La invasión rusa de Ucrania era cuestión de tiempo. Parecía una cuenta atrás. La inteligencia estadounidense ya avisó en diciembre y la Casa Blanca mantuvo en su discurso que la ofensiva de Rusia era inminente. Así durante más de dos meses. Estados Unidos y la OTAN no estaban equivocados. A las seis de la mañana hora local de este jueves, Vladimir Putin dio la orden de iniciar una "operación militar especial" contra Ucrania. Menos de 24 horas después, el Ejército ruso había destruido 83 "objetos militares" ucranianos, completando así "exitosamente" el primer día de invasión, según el Ministerio de Defensa del Kremlin.
A última hora de la noche el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski llegó a advertir de que las "fuerzas de sabotaje rusas" ya habían entrado en Kiev. "Sé que hay mucha desinformación por ahí. Incluyendo el hecho de que supuestamente dejé Kiev. Yo me quedo en la capital. Durante el día, realicé decenas de negociaciones internacionales, supervisé directamente la Defensa. Y me quedaré en la capital. Mi familia también está en Ucrania", ha dicho. También ha alertado de que "el enemigo" le ha designado como "el objetivo número uno" y a su familia como "el objetivo número dos" porque quiere destruir Ucrania "destruyendo al Jefe de Estado".
Ya de madrugada, los ciudadanos reportaron explosiones en el centro de la capital. El propio viceministro ucraniano de Interior, a través de Telegram, informó de que los ataques con misiles se habían reanudado: "Los ataques contra Kiev con misiles de crucero o balísticos se reanudaron. He escuchado dos fuertes explosiones", dijo , Anton Herashchenko.
A principios de diciembre la inteligencia estadounidense desveló que Rusia tenía a más de 100.000 soldados cercando la frontera este con Ucrania. Desde entonces, han pasado casi tres meses de diplomacia intensa en Bruselas, Washington, Moscú y Kiev. Reuniones cara a cara, videoconferencias, rondas de llamadas. Una vía diplomática que para la OTAN era el hilo del que tirar para evitar una guerra. Para Putin, en cambio, como se ha demostrado, era una vía estéril para ganar tiempo y perfeccionar la invasión. Lo tenía decidido.
Las amenazas de la Unión Europea y Estados Unidos en forma de sanciones económicas no han surtido efecto sobre Putin. Rusia negó día tras día, desde las primeras sospechas, que tenía planes para invadir Ucrania. Así hasta este jueves 24 de febrero, el día en el que un nuevo "telón de acero" se ha implantado entre Rusia y el mundo civilizado, como afirmó Zelenski.
Primero, ciberataques
Los primeros bombardeos rusos en territorio ucraniano a primera hora de la mañana de este jueves vinieron precedidos de al menos cuatro ciberataques lanzados contra Ucrania, Lituania, Letonia y Alemania. El caos era, siguiendo el estilo habitual de la guerra avanzada en el que se ha especializado el Kremlin, la primera fase de la ofensiva. Según informes de inteligencia conocidos por EL ESPAÑOL, Moscú preparó el terreno de la actividad armada echando mano de sus sistemas de guerra híbrida y electrónica con el fin de colapsar el territorio en el que irrumpirían horas después.
Esos informes aluden a una oleada de bombardeos virtuales que han inutilizado los servidores ucranianos y diversas webs gubernamentales en las horas previas al discurso pronunciado por Vladimir Putin desde el Kremlin que daba el pistoletazo de salida al lanzamiento de las primeras bombas desde el cielo de Kiev y a la incursión de la artillería pesada terrestre rusa en las regiones de Donetsk y Lugansk.
Esto ha provocado que las páginas institucionales ucranianas quedasen inutilizadas durante largas horas, incluso las del ministerios de Interior.
Estos ataques, aseguran las fuentes consultadas en la inteligencia militar, se reprodujeron en otras regiones del Báltico como Letonia o Lituania, donde la OTAN mantienen destacamentos de tropas desplegadas en sendos Battle Group. En esos dos países los ciberataques, a tenor de las informaciones a las que ha tenido acceso este diario, tumbaron los servidores de telefonía de ambas potencias. Las mismas fuentes aseguran que ese asalto virtual se habría producido también en Alemania.
Este miércoles, horas antes del ataque, también diversas cuentas de Twitter que hacían seguimiento de la situación en Ucrania sufrieron ataques de bots de origen desconocido. La acometida tumbó su información durante 12 horas, las previas al inicio de la invasión.
Se trataría de la ola de ciberataques sobre Ucrania más sofisticada que se haya registrado hasta el momento. Ya desde el miércoles existen serios problemas para acceder a los espacios web de las áreas virtuales de los organismos públicos. También a las aplicaciones de los bancos del país.
Este colapso ha tenido su repercusión en la calle, de tal forma que quienes tratan de extraer sus ahorros se están encontrando con que muchos de los cajeros ya no funcionan. Las tarjetas no surten efecto, tal y como ha relatado un corresponsal en TVE a lo largo de la mañana.
Destrucción de la información
La estrategia de los servicios de inteligencia militar de Moscú, en cuyas manos deposita Putin la estrategia de la guerra híbrida (unos 5.000 hombres dedicados a ello), se ha elevado en las últimas jornadas a otro nivel debido a la introducción de una nueva amenaza digital.
Se trata de un wiper, un programa malicioso (malware) que eliminaría la información guardada en los equipos digitales en los que propaga su infección.
Fue detectado el virus gracias al trabajo de dos empresas especialistas en la materia: Symantec y ESET. Sus pesquisas señalan que han encontrado ese virus ya en cientos de máquinas de todo el territorio.
El jefe de investigación de una de esas compañías ya sostiene que "el ataque parece estar relacionado con la crisis actual en Ucrania", tal y como le ha revelado a The Associated Press.
La UE envía expertos
Si hay algo en lo que destacan los rusos y en lo que el contingente en Letonia trata de mejorar es en la llamada guerra híbrida. "En eso nos sacan años luz. Los problemas que hemos tenido aquí alguna vez con ellos suelen ser de lo que entendemos por guerra electrónica. Aplican sus servicios de inteligencia a este cometido, tienen edificios de hackers dedicados a robar información", aseguran las fuentes militares consultadas.
Los rusos, en ese sentido, no tienen rival. Estas mismas fuentes detallan algunas de las artimañas de Moscú para con el contingente de la OTAN afincado en Letonia. Utilizan los drones equipados con unos repetidores que imitan la señal de las torres de telefonía y los envían a sobrevolar las inmediaciones de la base de Adazi.
Ucrania ha sufrido varios ciberataques en lo que va de año, hackeos que se atribuyen a Rusia aunque su gobierno lo niega. Una amenaza virtual que podría extenderse a otros países de todo el mundo si el conflicto va a más y como respuesta a las sanciones económicas.
Hasta seis países de la Unión Europea han decidido enviar un equipo de expertos a Ucrania para ayudar a su gobierno a reforzar la seguridad de sus servicios informáticos y sus bancos. "Ucrania podría necesitar ayuda para lidiar con incidentes particulares o apoyo para probar su infraestructura en busca de debilidades de seguridad", ha dicho a Reuters Margiris Abukevicius, Ministro de Defensa de Lituania.
Además de Lituania, otros países como Polonia, Países Bajos, Estonia, Rumanía y Croacia envían ese refuerzo al país vecino para evitar futuros ataques por parte de Rusia. También está recibiendo apoyo en este tema Ucrania por parte de Reino Unido. El ministro de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, dijo el lunes que sus expertos cibernéticos están trabajando con Ucrania para protegerla de la actividad rusa.
El primer ataque que se le atribuye al equipo de Putin se produjo el 14 de enero y afectó webs gubernamentales de Ucrania. El segundo ataque se produjo hace 8 días y se trataba de un ataque DDoS (ataque de denegación de servicio) que consiguió anula la operatividad de las principales entidades bancarias de Ucrania (PrivatBank y Oschadbank) así como de organismos del Ministerio de Defensa a base de sobrecargar los servidores.
Caos y desestabilización
En ambos casos los dirigentes ucranianos consideran que el objetivo no era robar información confidencial, sino crear el caos y desestabilizar al país. Rusia, sin embargo, ha negado estar involucrada en el DDoS, que provocó problemas de funcionamiento en servicios como la app principal de ambos bancos y en los pagos de sus clientes.
Estados Unidos no está de acuerdo con esas declaraciones, la asesora adjunta de Seguridad Nacional, Anne Neuberger, ha dicho ante la prensa en la Casa Blanca que responsabilizan a Rusia por estas acciones en el ciberespacio. "A Rusia le gusta moverse en las sombras y tiene un largo historial de ataques que se le atribuyen, por eso nos estamos moviendo rápidamente para atribuir los recientes ataques".
Por ello, los estadounidenses tendrían ya pruebas que vinculan los hackeos con la infraestructura conectada a la agencia militar de Rusia o GRU.
Primeros bombardeos
Una vez ejecutados los ciberataques sobre Ucrania, Putin dio luz verde a su Ejército para iniciar la invasión de la antigua república soviética. Minutos después del anuncio del mandatario ruso desde el Kremlin, pasadas las seis de la mañana, se vieron los primeros ataques en decenas de ciudades. Sloviansk y Krametorsk (este), Járkov (noreste) y en la capital, Kiev.
Los frentes de ataque rusos son claros: norte, este y sur. Por tierra, mar y aire. Del norte provienen las tropas que llevaban en Bielorrusia varias semanas realizando ejercicios militares con las fuerzas del gran amigo de Putin, Alexander Lukashenko, presidente bielorruso. Por el este avanzan las tropas provenientes de Rusia, desplegadas en la zona desde diciembre. Y por el sur los tanques y soldados que aguardaban en la península de Crimea, anexionada ilegalmente por Rusia en 2014.
Bombardeos de artillería, equipo pesado y armas de alta precisión arremetieron contra aeropuertos, almacenes de armas y estructuras energéticas. Varios misiles rusos impactaron de lleno a mediodía en el aeropuerto ucraniano de Ivano-Frankivsk, al oeste del país.
Mientras decenas de misiles caían por todo el territorio ucraniano y las tropas de Putin avanzaban, miles de personas huían de sus casas. Las sirenas antimisiles de Kiev retumbaban, dejando imágenes propias de películas apocalípticas. Las carreteras para salir de Kiev se colapsaron ante el temor de los ciudadanos. Cientos de ellos también eligieron estaciones subterráneas de metro como especie de búnker.
El Ministerio del Interior ucraniano informó que 10.000 rifles automáticos fueron distribuidos a civiles a lo largo del día. El presidente del país, Volodimir Zelenski, animaba a sus ciudadanos a defender al país, incluso invitando a sus compatriotas que están en el extranjero a volver. "Realmente los necesitamos ahora", afirmó Zelenski este jueves.
En un intento de reforzarla, Estados Unidos y Reino Unido han enviado toneladas de armamento a Ucrania a lo largo del último mes. Pero la resistencia del Ejército ucraniano parece pequeña. El avance ruso ha sido fugaz. Kiev, el posible objetivo final del Kremlin, estaba cercado. El aeropuerto militar Antonov, situado a en torno 30 kilómetros de la capital, ya estaba bajo control ruso.
Chernóbil, en manos rusas
La ocupación de Rusia también ha llegado a la zona de exclusión de la central nuclear de Chernóbil. Minutos después de que el presidente Zelenski anunciara que el aeropuerto Antonov estaba perdido, los rusos ya estaban acercándose al epicentro del desastre nuclear de 1986. Las fuerzas ucranianas se defendieron, pero no fue suficiente.
El Gobierno ucraniano advertía sobre el riesgo que conllevaba una lucha en la zona de exclusión: si los depósitos, que son restos radioactivos, resultan dañados, "el polvo nuclear puede propagarse por todo el territorio de Ucrania, Bielorrusia y los países de la Unión Europea".
El balance del primer día de invasión deja 137 muertos, según informó el propio Zelenski. Al menos 22 civiles murieron a consecuencia de un ataque aéreo ruso contra una unidad militar en la región de Odesa, en la costa del mar Negro. A estas víctimas se suman más de 40 militares fallecidos durante los ataques perpretados contra aeródromos y bases militares. Además, un avión militar ucraniano se estrelló cerca de Kiev con 14 personas a bordo.
El otro balance es económico: las bolsas europeas llegaron a hundirse más de un 5% este jueves. Peor le fue a la bolsa de Moscú, que cayó un 33%. Los precios del gas y el petróleo se han disparado.
Varios medios estadounidenses informaban en la tarde del jueves que oficiales de Estados Unidos creían que Kiev iba a caer en los próximos cuatro días. Putin conseguiría así "descabezar" al Gobierno ucraniano en una invasión, hasta ahora, relámpago con poca resistencia.
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