindicato UGT impulsa una "red de creadores" e influencers para exigir a las grandes plataformas digitales -como YouTube, Instagram y Tik Tok- unas "condiciones dignas de trabajo".
La iniciativa ha nacido con el respaldo de un ramillete de caras populares, como el politólogo Alán Barroso (quien auguró la muerte política de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones del 4-M), el escritor mexicano Mauricio Schwarz (creador del canal de YouTube El rey va desnudo) o el arqueólogo Mikel Herrán (conocido en las redes como PutoMikel). Casi todos, situados en la órbita de la izquierda.
Entre otras reivindicaciones, estos "trabajadores digitales" piden modificar los algoritmos para que sus obras tengan más visibilidad, ser incluidos en el Estatuto del Artista y modificar la Ley Audiovisual, para que UGT pueda negociar unas condiciones más ventajosas en sus contratos con los gigantes de Silicon Valley.
Se trata, en última instancia, de "redistribuir la riqueza que generan estos creadores".
Las redes sociales como Instagram se han convertido en una gran hoguera de las vanidades. Pero sólo son un negocio millonario para unos cuantos privilegiados. El portavoz de la Red de Creadores de UGT, Rubén Ranz, explica que "el 35% de los influencers gana menos de 50 euros por cada publicación, y sólo el 6% supera los 200 euros", según un estudio del Observatorio Social de La Caixa.
El informe estima que un microinfluencer con una comunidad de entre 5.000 y 100.000 seguidores puede ganar, de promedio, 102 euros por publicación. Instagram es la red social que concentra casi la mitad del consumo digital diario de los jóvenes de entre 15 y 26 años, añade el mismo estudio.
La mayoría de estos creadores de contenido tienen todos los inconvenientes de los trabajadores autónomos: pagan elevadas cotizaciones sociales a cambio de unos derechos y prestaciones mínimos. En esta situación se encuentran, por ejemplo, los youtubers dedicados a la divulgación científica, cuyos contenidos no siempre son los más rentables ni se benefician del patrocinio de marcas comerciales.
Rubén Ranz señala que el sector no está regulado en Europa y los creadores de contenidos no tienen margen para negociar sus contratos con las grandes plataformas como YouTube: sólo tienen la posibilidad de "aceptar los términos y condiciones" que la compañía establece unilateralmente. A menudo, cuando tienen problemas con la monetización de sus obras, sólo les queda la opción de acudir a los tribunales.
No todos en Andorra
"UGT es un sindicato que plantea la negociación colectiva desde el diálogo", añade Ranz, por lo que a su juicio no es descabellado que también pueda actuar de intermediario para que los influencers puedan negociar mejores condiciones con sus plataformas. Pero para ello es necesario impulsar reformas legales tanto a nivel nacional como europeo, comenzando por la Ley Audiovisual.
Rubén Ranz niega que el objetivo de la Red de Creadores de UGT sea organizar un lobby de influencers de izquierdas, para lograr que tengan más visibilidad en las redes sociales. Los youtubers que han emigrado a Andorra, tras sumar varios millones de seguidores y unas cifras de ingresos astronómicas, hoy se muestran bastante partidarios del capitalismo y de las leyes del libre mercado.
"La visibilidad de los creadores depende de los criterios establecidos por las compañías en unos algoritmos que no son transparentes ni de dominio público", se lamenta el portavoz de UGT, quien reclama reformas legales para resolver este problema.
Rubén Ranz asegura que incluir a los "trabajadores digitales" en el Estatuto del Artista no persigue que puedan beneficiarse de subvenciones públicas, como el resto del gremio.
Reciben "mensajes de odio"
Pero también anuncia otro objetivo: acabar con los "mensajes de odio" o que vulneren los derechos humanos en las redes. "Muchos de estos influencers reciben a diario amenazas e insultos", argumenta, "eso no es libertad de expresión".
UGT ha convocado para los próximos días 10 y 11 de diciembre unas jornadas en la Escuela Julián Besteiro de Madrid, que servirán para dar a conocer la iniciativa y debatir los problemas del sector. El acto contará con la participación de algunas de las estrellas de las redes que impulsan el proyecto y será retransmitido en directo por YouTube.
El sindicato ha lanzado la iniciativa con un vídeo en el que los youtubers toman la voz, en un tono combativo: "Somos creadores de contenido en la red, youtubers, tiktokers, instagramers y tuiteros. Somos los que generamos el contenido que consumes a diario, queremos reivindicar nuestra profesión y defender nuestros derechos".
Los "trabajadores digitales" adscritos a UGT denuncian "la falta de transparencia y protección de los creadores y consumidores frente a los arbitrarios algoritmos dirigidos por el monopolio de las grandes plataformas, que se sitúan al margen del control democrático".
Pero también quieren luchar, según aseguran en su manifiesto fundacional, por unas "redes sociales seguras en las que prevalezcan los principales valores de la democracia: la libertad de expresión, el respeto a la diferencia y la pluralidad ideológica".