María Jesús Montero (Sevilla, 1966) es, probablemente, uno de los rostros más reconocibles del Gobierno de Pedro Sánchez. Ministra de Hacienda y Función Pública, fue portavoz del Gobierno hasta hace un año.
Desde entonces se puede decir que vive con una calculadora en la mano tratando de cuadrar los números para intentar que las ayudas adoptadas contra la inflación no nos pongan en mayores aprietos con Bruselas. “Me gusta ser prudente cuando se trata de las cuentas públicas”, asegura mientras avisa al equipo de EL ESPAÑOL de que antes de las vacaciones de verano podría haber techo de gasto para los Presupuestos Generales del Estado.
Montero recibe a EL ESPAÑOL en la sala Goya del Ministerio de Hacienda. Llega sonriente, con cara descansada y bromeando con las altas temperaturas que hay estos días en Madrid. Todavía no conocía que en poco tiempo su carga de trabajo se iba a multiplicar. Horas después de esta entrevista se hacía público que Pedro Sánchez la propondrá como nueva vicesecretaria de Organización del Partido Socialista (PSOE) en el Comité Federal del partido que se celebra el próximo sábado.
El cambio en las filas internas del PSOE obliga a actualizar esta entrevista con la ministra de Hacienda para conocer cómo recibe el nuevo encargo del presidente del Gobierno y líder de su partido.
Pedro Sánchez la propone como vicesecretaria general del Partido Socialista, ¿cómo afronta esta nueva responsabilidad que tendrá que compaginar con su ejercicio de ministra?
Asumo la propuesta con responsabilidad, orgullo y agradecimiento al secretario general y presidente del Gobierno. También me gustaría destacar mi reconocimiento y gratitud hacia la magnífica labor de mi compañera y amiga Adriana Lastra (dimitida el pasado lunes como vicesecretaria general).
Es una mujer referente en esta organización que ha desarrollado una actividad extraordinaria. Ha sido ejemplo para muchas de nosotras y quiero trasladarle y desearle lo mejor.
Yo la acompañaré ahora en esa tarea (la de ser madre) también desde la amistad. Le deseo toda clase de éxitos y de suerte en su situación personal actual. La entiendo perfectamente, ya que también lo he vivido con anterioridad.
En política las casualidades no existen y el mensaje que se envía con la dimisión de Adriana Lastra no parece el más adecuado para un partido y un Gobierno progresista como el suyo.
Sé que en política las casualidades no existen, pero también sé que las situaciones personales de la gente que considero mi amiga las conozco perfectamente. No reproduciré frases que he escuchado durante estos días respecto al feminismo y la situación de mi compañera.
Adriana Lastra es una mujer feminista y socialista por encima de cualquier otra cuestión. Es responsable con su vida y con la de otros. No voy a permitir que se viertan sobre ella infundios ni mentiras que no tienen que ver nada con la realidad.
Sé qué es lo que ha determinado la decisión de Adriana Lastra. Ella ha querido que el partido salga lo más reforzado posible de una situación en la que ella, en este momento, da un paso a la segunda línea.
Ya veremos en el futuro cuál es su destino. Yo, como mujer mayor que ella y también queriendo profundamente a mi partido, sé que está llamada a seguir jugando posiciones muy importantes en el PSOE y que las adoptará cuando ella considere conveniente.
¿Cómo debe ser el engranaje entre el Partido Socialista y el Gobierno?
Ese engranaje es esencial. No sólo hay que acompañar al Gobierno haciendo frente a esta situación económica. El PSOE debe reforzar también su posición electoral en las contiendas municipales y autonómicas que están por delante, ya que las generales serán en un momento posterior.
Tenemos que ayudar a nuestros alcaldes y a nuestros presidentes de comunidades autónomas a revalidar los resultados. Allá donde estamos en la oposición tenemos que hacer un planteamiento ilusionante que permita reconquistar a los ciudadanos que depositaron su voto en otros partidos.
Andalucía fue el desencadenante de todo lo que estamos viendo en el PSOE. Además, es su Comunidad. ¿Se perdió allí por culpa de la comunicación, de la campaña, del candidato?
Hay muchos motivos que justifican por qué el PSOE no logró la mayoría que esperaba para poder gobernar. Creo que, sobre todo, tiene que ver con el tránsito que durante esos cuatro años tuvo que hacer mi organización política en Andalucía.
El Partido Socialista andaluz se tuvo que adaptar. Pasar de una situación en la que por primera vez perdió la Junta a una etapa de oposición en la que no había tenido entrenamiento previo. Hubo también un cambio en el liderazgo del partido. Creo que todos esos elementos condujeron a que los resultados durante la pasada contienda electoral no fueran los esperados.
Todo eso lo aprovechó, hay que decirlo con deportividad, el Partido Popular. Eso sí, desde mi punto de vista el Gobierno andaluz no pudo equivocarse porque no hizo nada en la legislatura pasada, y aquel que nada hace, pues tiene difícil equivocarse. Se limitó a confrontar con el Gobierno de España. Espero que en el futuro esa confrontación no sea la seña de identidad del Gobierno de Moreno Bonilla.
La veo muy crítica con la posición del Gobierno de Andalucía…
Hay que recordar las apariciones del señor Bendodo todos los martes. Lo único que ha hecho es atizar al Gobierno de España. Y eso que ha contado con mayores recursos en Andalucía que los que tuvo el PSOE en su última etapa.
Creo también que el hecho de que la Junta haya tenido los mayores recursos económicos de su historia fue un elemento de éxito para el señor Moreno Bonilla. Un dinero fruto de la solidaridad de este Gobierno, que no mira los colores de las comunidades autónomas y que las seguirá acompañando para que los ciudadanos no sufran recortes de servicios públicos.
"Sé que Adriana Lastra está llamada a seguir jugando posiciones muy importantes en el PSOE"
Desgraciadamente en mi etapa de consejera de Salud y luego de Hacienda sufrí los recortes del señor Montoro. Por eso estaba convencida, y el presidente del Gobierno lo compartía, de que no se podía hacer recaer sobre las autonomías el esfuerzo de la crisis pandémica o ahora el de la lucha contra la inflación.
Pero, volviendo a su pregunta inicial, creo que la derrota en Andalucía fue fruto de muchos factores. Seguro que también hemos tenido algún fallo de comunicación que habrá que corregir. Lo que sí le puedo asegurar es que en ningún caso lo ocurrido se puede extrapolar al resto de España. Quien lo haga se equivocará de forma grave sobre los pronósticos de cara al futuro.
¿Y de cara a las municipales del año que viene se puede extrapolar? En estos momentos ustedes gobiernan las principales ciudades, pero…
No tenemos nada más que acudir a la experiencia previa en Andalucía. Allí hubo en las elecciones autonómicas previas una recuperación de medio millón de votos en las generales. No es cualquier cosa, oiga. Hablamos de un 30% más de voto de los que había logrado en comicios autonómicos el Partido Socialista.
En definitiva, a pesar de que los resultados en autonómicas no fueron tan buenos, se ha demostrado que la fuerza que tiene el partido a nivel municipal prevalece sobre cualquier otra consideración.
Nosotros gobernamos en la mayoría de los municipios en Andalucía. Tenemos alcaldes que tienen una gran confianza de los ciudadanos en grandes capitales de provincia. Entre ellas en Sevilla, donde ahora está el señor Muñoz que está teniendo una importantísima aceptación social y que está llamado a mejorar, incluso, los resultados de su predecesor Juan Espadas.
También gobernamos en Jaén, en Granada, en ciudades muy importantes del conjunto de Andalucía y estamos llamados a revalidar, a mejorar, si me permite, esa mayoría.
¿Y qué ocurrirá en el resto de Autonomías donde gobiernan y en donde el año que viene se celebran elecciones?
Estamos llamados y obligados a encauzar las elecciones autonómicas en esos otros territorios donde gobernamos. Hablamos de Aragón, de Castilla-La Mancha, de lugares donde tenemos mayoría absoluta y, por tanto, vamos a ayudar desde la Comisión Ejecutiva al conjunto de los territorios a revalidar esos resultados.
También tenemos que poner de relieve al Partido Socialista en otros lugares donde gobierna a nivel autonómico el Partido Popular. Tenemos la necesidad de contar con un proyecto progresista para afrontar los grandes retos que se avecinan los próximos años.
"Estamos llamados y obligados a encauzar las elecciones autonómicas en esos otros territorios donde gobernamos"
Debemos hacerlo, desde mi punto de vista, desde una orientación socialdemócrata y no conservadora como la que ha planteado el Partido Popular, que es más de lo mismo de lo que conocemos en esos lugares. Ojalá tengamos también ahí a la gran mayoría de los ciudadanos.
Madrid es una de esas autonomías. El PP gobierna desde hace dos décadas y el Partido Socialista no consigue conectar con el electorado. Incluso han tenido que ir matizando sus propuestas de reforma de impuestos, por ejemplo.
Creo que las perspectivas electorales en los últimos años han sido cambiantes. El señor Gabilondo ganó las elecciones en Madrid. Esto significa que tuvo el respaldo mayoritario de los ciudadanos por encima de las expectativas del Partido Popular.
Sí, pero no logró formar mayoría de Gobierno...
Sí. Sí. Y en un ejercicio que es democrático y que no tiene reproche gobernó el PP. Pero después, cuando ellos ganan reclaman que gobierne la lista más votada. Ahí es donde está la incoherencia del propio Partido Popular.
Pero fue el señor Gabilondo el que ganó las elecciones. Posteriormente las ganó la señora Díaz Ayuso. Ya veremos quién las gana en la próxima contienda.
Decía el otro día Yolanda Díaz que el Gobierno había perdido el alma. Con las últimas medidas adoptadas y con las anunciadas en el Debate sobre el Estado de la Nación, ¿lo han recuperado?
(Risas) Nunca la perdió. Siempre la tuvo. También depende a qué llame alma. Yo llamo alma a ponerle interés, pasión, mirada empática a todas las iniciativas que el Gobierno desarrolla y hace.
Si este Ejecutivo se ha caracterizado por algo es por tratar de comprender el estado de ánimo de la gente y no sólo por hacer una política fundamentada en los sentimientos.
Nos hemos ceñido a la realidad que vivían los ciudadanos, que han visto una subida del precio de la luz. Hemos acudido en su ayuda bajando la parte que le corresponde al Gobierno. Ha habido una subida importante de los combustibles y hemos actuado aportando dinero para que su factura al repostar sea cada vez más baja.
También hemos puesto un cheque de 200 euros para aquellas familias que en el año 2021 aportaban o tenían menos de 14.000 euros de renta. Una medida que ya ha tenido desde que se convalidó la semana pasada más de 380.000 solicitudes y ya se han hecho los primeros pagos.
Por tanto, creo que atender los problemas de los ciudadanos, hacernos cargo de su estado de ánimo e intentar conectar para transmitirles que este Gobierno se preocupa por ellos es tener un alma muy importante.
¿Buscaba Yolanda Díaz su espacio tras perder la bandera de los impuestos?
Tengo una buena relación con Yolanda Díaz, pero muchas veces también uno intenta afirmarse a partir de la negación de otro. Y yo creo que en este Gobierno no hay ninguna necesidad, porque cada uno tenemos nuestro espacio.
Debemos rentabilizar y maximizar la confianza que los ciudadanos ponen en esos espacios y eso nos permitirá completar un proyecto que ha tenido y tendrá hasta el final de la legislatura una intensidad importantísima.
Entonces imagino que ustedes adoptan el impuesto a la banca y a las energéticas (tan pretendidos por Podemos) por convicción y no por achicar el espacio a Yolanda Díaz.
Lo hacemos por absoluta convicción. Coincidimos con nuestro socio de Gobierno en este sentido. Siempre resalto que en la gran mayoría de las políticas públicas que estamos poniendo en marcha hay un 100% de coincidencia entre las dos formaciones políticas. Son políticas de sentido común. Políticas que tienen y orientan la mirada a la persona y, por tanto, son sus intereses las que prevalecen en la orientación del Ejecutivo.
Obviamente estos impuestos son algo importante a la hora de financiar otras medidas que también compartimos. La fiscalidad es un instrumento, no es un fin en sí mismo como algunos partidos quieren hacer ver.
El objetivo es que los ciudadanos de nuestro país vivan mejor, tengan servicios sanitarios que les permitan vivir más, que la universidad pública satisfaga las expectativas profesionales de la clase media de este país. También de personas que pudiendo llevar a sus hijos a la universidad privada, optan por un servicio público que les ofrece garantías y una alta calidad...
"En la gran mayoría de las políticas públicas que estamos poniendo en marcha hay un 100% de coincidencia entre las dos formaciones políticas"
¿Nos puede explicar cómo van a ser esos nuevos impuestos para la banca y las energéticas?
Lo primero que hay que decir es que es normal que en la situación que viven la mayoría de los ciudadanos y del tejido productivo por la inflación, se pida un mayor esfuerzo a quienes obtienen importantes beneficios. Básicamente a las empresas energéticas por el alza de los precios de la electricidad, los carburantes y el gas por la guerra de Putin.
También a las entidades financieras, porque ya se está trabajando en la subida de los tipos de interés incluso cuando todavía no eran una realidad. Por parte de algunos bancos ya se han anunciado subidas de tipos, fundamentalmente en las hipotecas que los ciudadanos pagan cada mes, vinculadas al variable que tienen los ciudadanos.
Lo que se les pide tiene bastante lógica. Es de sentido común. Les pedimos tratar de compartir parte de esos beneficios en forma de servicio público, que es en definitiva donde se gasta el dinero que se recauda por parte de la Hacienda Pública. También para financiar todos los decretos ley que hemos puesto en marcha para acompañar a las familias.
El más importante, el último de ellos o las medidas anunciadas por el presidente en el debate del Estado de la Nación con la gratuidad del transporte público en Cercanías y Media Distancia. Algo que debe contribuir también a que, junto a los gobiernos autonómicos y municipales, se rebaje la factura que los ciudadanos pagan, sobre todo los estudiantes, para poder trasladarse por su ciudad.
Eso son los motivos, pero no me contesta a cómo va a ser el diseño.
Todavía estamos trabajando en él. Hay varias posibilidades. El objetivo es que entre en vigor y la recaudación sea efectiva en el año 2023 con respecto a los beneficios obtenidos en 2022.
Cuando lo tengamos terminado los primeros en conocer cómo se va a estructurar será Unidas Podemos, que tendrá que compartir el diseño del impuesto. Además, esa formación junto al Partido Socialista deberá firmarlo para presentarlo conjuntamente en el Congreso de los Diputados, donde se va a tramitar vía proyecto de ley para que pueda tener una tramitación más rápida.
Habla del sacrificio que deben hacer energéticas y bancos. En el caso de las entidades financieras hace referencia a la subida de tipos del 0,50% que ha llevado a cabo el Banco Central Europeo. ¿Por qué considerar que la normalización de la política monetaria es un ‘beneficio caído del cielo’?
No hay que hablar estrictamente de ‘beneficios caídos del cielo’ por la subida de los tipos de interés. Pero sí es cierto que para los ciudadanos, para la economía doméstica de clase media y -por supuesto- para las personas vulnerables, el coste de la hipoteca sí ha subido. Eso implica un esfuerzo para la ciudadanía.
También ocurre con la factura de la luz, pese a que el Gobierno ha disminuido en un 80% los impuestos que se aplican y ha bonificado hasta diciembre en 20 céntimos el litro de carburante (diésel o gasolina). A pesar de ello los ciudadanos experimentan en sus economías el incremento de esa inflación que se traslada a la cesta de la compra.
A un Gobierno como el mío lo que le preocupa es esa gran mayoría social que deberá transitar esta crisis de forma radicalmente distinta a lo que ocurrió en la de 2012. Creo que lo estamos demostrando con medidas específicas que no solamente protegen a los más vulnerables, sino que ayudan a la clase media de nuestro país.
"Los primeros en conocer cómo se va a estructurar el impuesto a la banca será Unidas Podemos"
Insisto, a la gran mayoría de los ciudadanos. De ahí que las medidas impositivas y de bonificaciones sean universales. Se trata de conseguir que a todos los ciudadanos se les plantee una capacidad económica que les permita sobrevivir mejor en una situación en la que la inflación supone para ellos un coste añadido.
Además, como socialdemócrata que soy, soy una convencida de que los servicios públicos no sólo son de justicia social, sino que también son una herramienta para ensanchar una clase media de nuestro país que tiene la capacidad de ascender porque tiene cubiertas una parte muy importante de unas rentas que estarían apalancadas o no estarían disponibles si el Estado no proveyera esos servicios públicos.
La veo mirar aquí cerca, a la Puerta del Sol, ¿cree que esa es la intención del Partido Popular?
Creo que el Partido Popular siempre tiene en sus pretensiones una mayor privatización de los servicios públicos. Probablemente no se atreve a verbalizar cuál es su hoja de ruta, pero siempre han pensado, y lo siguen diciendo, que los servicios públicos son ineficientes.
Lo hacen cuando hablan del gasto superfluo, de si se puede permitir o no la revalorización de las pensiones. Una pregunta, por cierto, que no contesta el señor Feijoo, al que se le cuestiona permanentemente y no responde. Elude una respuesta sencilla, sólo tiene que decir si está de acuerdo o no en que los pensionistas de nuestro país mantengan su poder adquisitivo o si prefiere un sistema de pensiones en el que uno se haga su plan privado.
Para mí, tener un sistema público de pensiones sostenible o tener un sistema público de sanidad o tener una política de ayudas al estudio que permita que aquellos que no han tenido esa oportunidad por nacimiento ir a la universidad o hacer la formación profesional es fundamental.
Es un logro social que Europa protagonizó durante el último siglo, que continuó durante el siglo XXI, ya en forma de derecho de tercera generación. El hecho de que la señora Ayuso llame becas a ayudas que se dan para que la gente curse sus estudios en centros privados, teniendo rentas incluso superior a 140.000 euros, me hace sospechar que lejos de querer ayudar a las familias, lo que está es garantizando el negocio a esas instituciones privadas.
En septiembre volverá la negociación de los agentes sociales para intentar alcanzar un Pacto de Rentas. La patronal ha puesto su línea roja, y dice que los pensionistas y los funcionarios también deberían ajustarse el cinturón y no sólo el sector privado. ¿Habrá acuerdo?
Conozco muy bien el argumento porque hemos tenido varias reuniones y contactos informales con los agentes sociales. El Pacto de Rentas sería una magnífica noticia para el país. Pondría encima de la mesa un escenario de certidumbre, de confiabilidad. Con la participación y la implicación de los agentes sociales permite transitar una situación complicada por el aumento de la inflación y da solvencia y credibilidad a las políticas que se desarrollen en los próximos años.
Para hacer posible ese Pacto de Rentas es necesario un gran acuerdo en materia salarial. Eso es lo más importante en este momento. Es lo que tenemos que facilitar y posibilitar.
Patronal y sindicatos pidieron al Gobierno que se les dejara trabajar. Dijeron que el Gobierno no interviniera en ese acuerdo de moderación salarial, que es lo mismo que decir que se busca un acuerdo que haga compatible el crecimiento de los sueldos y el de las empresas en un momento en el que la inflación plantea una gran incertidumbre económica.
Si llegado ese momento, y ojalá llegue, no tenemos ningún límite en poner encima de la mesa aquellas materias que pretenda la patronal o que pidan los sindicatos. Por supuesto, en este caso, ya tendrá que haber un acuerdo entre el Gobierno los sindicatos y la CEOE.
Entiendo, entonces, que se podrían plantear ustedes que las pensiones no tengan que actualizarse este año en función del IPC.
Si la patronal pide esta cuestión la pondríamos encima de la mesa, pero tendríamos que acordarla también con las organizaciones sindicales, que han sido importantísimas para que el Gobierno impulsara una norma sobre pensiones que contó con un gran acuerdo. De hecho, fue fruto del diálogo social.
Por lo tanto, si hubiera que modular algo en esa materia tendría que ser también fruto del diálogo social. Pero el Gobierno no va a poner ninguna línea roja porque lo que quiere y lo que cree es que sería bueno tener ese Pacto de Rentas.
¿Cómo va la recaudación en lo que llevamos de año, ministra?
Va bien. La recaudación además tiene varios elementos importantes para que podamos asistir a un cumplimiento de los objetivos de consolidación fiscal. El más importante, el arrastre que llevamos de 2021 en el que hubo una recaudación de 8.000 millones más de lo previsto por el Gobierno. Por cierto, con una inflación del 3%, lo que demuestra que es fruto del crecimiento económico. Digo esto porque hay quien no quiere reconocer la realidad de los datos, que en su mayor parte se deben a la solidez del crecimiento económico del país.
Esta recaudación se viene arrastrando durante este año y es lo que ha permitido este colchón para financiar las medidas que se han puesto en marcha para luchar contra la subida de los precios. En total 15.000 millones de euros que nos han permitido no haber recurrido a incrementar el déficit o la deuda.
Por eso ahora se solicita un esfuerzo adicional a los grandes sectores que se benefician de la subida de la inflación. Si a final de año hay una recaudación esperada de 15.000 millones de euros por encima de lo previsto, según dicen algunos organismos, ya que yo no me quiero confiar porque si no luego eso se traduce en déficit, será gracias a la buena gestión y al crecimiento que se produjo el año anterior.
Ahora vamos a intentar que con esa aportación adicional que se pide a los grandes grupos seamos capaces de financiar las medidas que hemos puesto en marcha sin que se resienta el déficit y la deuda y podamos mantener los compromisos con Bruselas.
¿Hay margen para adoptar nuevas medidas si las cosas se ponen peor de aquí a final de año?
Los márgenes fiscales con la recaudación prevista en este momento están prácticamente agotados. Si hubiera que adoptar nuevas medidas tendríamos que recurrir a ver cómo rinden esos recursos extraordinarios, ver cómo se comporta la recaudación, etc.
"Si a final de año hay una recaudación superior a lo previsto en 15.000 millones será fruto de la buena gestión y del crecimiento"
Vivimos un escenario de gran incertidumbre. Estamos ante un trimestre fundamental. En septiembre, en octubre, veremos cómo se comportan los datos económicos. A partir de ahí se decidirá.
Es decir, que no hay margen fiscal en este momento para adoptar nuevas medidas.
Esperemos a que pase el verano para comprobar cómo se comporta el consumo. Los pronósticos son buenos. Hasta que no llegue el momento no me atrevo a hacer ninguna afirmación. Si se cumplen las previsiones habrá capacidad, si no ya veremos cómo está el entorno económico, la inflación (que esperamos se vaya moderando).
Espero que pronto seamos capaces de asistir al final de una contienda que está suponiendo un esfuerzo para todos los ciudadanos europeos. Estamos en una guerra que en otra época se hubiera resuelto pegando tiros. Ahora, en cambio, tiene como consecuencia la situación económica que viven países como Alemania, como Italia, como Francia, como Portugal, como el Reino Unido.
Tenemos que ser capaces de transitar la coyuntura hasta que seamos capaces de vencer al tirano con las sanciones económicas, con la solidaridad con los ciudadanos de Ucrania, con la autodefensa que está protagonizando Ucrania. Pero creo que ya nadie duda de que si no se frena la guerra en Ucrania hubiera habido un efecto de expansión sobre otros países de esa órbita y, por tanto, un riesgo real para el orden mundial.
El FMI decía que España iba a ser una de las economías menos afectadas por un corte de gas procedente de Rusia. Sin embargo, parece que los próximos trimestres van a ser complicados en nuestro país, pero también en Europa. ¿Vamos camino de una recesión?
No. Ninguno de los organismos internacionales plantean sobre Europa una recesión. El único que plantea una recesión es el señor Feijóo, que parece que está deseando que en la Zona del Euro haya una recesión y que en España también haya una recesión. No ve los datos de los organismos internacionales. En ningún caso plantean una recesión. Ni siquiera para aquellos Estados que tienen una mayor dependencia del suministro del gas de Rusia. El crecimiento de Europa es robusto.
Pero sí que hablan de unos trimestres muy complicados. Incluso de algunos de ellos en negativo.
Hay que ser muy cauto en cómo se dicen las cosas y en qué se quiere trasladar. Yo no le escucho al señor Feijóo matizar nada. Yo le escucho decir que España está al borde de la recesión. Miente, y hay que decirlo con contundencia.
Ningún organismo prevé que Europa ni España estén al borde de la recesión. Están hablando de crecimientos económicos para este año que están en el entorno del 4%. Es que es una locura hablar de que un 4%, aunque un trimestre tenga un comportamiento de mayor ralentización, significa recesión. Un 4% significa crecimiento robusto y, por tanto, hay que estar alerta para que pueda continuar. ¿Que se ralentiza para el año que viene? Por supuesto, como en el conjunto de la zona del euro.
Es como si alguien quisiera que nos ocurrieran cosas malas porque piensa que si eso pasa tiene más posibilidades de llegar a La Moncloa. Y eso, además de ser antipatriótico en un momento como el que viven los ciudadanos, tiene que contar con el reproche del conjunto social.
¿Tendremos cortes de gas este invierno?
Afortunadamente, España no es un país tan dependiente de esa fuente de energía como otros países europeos. Y como ha dicho la ministra Ribera, las familias españolas no van a sufrir ningún corte de gas y luz en sus casas.
"Solo escucho al señor Feijoó decir que España está al borde de la quiebra"
Todos tenemos que ser responsables en el consumo. Yo creo que los ciudadanos están bastante concienciados. De hecho, la Administración pública ya elaboró un plan de eficiencia energética para hacer un uso responsable de la energía, que es la principal causa de la inflación. Por tanto, tenemos que estar alerta y ser responsables. En este momento no hay ningún riesgo en el horizonte respecto al corte de suministro.
Algunos se reían de las medidas de ahorro que el presidente Sánchez estaba intentando impulsar desde Europa. Luego, cuando ven que otros países las quieren copiar, pues ya se ríen menos.
Hablemos de los Presupuestos, ministra. ¿Tendremos techo de gasto antes de que llegue el verano?
Mi pretensión es presentarlos antes de que acabe el mes de julio.
(Risas) Queda un consejo.
(Risas) Correcto, soy absolutamente consciente. El Gobierno está apurando el conocimiento de los datos económicos. Las previsiones tienen que ser certeras para hacer los Presupuestos Generales del Estado. Seguiremos con la prudencia que hemos mantenido hasta ahora, pero vamos a tratar de apurar hasta el último minuto para tener datos reales.
Pero, insisto, mi idea es que se pueda aprobar el techo de gasto por el Consejo de Gobierno antes de que acabe el mes de julio. Posteriormente informaré al Congreso de los Diputados cuando se reanuden las sesiones allá por el mes de septiembre.
Como tenemos suspensión de reglas fiscales no hay que aprobar objetivos de estabilidad, aunque habrá objetivos de referencia. Serán homologables a lo que se planteó en el plan presupuestario, en donde la senda está dibujada. Estamos siendo bastante fieles a lo que en su momento comprometimos con Bruselas y queremos seguir siendo fieles a ese compromiso.
¿Veremos un techo de gasto récord como pide Podemos?
Bueno, vamos a ser prudentes. Simplemente le puedo adelantar esto. Estamos todavía manejando los últimos datos, pero será la prudencia lo que marque la cifra final. Es lo que siempre ha ha presidido las cuentas públicas, teniendo en cuenta también que las necesidades de los ciudadanos están en primer lugar.
Atenderemos en primera instancia estas cuestiones y también seremos capaces, con los fondos europeos, de dar respuesta a las necesidades de inversión que tiran de la economía. Esto es importante para el sector productivo y podremos atenderlo. También tienen que ser compatibles con los requisitos que nos pide Bruselas para que nuestras cuentas sean sostenibles.
¿Nos encontraremos en esos Presupuestos con alguna sorpresa impositiva que no conozcamos todavía?
Tengo que trabajar con los grupos políticos. Por lo pronto incorporaremos las figuras fiscales que derivan del debate del Estado de la Nación. Tendremos que actualizar la recaudación para todos los impuestos, sobre todo aquellos que se pusieron en marcha en los últimos años: transacciones financieras, digitales, los vinculados al medio ambiente…
En cualquier caso, tendremos que ver con el resto de grupos políticos cuáles son las cuestiones que se puedan ir trasladando.
¿Descartamos la gran reforma fiscal que el Gobierno quería poner en marcha y para la que existen ya las aportaciones del Comité de Sabios?
El Comité de Sabios planteó que era importante ir acompasando todo al momento económico. No podemos contradecirnos a nosotros mismos. Nos hemos visto abocados a adoptar medidas que no pueden ser incoherentes con lo que se plantea.
La reforma fiscal está pensada para un momento de normalidad en la inflación, no para un momento de incremento de los precios energéticos, por ejemplo.
"Mi idea es que se pueda aprobar el techo de gasto por el Consejo de Gobierno antes de que acabe el mes de julio"
Hay que ser inteligentes a la hora de poner en marcha la reforma fiscal y tendremos que ir eligiendo aquellas medidas que son compatibles con las que ya está poniendo en marcha el Gobierno. Evidentemente, muchas tienen un tiempo tasado hasta el mes de diciembre.
Por ejemplo, la disminución del IVA de la luz o del IVA de los precios energéticos. Veremos cómo se comportan los precios mayoristas para el año que viene, pero todavía es muy pronto. Estamos en el mes de julio y no podemos prever cómo van a ser esos comportamientos en el mes de enero.
Llevo escuchándola durante la entrevista reclamar el apoyo del PP y criticar a la formación de Núñez Feijóo por tratar de desgastar al Gobierno. Sin embargo, en los últimos tiempos les han salvado algunas votaciones en el Congreso...
Tendría que hacer recuento, pero creo que no ha salvado ninguna votación que el Gobierno no tuviera ya asegurada por parte de sus socios habituales. No puedo asegurarle el dato porque lo mismo hay algún caso concreto que podría haber ocurrido.
Sí que le puedo decir que la mayoría de los proyectos de ley, los decretos ley, las iniciativas que hemos desarrollado, han sido articuladas en la mayoría que este Gobierno conformó para la investidura del presidente Sánchez.
Le digo más. Si el Partido Popular atisba o huele que hay alguna iniciativa que no vaya a salir adelante si no es con su abstención o con su voto favorable, el PP no tiene ningún problema en cambiar su voto. Prioriza siempre el desgaste a este Gobierno. Lo hemos visto durante toda esta legislatura.
Lo vimos muy claro en la reforma laboral. El PP tenía una hoja de ruta de convocatorias electorales interesada y que pasaban también porque el Gobierno perdiera la votación en esa materia. Mire por donde fue un voto del Partido Popular erróneo el que dio favorable la votación.
Eso ocurrió en la etapa de Pablo Casado como presidente ¿No se ha visto un cambio con la llegada de Núñez Feijoó?
Nunca nos van a apoyar. Lo hemos aprendido a lo largo de todo este tiempo con el señor Casado y con el señor Feijoó. Preguntan a nuestros socios por el sentido de sus votos antes de determinar el suyo. No ha habido ningún cambio respecto a lo que practicaba el señor Casado.
Si la moderación es hablar en un tono más bajo, utilizar los superlativos en menor medida de los que utilizaba el señor Casado, el resultado para los ciudadanos es el mismo en este momento. Este país no puede esperar del principal partido de la oposición que apoye ninguna de las materias que son fundamentales para los ciudadanos.
"Lo han hecho todo contra este gobierno para que perdieramos las votaciones en el Congreso de los Diputados"
Fíjese que en el decreto ley de Ucrania, que ya tenía garantizada la mayoría, no expresaron hasta el último minuto cuál iba a ser el resultado de su voto. Y eso que se otorgan la paternidad de algunas de sus medidas. Ni siquiera eso provoca un voto favorable.
Se le pregunta qué van a hacer con el impuesto a la banca y las energéticas. No contestan. ¿Están a favor de que se actualicen las pensiones en función del IPC? No responden. Es decir, el Partido Popular no existe en la política cotidiana de nuestro país salvo para desgastar al Gobierno o para hacer crítica.
Lamento que una formación política piense que los ciudadanos le van a dar su confianza simplemente no participando, estando en un segundo plano o no acudiendo a la emergencia que han tenido los ciudadanos en la pandemia y que están teniendo ahora con motivo de la inflación.
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