Las personas que se contagien de Covid-19 con sintomatología leve no deberán de guardar cuarentena. En los ámbitos vulnerables, como centros sanitarios, asistenciales o sociosanitarios, los aislamientos se reducen a cinco días, tal y como ha podido confirmar EL ESPAÑOL.
Así lo ha decidido la Comisión de Salud Pública en la tarde del martes. La medida entrará en vigor el lunes 28 de marzo y tiene por objetivo aliviar las restricciones y avanzar hacia la llamada "gripalización" de la pandemia.
Si hace unas semanas se tomaba la decisión de eliminar las cuarentenas a personas que fueran contacto estrecho de un positivo (sin importar si estaban o no vacunadas), ahora se han eliminado para personas asintomáticas o con sintomatología leve.
Hasta ahora las cuarentenas tenían una duración de siete días, sin importar si la persona era asintomática o no. Sólo importaba estar contagiado. Con esta nueva modificación, deja de tomar importancia la infección de Covid-19 para que lo relevante sea qué persona está contagiada.
Así, las cuarentenas solo se mantendrán en las residencias de ancianos, pasando a ser de cinco días (siempre que el quinto día haya transcurrido sin síntomas). El mismo tiempo de aislamiento habrá en los hospitales, siendo necesaria una prueba diagnóstica para finalizar la cuarentena.
El levantamiento de los aislamientos a positivos con sintomatología leve tiene sus "peros". La nueva estrategia de Salud Pública argumenta que se eliminará el "aislamiento estricto" optándose por una "recomendación" para hacer reposo y teletrabajar, si es posible. Además, insisten en que cuando la persona contagiada salga de casa, deberá llevar mascarilla y evitar el contacto social con personas vulnerables
Sin test Covid
La otra gran modificación es la eliminación de la realización de pruebas de diagnóstico de la Covid-19 a nivel general. Es decir, ya no se harán cribados ni test Covid a pacientes asintomáticos y, como ocurre con otras dolencias, será decisión del médico determinar si hay que hacer PCR o no.
Ahora, la prueba de diagnóstico de la Covid se centrará en personas con factores de vulnerabilidad (mayores de 60 años, inmunodeprimidos y embarazadas), ámbitos vulnerables (sanitarios y sociosanitarios) y casos graves. La vigilancia se centrará en estos grupos. El diagnóstico de pacientes con síntomas leves compatibles con COVID-19 se realizará según las necesidades de manejo clínico del mismo.
Aun así, esta medida va a tener una menor repercusión, puesto que la venta de test Covid en farmacias sigue siendo posible y, aunque el médico no prescriba la prueba serológica, el paciente podrá comprársela en la botica y, si da positivo, su farmacéutico lo notificará al sistema.
Esta modificación afectará a medidores como la incidencia acumulada, pues si se criban menos positivos será más difícil calcular en qué momento se encuentra la expansión de la Covid-19. Esta fase de la gripalización debería de llevar consigo la nueva estrategia de vigilancia de salud pública, centrada en un sistema de vigilancia centinela; pero, como se quejan las CCAA, este modelo no llegará hasta enero de 2023.
Aun así, el Ministerio asegura que la decisión es la correcta y que la evolución de la pandemia se va a determinar gracias al análisis de los casos graves (los que terminen ingresados en un hospital o en la UCI).
Nuevas variantes
Esta decisión se toma mientras que el sublinaje BA.2 de Ómicron (la llamada variante silenciosa) apunta para convertirse en la cepa dominante en toda España.
Según los datos del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) del Ministerio de Sanidad, a España le va a ocurrir lo mismo que al resto de países de nuestro entorno, donde ómicron ha dejado paso a su sublinaje.
Aun así, Sanidad considera que esto no va a ser un problema para la salud pública. "El riesgo asociado a este linaje se considera bajo para la población general y moderado para la población vulnerable", argumentan en su última evaluación.
"La probabilidad de que BA.2 se imponga al resto de linajes circulantes en este momento se considera muy alta. Sin embargo, el riesgo de que este cambio por sí mismo genere un aumento en la transmisión se considera bajo", esgrimen.
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