A mediados de enero, el Ministerio de Sanidad y los gobiernos autonómicos acordaron que España empezaría a administrar una cuarta vacuna contra la Covid-19. Las dosis de refuerzo estarían dirigidas a la población más vulnerable (personas inmunodeprimidas, trasplantados, pacientes con cáncer) y pasados cinco meses desde la tercera dosis.
Es por eso por lo que algunas comunidades autónomas (como Asturias, Galicia, Navarra o Cantabria) están empezando esta campaña de recuerdo, con la duda de si se extenderá a la población general. Por el momento las regiones lo rechazan frontalmente por carecer de "evidencia científica suficiente" y estar desaconsejada por varios organismos internacionales.
"No está en el debate del Ministerio ni creemos que deba de estar", explican fuentes autonómicas. Todos coinciden en que la cuarta dosis no es una vacuna necesaria "en estos momentos" tras haber superado la variante ómicron y con las temperaturas "en ascenso".
En estos momentos, ni la EMA (Agencia Europea del Medicamento), ni la OMS (Organización Mundial de la Salud) aceptan el supuesto de una cuarta dosis en población general. Algo que también rechazan los epidemiólogos e inmunólogos que recuerdan que se pueden dar casos en los que el cuerpo se declare "exhausto" de recibir tantas dosis de recuerdo. Lo que se ha venido a llamar "fatiga inmunológica".
Fuentes autonómicas consultadas por este diario reconocen la validez de los estudios de la EMA y la OMS, y aseguran que esta cuarta dosis sólo está planteada para vulnerables "y ningún otro grupo". En este sentido, sí reconocen que habría un gran debate si se pretende extender la cuarta dosis a ancianos institucionalizados (en residencias de ancianos) o profesionales sanitarios. "Ahí no hay consenso".
ARN mensajero
Estas mismas fuentes autonómicas ven dos problemas. Por un lado, la existencia de la inmunidad celular que ha ido adquiriendo la población y, por el otro, que se ha demostrado que para generar un estímulo con dosis de recuerdo es preferible "combinar vacunas".
Pero en España no se están combinando vacunas. La estrategia del Ministerio ha sido apostar por las de ARN mensajero como Pfizer y Moderna para las dosis de recuerdo que son, precisamente, las mismas que ya se pincharon en la primovacunación (dos primeras dosis) y dosis de recuerdo (tercera) a estos grupo de riesgo.
El debate de la cuarta dosis está sobre la mesa porque España sigue comprando vacunas y siguen llegando nuevos antígenos pese a que la población a inmunizar es cada vez menor.
Marco Cavaleri, jefe de Estrategia de Vacunación de la EMA, aseguró hace unas semanas que "están de acuerdo en que la administración de múltiples dosis de refuerzo con intervalos cortos en el tiempo no sería una solución sostenible a largo plazo".
"La administración repetida de refuerzos con varios intervalos de tiempo cortos podría reducir el nivel de anticuerpos que se pueden producir en cada administración, ya que nuestro sistema inmunológico necesita una cierta cantidad de tiempo para mostrar la respuesta al antígeno que se le presenta. Esto, potencialmente, hará que la vacunación sea un poco menos eficiente con el tiempo", detalló.
Pero, además de la repercusión para el sistema inmunológico, a las autonomías les preocupa el aspecto económico. En estos momentos las vacunas se están adquiriendo desde el Gobierno, pero una vez se supere el periodo de pandemia pasarán a ser como el resto de vacunas y serán las comunidades quiénes las costearán.
Israel
Hasta la fecha, la Comisión Europea, que es quién están gestionando la compra, se ha asegurado el suministro de 4.200 millones de vacunas contra la Covid mediante acuerdos de compra centralizada. De todos estos millones de dosis ya se han distribuido 1.200 millones (cifra que incluye los viales donados a través del mecanismo COVAX).
Por el momento existen pocos estudios que avalen la eficacia de la cuarta dosis, por lo que parece que las decisiones del Ministerio no van a pasar a mayores. Es decir, sólo se pondrá este cuarto pinchazo a las personas más vulnerables.
Israel, Chile o Dinamarca fueron las pioneras en esta cuarta dosis. Desde Israel se conocen ya resultados de algunos estudios que demostraron que, contra ómicron, no valía de mucho este cuarto pinchazo.
Un ensayo realizado en el centro médico Sheba, a las afueras de Tel Aviv, demostró que, aunque los anticuerpos de los vacunados con cuatro dosis subieron con respecto a la tercera dosis, no impidieron la infección, ya que apenas hay diferencias entre sus datos y los del grupo de control.
Es precisamente este estudio en el que se basa la Sociedad Española de Inmunología para insistir en la poca utilidad de la cuarta dosis. En Israel, mientras que se ponían cuatro pinchazos a la población general, los ingresos y contagiados por ómicron seguían subiendo sin parar.