España acaba de firmar, junto a Francia y Alemania, el contrato que supone la
puesta en marcha de los trabajos para construir en los próximos años el supercaza de combate y el sistema aéreo más avanzado del mundo. Este se ha cerrado por valor de 8.000 millones de euros, de los cuales 3.000 serán aportados en la primera fase del programa FCAS (Future Combat Air System), que permitirá a esas tres potencias europeas la creación de un sistema de combate aéreo de última generación.
El contrato ha visto la luz este mismo miércoles. Cada uno de los tres países aporta una porción de la suma total, adjudicándola a su vez a una compañía especializada en el sector. La francesa Dassault, la alemana Airbus y la española Indra han rubricado el acuerdo.
Este contrato, valorado en unos 8.000 millones de euros, tendrá por objeto preparar y realizar las demostraciones de los distintos sistemas del nuevo proyecto aéreo de última generación. Uno de los principales hitos de estas demostraciones será el primer vuelo del demostrador del New Generation Fighter (avión de combate de nueva generación).
Estas demostraciones permitirán la validación de los conceptos y tecnologías para el proyecto. Su desarrollo se iniciará a finales de la década de 2020. El valor de la primera fase de este contrato, que abarca unos 36 meses de actividades, supera los 3.000 millones de euros.
"Gran paso"
La adjudicación "es un gran paso adelante", subrayan fuentes del Ministerio de Defensa. "Demuestra la voluntad común de las naciones participantes y de sus industrias de superar numerosos obstáculos para avanzar juntos". El acuerdo se sellará, de forma simbólica, en un acto que podría tener lugar en Madrid.
El proyecto lo iniciaron en 2017 Francia y Alemania, y España se unió posteriormente en 2019. Su objetivo radica en el desarrollo de un sistema de sistemas nuevo e interconectado: el NGWS se situará en el centro de los sistemas de combate aéreo europeos del siglo XXI.
En su núcleo, el avión de combate de nueva generación, NGF, estará conectado a drones de acompañamiento (remote carriers) y tendrá la ventaja de aprovechar numerosas capacidades aéreas, navales, terrestres o espaciales, gracias a una nube de combate.
Basado en tecnologías punteras, el nuevo proyecto permitirá a fuerzas aéreas y a la Marina francesa beneficiarse plenamente de la era del combate colaborativo.
El FCAS es el programa del futuro para la aviación militar europea. Una especie de "sistema de sistemas".
Según Defensa, este proyecto permitirá a las fuerzas armadas francesas, alemanas y españolas preservar "su superioridad aérea" en futuros escenarios de operación y a la industria europea desarrollar su competencia, con el fin de que nuestros tres países permanezcan, decididamente, juntos, en el selecto club de los diseñadores de sistemas aéreos de vanguardia.
En calidad de coordinador nacional del programa en España, Indra será responsable de impulsar y coordinar la participación industrial española, favoreciendo el desarrollo de las empresas y pymes del sector, y de todo el ecosistema innovador, con universidades y centros de investigación a la cabeza.
El contrato supondrá la contratación de más de 600 millones a esa misma compañía en diversos proyectos que se ejecutarán en los próximos tres años.
El caza europeo renovado
El programa FCAS nació como apuesta de independencia tecnológica europea con el objetivo de mantener la "soberanía en defensa y seguridad", según Airbus.
Con un coste estimado que supera los 100.000 millones de euros entre los tres países, el FCAS tiene planeado levantar el vuelo en los diferentes ejércitos para el año 2040, teniendo la primera unidad de demostración para el 2026, aunque los plazos se han ido retrasando y probablemente no esté listo hasta finales de la presente década.
"El FCAS es especial porque será mucho más que un mero avión de combate". El futuro de la aviación militar de combate pasa por un ecosistema compuesto de elementos tanto tripulados como no tripulados. Los primeros tomarán un papel de coordinadores y se situarán como centros de control aéreo de los segundos que tienen previsto realizar otro tipo de misiones.
Este FCAS integrará otras tecnologías ya presentes en otros tantos campos pero aplicadas al combate, como sería la interacción hombre-máquina, la famosa inteligencia artificial o los componentes criptográficos, así como el análisis de big data.
Posicionándolo en una potencial sexta generación de cazas, por encima de los actuales F-35 y F-22 estadounidenses y del Su-57 ruso, que se encuadran en una quinta más enfocada en propiedades furtivas.
Ciertos detalles del FCAS referentes a las especificaciones técnicas completas se desconocen, tales como el armamento seleccionado para el mismo, la altitud o la velocidad que podrá recorrer.