Un nuevo informe elaborado por un prestigioso think tank especializado en seguridad y defensa alerta de la estrategia de Marruecos para hacerse con Ceuta y Melilla evitando la guerra y la confrontación directa con España. Las ciudades autónomas españolas de Ceuta y Melilla observan desde hace meses con preocupación las constantes injerencias de la monarquía alauí. Esta inquietud se ve reflejada también en las conclusiones de este informe.
El documento se titula 'Las pretensiones de Marruecos sobre Ceuta y Melilla desde la perspectiva de la zona gris' y ha sido elaborado por el think tank Instituto de Seguridad y Cultura y por el Observatorio de Ceuta y Melilla. En el se analizan los movimientos más recientes a nivel geopolítico del país vecino, explicando cómo supondrían, aunque sin llegar nunca a entrar en conflicto directo con España, una seria amenaza para la soberanía de las ciudades autónomas.
El desasosiego por los movimientos marroquíes se acentuó a partir del cierre de las fronteras terrestres el 13 de marzo por la Covid-19. Mohamed VI terminaba con la aduana comercial en Melilla el verano de 2018 y con el porteo en Ceuta en octubre de 2020. Su crecimiento a nivel armamentístico no ha dejado de crecer. También la alianza con Estados Unidos, hasta el punto de que Washington se ha consolidado como el gran proveedor militar de Marruecos. Y Rabat en el primer comprador de material de defensa estadounidense en el continente africano.
Pero, además, el pasado mes de mayo permitió la entrada de miles de ciudadanos por el Tarajal tras su enfado por la acogida humanitaria del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, quien accedió a la península de manera subrepticia y sin pasar el control de pasaportes.
Afrentas como estas, compondrían para los autores la llamada "zona gris": una estrategia para sembrar la incertidumbre en ambas ciudades y en el archipiélago canario. "La pretensión de Marruecos de anexionarse Ceuta y Melilla encaja a la perfección en ese esquema. Por otra parte, también es preciso constatar el empleo de una panoplia de herramientas que son características de ese tipo de escenarios y que combinan diversas medidas de presión".
Los autores sostienen que esas herramientas, casi siempre de carácter "no militar", vienen habitualmente reforzadas por "una creíble capacidad de disuasión militar, diseñada para blindar esa zona gris y sus efectos, controlando de ese modo cualquier posible escalada".
Es decir, Marruecos siempre quiere, sobre el papel, moverse en esa "zona gris", que parezca o que dé la impresión de que ni quiere ni le interesa el conflicto directo o la afrenta directa hacia España. Pero sin embargo, lleva a cabo una serie de acciones de manera paulatina que se interpretan como amenazas hacia territorios en los que históricamente ha mostrado gran interés. "La zona gris pretende, por lo tanto, alcanzar fines similares a los de una guerra, pero sin guerra", señala el informe.
"No son grandes cosas por separado, pero acumulativamente pueden cambiar la situación", destaca Guillem Colom, profesor de Ciencia Política en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, en la presentación del informe.
El conflicto entre España y Marruecos se va ganando a partir del peso acumulativo de pequeñas historias con las que el país vecino va deteriorando el nuestro, y así convertir el objetivo en cada vez más factible. Es la misma preocupación existe en las Islas Canarias con las prospecciones de Israel y Qatar, en las costas enfrente del archipiélago y en aguas que se solapan con las españolas.
"Objetivos de presión"
Ceuta y Melilla se han convertido en "objetivos de presión" para conseguir el objetivo principal para Marruecos en la actualidad, el reconocimiento de su soberanía sobre el territorio del Sáhara Occidental, mantiene el otro autor del informe, Manuel R. Torres, catedrático de Ciencia Política en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
Ambos investigadores coinciden en que Marruecos tiene interés en la soberanía de las Islas Canarias, además del Sáhara Occidental, Ceuta y Melilla. “La soberanía de las Islas Canarias es más lejana, pero es otra pieza a cobrar, no es algo que olvidaría”, sentenció Colom durante el acto de presentación.
La última ofensiva en esa pugna de Marruecos con España es la instalación de una piscifactoría en las Islas Chafarinas. Al respecto, Carlos Echeverría, director del Observatorio de Ceuta y Melilla, recordó que los territorios españoles en el norte de África, también abarcan a los peñones de Vélez de la Gomera y Alhucemas, así como el archipiélago de las Islas Chafarinas.
Algunos ataques de Marruecos a España son "hechos consumados", como la entrada de miles de marroquíes a Ceuta el pasado mes de mayo, y "si España no contesta, se sumarán las acciones. Si no se establecen líneas rojas no se conocerán los límites. Así, con cosas pequeñas puedes lograr el objetivo".
Pero, además, Torres incidió en que “todos aquellos momentos vulnerables que atraviese España, como por ejemplo la inestabilidad política o la Covid, son ventanas de oportunidades que pueden ser aprovechados por Marruecos para forzar la situación”.
Seguridad nacional
Respecto a la compra de armamento por parte del país vecino, la encuadran en “una modernización militar marroquí, que sustituye medios anticuados por nuevos y además adquiere nuevas capacidades, para hacer frente a Argelia, pero puede generar en España dilemas de seguridad nacional, ya que su intención puede cambiar”.
Esa carrera de armamento es “simétrica y unilateral”. Aunque Argelia empezó antes, Marruecos está apretando más porque tiene más capacidad de inversión por su estructura económica y por la ayuda de terceros países. Así, vinculan algunas compras financiadas por terceros países con las relaciones diplomáticas que viene cultivando Marruecos en los últimos años.
Otro propósito, además de la contención de Argelia, es convertirse en potencia regional, y el frente sur con el Sáhara Occidental. Sin embargo, genera otros problemas, como la seguridad con España, y posibles escaladas. "A veces el elemento militar es muy limitado o poco relevante en la zona gris, pero permite controlar las escaladas, y así tienes un control total. Puedo incrementar el nivel de tensión sin llegar a un conflicto armado, pero establezco los distintos puntos de la escalada, y se hace cuando tienes poder militar. La capacidad de controlar tiene efectos políticos porque logra condicionar lo que el otro va a hacer", detalla Colom.
'Lobbies' promarroquíes
Sobre los lobbies que trabajan en España para Marruecos, un tema de discusión y debate tras la presentación, consideran que “son legítimos siempre que sea con el principio de vecindad” y que “es que probable que toda esa actividad se potencie porque complementa la estrategia híbrida”.
"Hay grupos que intentan que la crisis se resuelva rápidamente para poder seguir manteniendo su colchón de intereses, pero una crisis de ese calado no se puede cerrar en falso", coinciden los autores.
Lo consideran también nivel gris a través de “los incentivos selectivos que se alinean con los servicios secretos y acciones coactivas sobre algunos actores, que no tienen que ser solo españoles, sobre todo cuando Marruecos tiene obsesión por el control de sus nacionales en otros países”.
Este cabildeo ha pasado bastante desapercibo para la opinión pública, pero “es posible que se traslade al escenario público”. Inciden que "sectores no interesados quieren resolverlo independiente, aunque haya que pagar un coste. Sin embargo, hay que tomar una posición de responsabilidad nacional".
"Las pretensiones de Marruecos sobre Ceuta y Melilla desde la perspectiva de la zona gris" es el cuarto informe del Observatorio de Ceuta y Melilla, desde que se creó hace un año para informar y divulgar la situación de España en el norte de África ante la presión de Marruecos.
Antes se investigó sobre la solución económica para las ciudades autónomas españolas, la frontera con Marruecos que también es la de la Unión Europea, y las raíces históricas de los cinco territorios situados en el continente africano.
Explícito fue el mensaje de su director, Carlos Echeverría, al cerrar la presentación del informe, que aludió en varias ocasiones a que “Ceuta y Melilla y los peñones nunca han sido colonias (…) No es de recibo que un vecino quiera quedarse con lo que no es suyo”.