3 de noviembre de 2017. En torno a las cinco de la madrugada, en una lujosa urbanización de Boadilla del Monte (Madrid), la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional rodea la finca vallada de una casa que mantienen bajo vigilancia. Llevan un mes tras su dueño, y esa mañana van a detenerle.
No es el único lugar en el que los agentes rastrean y anotan los movimientos del dueño de la vivienda. Saben dónde trabaja, con quién se mueve y cada paso que da. Se trata del comisario José Manuel Villarejo.
Aquel día los rumores en torno a la figura de este poliédrico personaje tomaron cuerpo. Muchos sabían, dentro y fuera de la Policía, en la política y en las grandes empresas, que era un tipo complicado. Metido en asuntos turbios. Alguien de quien se decía que grababa a todo el mundo, y con quien había que ir con pies de plomo.
En aquella casa iba a destaparse una suerte de caja de Pandora cuando el fiscal del caso, Ignacio Stampa, ordenó abrir la caja fuerte del excomisario y encontró en ella 30 años de grabaciones. Centenares de cintas cada una con un nombre. El rey Juan Carlos, Corinna, María Dolores de Cospedal, Dolores Delgado, Jorge Fernández Díaz...
Allí guardaba 30 años de grabaciones con políticos, periodistas, jueces y empresarios. El descubrimiento sacó a relucir los demonios del país y mostró los resortes del poder. Un archivo inabarcable de casos de corrupción que en los años siguientes iban a destapar algunos de los procedimientos judiciales más polémicos, con consecuencias impredecibles.
Todo esto y más se cuenta en un nuevo pódcast original titulado El País de los Demonios, elaborado por Spotify, y cuyo primer y segundo capítulo están disponibles desde este mismo martes. Está narrado por Álvaro de Cózar, director del proyecto y guionista junto con Eva Lamarca.
La investigación contará con un total de 10 episodios de unos 30 minutos de duración y cada semana se podrá encontrar en la plataforma una nueva entrega del pódcast, que concluirá el 18 de abril.
Se abre la caja fuerte
La narración de la historia gira en torno a la Operación Tándem, la investigación coordinada por el Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional que terminó con la detención de Villarejo por presuntos delitos de blanqueo y organización criminal.
En la misma operación también fue detenido el comisario Carlos Salamanca. Fue iniciada tras un anónimo enviado a la Fiscalía Anticorrupción, del que luego se supo que era responsable David R.Vidal, exagente del CNI que actuó por su cuenta al recabar la información de un empresario cliente de Villarejo.
Aparte de Villarejo, el relato del pódcast lo protagoniza el fiscal Ignacio Stampa, encargado de la investigación del caso, que ordenó abrir aquella caja fuerte y quien principalmente sufrió las consecuencias al ser apartado por los mismos que le ordenaron investigar al comisario.
Él mismo narra en el segundo capítulo la mañana en la que empezaron todos sus problemas. Fue en la que arrestaron al ya excomisario en el salón de su casa. Tras cercar la finca, la idea era esperar a que Villarejo saliera por la puerta para arrestarle. Pero pasan las horas, los policías esperan y Villarejo no abandona su vivienda.
Los nervios, dice Stampa, estaban a flor de piel: "La tensión es descomunal. Cuando se está empezando a desarrollar la operación estamos dando vueltas por la calle alrededor de la Fiscalía Anticorrupción". A las 11 y media de la mañana, los policías deciden entrar en la casa de Villarejo para detenerle.
Le han pillado desprevenido. Pasan varias horas, registran la casa, Villarejo espera, maniobra para tratar de contrarrestar su arresto. En un momento del registro, todos son convocados al salón. Acaban de abrir la caja fuerte del comisario. Abrirla fue confirmar que todo lo que se decía sobre este comisario era verdad.
"Allí había tal cantidad de material informático, microcasettes, y cosas que dices: ¡es verdad! ¡Es verdad que lo graba todo desde hace 40 años! Yo recuerdo que pensé: ¡es verdad! ¡Lo tiene todo!", recuerda Stampa.
Gigas, megas, usb, cintas analógicas, disquetes... "Era toda la gama informática. Todo, completamente todo. Hubo un momento en que dijimos: acabamos de morir, porque es que no tenemos vidas para investigar esto".
Un policía preguntó entonces, mirando al fiscal: "¿Pero todo?". "Todo, todo, todo", responde Stampa. "Hemos venido para esto. Hay que llevárselo todo".
"El sistema los abandonó"
Álvaro de Cózar ya dedicó otro pódcast a la figura de Villarejo. V, las Cloacas del Estado fue un éxito a todos los niveles, pero se emitió antes de que el comisario terminase entre rejas. Antes de descubrirse también su interminable archivo repleto de grabaciones. "Este pódcast era una forma de cerrar el círculo. En los últimos años no hemos dejado de escuchar historias sobre las cloacas del Estado".
El periodista pone el foco en la historia de los fiscales del caso y de quienes protagonizaron la investigación. "Es la historia personal aún no contada de los que metieron la nariz en esas cloacas y de cómo el sistema los abandonó a su suerte. Casi todo el que ha investigado a Villarejo se ha visto arrasado por los acontecimientos", señala.
El momento en que se abre la caja fuerte es el ejemplo perfecto de cómo un rumor, una leyenda sostenida durante muchos años, se convierte en realidad. "Yo también sufrí la leyenda esa. Todo es muy oscuro, los policías diciendo que si tiene a todo el mundo grabado... Muchas de las cosas me costaba creerlas. Del anterior trabajo dejé muchas cosas fuera porque no podía probarlas", dice Álvaro de Cózar. Y terminaron siendo verdad.
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