El Gobierno argelino ha advertido este lunes de que no devolverá a su embajador a Madrid hasta que el Gobierno proporcione "aclaraciones previas y francas", ya que considera que la confianza está "gravemente dañada" tras el apoyo del Ejecutivo de Pedro Sánchez al plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental.
La vuelta del embajador "será decidida soberanamente por las autoridades argelinas en el marco de aclaraciones previas y francas para reconstruir una confianza gravemente dañada", según ha explicado el enviado especial del Gobierno argelino para el Sáhara Occidental y los países del Magreb, Amar Belani, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias oficial argelina, APS.
Belani responde así al propio Pedro Sánchez, quien este lunes manifestó su esperanza en el pronto regreso del representante argelino a Madrid. "Esperemos que dentro de un breve espacio de tiempo podamos resolver esta cuestión diplomática", ha asegurado en una entrevista en Antena 3.
Respecto a los que especulan con "un enfado temporal de Argelia, no están en sintonía con la realidad", ha afirmado Belani, que ha calificado las palabras de Sánchez de "ligeras" y "desconcertantes". "Se corresponden al deseo de absolverse de su pesada responsabilidad personal" en el "sorprendente" cambio de postura del Gobierno español.
"Al aclararse, de una forma tan cándida (en alusión al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez), dio a entender que la nueva posición" sobre el Sáhara está "en consonancia con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y que también se alinea con la posición de otros países, y al hacerlo parece olvidar que España tiene una responsabilidad particular, moral y jurídica", remarcó Belani.
El 19 de marzo, Argelia llamó a consultas a su embajador en Madrid, que hasta el momento no ha regresado, y Belani apuntó hoy que quienes "ingenuamente especulan con un enfado temporal de Argelia, no están en sintonía con la realidad".
La antigua colonia española del Sáhara Occidental fue ocupada por Marruecos en 1975 en la Marcha Verde tras un acuerdo de cesión firmado con Madrid y pese a la resistencia del Frente Polisario, que proclamó la independencia de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
El alto el fuego de 1991 fue firmado por Marruecos y el Polisario con vistas a la celebración de un referéndum de autodeterminación, pero las diferencias sobre la elaboración del censo y la inclusión o no de los colonos marroquíes ha impedido hasta el momento su convocatoria.
Además, el Polisario ha dado por roto el alto el fuego de 1992 tras el desalojo de activistas saharauis del paso fronterizo con Mauritania de Guerguerat por fuerzas militares marroquíes en noviembre de 2020. Rabat considera la zona entre el puesto y la frontera con Mauritania como 'tierra de nadie', mientras que el Frente Polisario lo considera territorio propio.
El último revés para los independentistas saharauis ha sido el apoyo del Gobierno español al plan de autonomía marroquí hecho público el pasado 18 de marzo en una misiva dirigida al rey alauí, Mohamed VI, un cambio de postura calificado de traición por el Frente Polisario, que recuerda que España es aún 'de iure' la potencia ocupante del Sáhara Occidental.