Los jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN han acordado este jueves durante una cumbre extraordinaria celebrada en Bruselas activar las defensas de la Alianza Atlántica frente a posibles ataques biológicos o nucleares por parte de Rusia. Lo que más preocupa a los aliados en este momento es que el Kremlin utilice en su guerra contra Ucrania armas químicas, cuya contaminación acabe extendiéndose a territorio de la OTAN, según ha explicado el secretario general, Jens Stoltenberg.
Por eso, los líderes de la OTAN han aprobado además suministrar al Gobierno de Kiev equipos para que pueda protegerse de un ataque químico, biológico, radiológico o nuclear. En particular, aparatos de detección, equipos de protección, material médico y entrenamiento para descontaminación y gestión de crisis.
"Nos preocupa porque vemos la retórica y vemos que Rusia está intentando crear algún tipo de pretexto, acusando a Ucrania, Estados Unidos y los aliados de la OTAN de preparar el uso de armas químicas y biológicas. Ya hemos visto antes que esto es una forma de crear un pretexto para hacer lo mismo ellos. Por supuesto, las acusaciones contra Ucrania y los aliados de la OTAN son absolutamente falsas", ha relatado Stoltenberg. El Kremlin ya ha usado armas químicas contra sus opositores, incluso en Reino Unido, y también en Siria, ha recordado.
"Cualquier uso de armas químicas cambiaría totalmente la naturaleza del conflicto. Sería una violación flagrante del derecho internacional, tendría consecuencias de gran alcance y sería extremadamente peligroso. Afectaría a la gente en Ucrania pero también existe el riesgo de que tenga un efecto directo en la gente que vive en los países de la OTAN, porque podríamos ver una contaminación, la dispersión de los agentes químicos o armas biológicas en nuestros países", sostiene el secretario general.
"Los aliados han acordado proporcionar equipos para ayudar a Ucrania a protegerse contra amenazas químicas, biológicas, radiológicas o nucleares. Esto podría incluir equipos de detección, protección y apoyo médico, así como entrenamiento para descontaminación y gestión de crisis", ha proseguido Stoltenberg.
"También vamos a reforzar la preparación de los aliados frente a amenazas químicas, biológicas y nucleares. Nuestro comandante supremo, el general (Tod Daniel) Wolters, ha activado los elementos de defensa química, biológica, radiológica y nuclear de la OTAN y los aliados están desplegando defensas químicas, biológicas y nucleares adicionales para reforzar nuestros nuevos batallones y los ya existentes (en el flanco este). Así que estamos adoptando medidas tanto para apoyar a Ucrania como para defendernos nosotros", ha señalado el secretario general.
La OTAN no enviará tropas
Durante la reunión extraordinaria ha intervenido por videoconferencia el presidente de Ucrania. Volodímir Zelenski ha vuelto a reclamar más apoyo militar y una zona de exclusión aérea que frene los bombardeos de Rusia. Stoltenberg ha respondido que los aliados ya están proporcionando un gran número de sistemas de defensa aérea, armas antitanques, drones, munición y combustible a Kiev, pero ha insistido en que la OTAN no intervendrá directamente.
"Tenemos la responsabilidad de que este conflicto no se convierta en una guerra total entre la OTAN y Rusia. Por eso, los aliados han dejado claro que no desplegarán tropas en Ucrania", ha alegado el secretario general.
Los 30 Estados miembros han acordado prorrogar el mandato de Stoltenberg un año extra, hasta el 30 de septiembre de 2023. El secretario general ya había encontrado un nuevo empleo como gobernador del Banco Central de Noruega, que iba a asumir en ndiciembre. Pero los líderes le han pedido que se quede para gestionar "la crisis de seguridad más grave en una generación.
Tal y como estaba previsto, los 30 jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Atlántica han acordado duplicar su despliegue en el flanco este, con cuatro nuevos batallones multinacionales que irán a Bulgaria, Rumanía, Hungría y Eslovaquia. Unas fuerzas que se suman a las que ya están actuando en Polonia, Estonia, Letonia y Lituania.
En total, ahora mismo hay 40.000 tropas bajo mando directo de la OTAN en los países del este, así como 100.000 soldados estadounidenses en territorio europeo. El objetivo último de este despliegue ampliado es disuadir al Kremlin de cualquier tentación de atacar a un país aliado. El artículo 5 del Tratado de Washington obliga a la OTAN a intervenir si uno de sus miembros es agredido.
Además, los líderes de la Alianza Atlántica han acordado que reforzarán de forma permanente la presencia de tropas, aviones y barcos en su flanco este. Los planes concretos se aprobarán durante la cumbre que se celebrará en junio en Madrid. "La invasión de Putin ha cambiado nuestro entorno de seguridad para el largo plazo. Es una nueva normalidad y la OTAN debe responder en el largo plazo", ha relatado Stoltenberg.
"La seguridad no es gratis y hacer más costará más". Los jefes de Estado y de Gobierno se han comprometido también a "redoblar los esfuerzos" para cumplir el objetivo de aumentar el gasto militar hasta el 2% del PIB. Para la cumbre de junio en Madrid, todos los Estados miembros tendrán que presentar nuevos planes detallados sobre cómo pretenden conseguirlo.
Finalmente, la OTAN ha lanzado un llamamiento a China para que se sume a la condena internacional contra la invasión rusa de Ucrania y para que evite prestar cualquier tipo de apoyo político, económico o material al Kremlin.
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