Los comités de exteriores del congreso de los EEUU y del Parlamento español han acordado una declaración conjunta de condena a los "ataques de desinformación orquestaos o apoyados por Rusia" en apoyo a su "estrategia de desestabilización" a Occidente.

El documento, al que ha tenido acceso este periódico, nace de la visita el pasado mes de enero de José Manuel Albares a Washington. Allí se reunió con Antony Blinken y con varios comités de la Cámara de Representantes y del Senado. "Lo comenzamos a negociar entonces, y ahora ha tenido efecto", explican fuentes de la diplomacia española.

La declaración la firman el senador demócrata Bob Menéndez, presidente del Comité Senatorial de Relaciones Exteriores, y el representante demócrata Gregory Meeks, presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, junto a sus homólogos españoles Pau Marí-Klose, presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados, y Antonio Gutiérrez Limones, del Senado.

"Nosotros, los presidentes de los Comités de Relaciones Exteriores de los Estados Unidos y España, expresamos nuestra profunda preocupación por la difusión y amplificación de la desinformación en español en las redes sociales y las plataformas de mensajería cifrada en nuestros respectivos países y en toda América Latina y el Caribe".

Según el texto de la declaración, "la propagación de noticias engañosas, inexactas o falsas a través de actividades de desinformación y desinformación ha distorsionado y polarizado los entornos de información, causando un daño significativo en el mundo real".

Vladímir Putin, en una imagen de archivo.

Los legisladores de EEUU y España señalan a "los actores maliciosos, incluidos algunos gobiernos", que "han adoptado cada vez más este tipo de actividades, socavando la gobernanza democrática, los derechos humanos y las respuestas de salud pública a la pandemia de Covid-19".

La declaración conjunta continúa deplorando "en particular, la participación activa de agentes que participan en estas prácticas desde el territorio de la Federación de Rusia o con el apoyo del gobierno ruso, además de otras actividades desestabilizadoras llevadas a cabo por el gobierno de Putin fuera de sus fronteras en los últimos años".

Este documento es considerado un éxito diplomático por la parte española. Y muestra de que las relaciones entre ambos países "han mejorado" mucho, y España está "ocupando el espacio que le corresponde" muchos años después.

El texto incide en que "las actividades de desinformación están presentes en los medios tradicionales y digitales, y proliferan cada vez más rápido en las redes sociales y las plataformas de mensajería cifrada, como Facebook, Twitter, YouTube, WhatsApp y Telegram". Y exige a esas plataformas más compromiso para acabar con estas prácticas.

"Aunque el español tiene el segundo mayor número de hablantes nativos y es el cuarto idioma más hablado a nivel mundial", remarca el documento, "estas plataformas han priorizado repetidamente la moderación del contenido en inglés, sin invertir recursos suficientes para abordar la desinformación/desinformación igualmente dañina en español".

Para los senadores u congresistas de ambos países, "las poblaciones de habla hispana en nuestros dos países y en toda América Latina y el Caribe son especialmente vulnerables a los efectos de la desinformación digital porque dependen en gran medida de estas plataformas como principales fuentes de noticias y comunicación".

El texto concluye haciendo "un llamamiento a estas plataformas para que cumplan con sus obligaciones con los usuarios, y los instamos a redoblar sus esfuerzos para aumentar la detección y la aplicación contra el contenido de desinformación/desinformación en español y otros idiomas, y a fortalecer la transparencia sobre dichos esfuerzos".

Pero, finalmente, los presidentes de los comités de exteriores a ambos lados del Atlántico exhortan a "los gobiernos del presidente Joe Biden y del presidente Pedro Sánchez a realizar esfuerzos adicionales para contrarrestar la desinformación en español, incluida la convocatoria de partes interesadas de múltiples sectores para compartir conocimientos y mejores prácticas, desarrollar respuestas coordinadas y fortalecer los entornos de información vulnerables, manteniendo al mismo tiempo el respeto por el derecho internacionalmente reconocido a la libertad de expresión".

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