El Ministerio del Interior se niega a variar los criterios con los que corrigió el examen de Ortografía de las oposiciones a Policía Nacional a los aspirantes de la promoción número 38.
Así consta en un escrito con el que el departamento que encabeza Fernando Grande-Marlaska responde a los recursos administrativos (recursos de alzada) presentados por centenares de ellos, que fueron considerados "no aptos" en esta prueba eliminatoria y expulsados, por tanto, del proceso de selección.
El núcleo del conflicto son las palabras stent, software y majorette. Se trata de tres de los cien términos que los opositores tuvieron ocho minutos para discernir si formaban parte del Diccionario de la Lengua Española (DLE) o no.
Los aspirantes que suspendieron consideraron que no figuraban en el DLE escritos en letra redonda, como aparecían en el folio del examen, sino que, al tratarse de extranjerismos, debían aparecer en cursiva. Interior les corrigió negativamente estas preguntas del test y, al no llegar a la nota de corte, fueron calificados como "no aptos" y quedaron fuera del proceso.
En el escrito en el que Interior se niega a variar esta corrección, fechado el pasado 30 de junio y al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, la Dirección General de Policía (DGP) considera que la disyuntiva letra redonda vs. letra cursiva "no es un asunto ortográfico, sino estilístico". "Y la prueba consistía en si las palabras que figuraban en el examen estaban o no en el Diccionario", replica.
Tal y como avanzó EL ESPAÑOL a principios de junio, en otro documento previo, en el que respondía a las quejas de los opositores suspendidos, la DGP aludió a "expertos" que secundan sus criterios de evaluación. En esta ocasión, Interior ya pone nombre y apellidos a una de ellas: la profesora de Lengua y Literatura de la Universidad Carlos III de Madrid, María Esther Ramón.
El informe de esta funcionaria, solicitado por la Dirección General de Policía, señala que las instrucciones de la prueba eran "claras" y "concisas", "sin hacer referencia alguna el formato estilo de letra" en el que aparecían las palabras.
La profesora reprocha que los recurrentes "fijen su atención en el tipo de letra elegido para mostrar los vocablos". Y considera que el hecho de que todos los términos apareciesen escritos en letra redonda, incluidos stent, software y majorette, "responde, simplemente, a una decisión estilística, tipográfica y unificadora, que nada tiene que ver con la corrección ortográfica, ya que no están siendo utilizadas dentro de un texto o discurso en español, donde sí tendrían que haber sido obligatoriamente escritas en cursiva".
Según consta en su respuesta, Interior también ha solicitado un informe al departamento Español al día, del Centro de Estudios de la RAE. Y la Real Academia, en esta ocasión, ha indicado que "el hecho de los que lemas majorette, software y stent aparezcan escritos en cursiva en el Diccionario de la Lengua Española no implica que la respuesta correcta [en el examen] hubiera debido ser: B) No aparecen en el DLE".
"Si el estilo de letra (...) hubiera sido considerado relevante por los examinadores, la formulación de las respuestas hubiese contenido alguna alusión específica: A) Figura, así escrita; B) No figura así escrita...", ejemplifica el informe.
Varapalo judicial
Con esta decisión, el Ministerio del Interior se enfrenta a otro varapalo judicial, como el que dio la razón a los opositores de una promoción anterior, la número 36. El pasado mayo, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) falló a su favor en un contexto muy similar a éste.
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La Justicia concluyó que los opositores, en aquella ocasión, contestaron de manera correcta al test, en el que se preguntaba si los términos ciberataque, LGTBI, reditar y preminente estaban correctamente escritos en base al DLE.
Ambas promociones, tanto la 36 como la 38, constituidas en las plataformas #Justicia36 y #Justicia38, elevaron una duda a la Real Academia de la Lengua Española. En el caso de ésta última, la institución confirmó que los vocablos software, stent y majorette deben escribirse en cursiva.
Y así lo recogió el TSJM en su sentencia. "Sería un completo sinsentido que consideráramos palabras incorrectamente escritas las grafías analizadas, cuando la RAE, máxima institución garante de establecer los criterios de corrección en el uso de nuestra lengua común, ha señalado inequívocamente que eran palabras correctamente escritas", señalaron los jueces. Interior optó por no recurrir esta resolución ante el Tribunal Supremo, por lo que se convirtió en firme.
Situación idéntica
Ahora, la situación puede acabar repitiéndose con la promoción 38. "Es idéntica", sentencia Ángel Galindo, el abogado que defiende a estos 300 recurrentes y que consiguió el fallo favorable del TSJM.
"Yo creo que el asunto está claro; tan claro como lo estuvo en el caso de la 36", incide el letrado.
Se resuelva su conflicto en un sentido o en otro, la promoción número 38 será la última en sufrir la prueba de ortografía. La Dirección General de la Policía anunció el pasado febrero que eliminará este polémico test en las próximas convocatorias, aunque esta materia se evaluará como parte de otra.