Estados Unidos y Rusia, las dos mayores potencias nucleares, llevan un mes sin diálogo, el mismo tiempo que dura ya la guerra en Ucrania. Esto ocurre pese a que Washington ha intentado en repetidas ocasiones mantener el contacto con el invasor, que no detiene su escalada bélica ni la dialéctica. Hay miedo a un error de cálculo que eleve la guerra varios escalones.
Altos mandos de Estados Unidos tratan de recuperar la interlocución con sus homólogos en Moscú. Cuenta The Washington Post que tanto el secretario de Defensa, Lloyd Austin, como el general Mark A. Milley, al frente del Estado Mayor Conjunto, han telefoneado al ministro de Defensa ruso, un desaparecido Serguéi Shoigu, y al general Valery Gerésimov, jefe del Estado Mayor y poseedor de un 'maletín nuclear'.
Los intentos se han intensificado una vez Rusia ha acercado sus ataques a territorio OTAN, apenas a unos 25 kilómetros de Polonia uno reciente.
Estados Unidos y sus aliados europeos realizan labores de vigilancia aérea sobre el Mar Báltico y arman a Ucrania por vía terrestre, además de ordenar severas sanciones contra Rusia, sus dirigentes, oligarcas e intereses, pero los conflictos suelen ir acompañados de contactos de alto nivel que en este conflicto no están teniendo lugar, factor que no invita al optimismo.
"Hay un alto riesgo de escalada sin el cortafuegos del contacto directo entre los funcionarios de mayor rango", admite al Washington Post James Stavridis, quien fue comandante supremo aliado en Europa de la OTAN y que alerta de que "gente muy joven está volando en aviones, operando buques de guerra y al mando de operaciones de combate en Ucrania".
"Debemos evitar un escenario en el que la OTAN y Rusia caminen sonámbulos hacia la guerra -añade Stavridis- porque los principales líderes no pueden en este momento hablar por teléfono y explicarse entre sí lo que está sucediendo".
"Un escenario de pesadilla"
Otra voz autorizada, Rob Lee, del Instituto de Investigación de Política Exterior, lamenta que "los riesgos en la actualidad son elevados".
Sam Charap, politólogo sénior de Rand Corporation, valora que las llamadas de Austin y Milley tienen un "propósito fundamentalmente diferente" que la distensión. Se trata de la "prevención táctica de accidentes".
"Siempre es importante comunicar claramente nuestros intereses y comprender mejor los de ellos. Cuando no hay comunicación a ese nivel, es más probable que sus suposiciones del peor de los casos, a menudo basadas en información deficiente, impulsen su comportamiento", ha declarado Charap al Washingon Post.
Apunta Stavridis el que sería el peor de los escenarios: "Uno de pesadilla sería un misil ruso o un avión de ataque que destruya un puesto de mando estadounidense al otro lado de la frontera polaco-ucraniana. (...) Un comandante local podría responder de inmediato y esto podría conducir a una escalada rápida e irreversible, incluyendo el uso potencial de armas nucleares".