Josep Piqué, político por "carambola", como él mismo decía, ministro clave en los gobiernos de José María Aznar, ha fallecido este jueves a los 68 años en el Hospital 12 de Octubre de Madrid tras recaer de una neumonía que lo había debilitado en las últimas semanas. Feijóo lo había recuperado hace menos de un mes para la fundación del PP Reformismo21.
Hijo del alcalde de Vilanova i la Geltrú, municipio barcelonés donde nació y de donde procede su familia, fue en tiempos universitarios militante de partidos de izquierdas como el PSUC, la formación comunista catalana. "Es lo que tocaba en el franquismo si querías defender la implantación de una democracia", recordaba hace sólo once días en estas páginas, en la que ha sido su última entrevista a un medio de comunicación.
José María Aznar lo fichó en 1996 de la empresa privada. Tenía 41 años, dos menos que el presidente del Gobierno, y dirigía entonces la química Ercros. Con Aznar ocupó las carteras de Industria y Energía (1996-2000), Asuntos Exteriores (2000-2002) y Ciencia y Tecnología (2002-2003). También ejerció como portavoz del Ejecutivo y presidió el PP catalán.
Piqué se definía como "un liberal pragmático", y en su etapa al frente de Industria se sentaron las bases para liberalizar sectores como el eléctrico.
Durante su gestión se privatizaron empresas de participación estatal como Repsol, Aceralia, Telefónica y Endesa, y se liquidó la Agencia Industrial del Estado (AIE), que pasó a integrase en la SEPI con el objetivo de, según anunció entonces, "reestructurar totalmente el sector público" para que "todas las empresas públicas, con la excepción del carbón, den beneficios".
Como ministro de Exteriores buscó alianzas con Estados Unidos en un intento por lograr un mayor peso de España en la escena internacional. Apoyó la política de George W. Bush en Irak, incluida la guerra, tras asegurar los servicios de inteligencia que Sadam Husein disponía de "armas de destrucción masiva".
"Dada la información disponible en aquellos momentos y que después resultó falsa", ha explicado Piqué, "apoyar la posición de Estados Unidos, desde el punto de vista de los intereses de España, fue adecuado. Dicho esto: hubo apoyo político, pero no militar".
Distanciamiento de Rajoy
Piqué se distanció de la política en la etapa de Mariano Rajoy. Se sintió desautorizado como líder del PP catalán y no compartió su política de desidia y de dejar correr los asuntos en Cataluña. Volvió a la empresa privada.
Pensaba que Rajoy debería de haber intentado resolver el problema del nacionalismo catalán en lugar de soslayarlo y, una vez llegado el desafío independentista, haber suspendido antes la autonomía catalana sin esperar al "hecho sedicioso". Es decir, haber aplicado el artículo 155 de la Constitución en el momento en el que el Parlamento de Cataluña aprobó las famosas leyes de desconexión. "Eran anticonstitucionales y un menosprecio a la voluntad popular y al Estatuto de autonomía", señaló.
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Partidario de una España plural y de un catalanismo integrador, del que fue referente, defensor de los consensos básicos y el respeto a las instituciones, creía que España necesitaba "lealtad institucional" para cohesionarse y frenar la deriva territorial.
Consideraba que las aspiraciones históricas del catalanismo, como la promoción de la lengua y la cultura catalanas, ya se habían logrado, y que el nacionalismo había pervertido el sentido original de esas reivindicaciones para instalarse en una "queja permanente".
Frente a quienes hoy cuestionan la Transición, defendía sus frutos: "El resultado ha sido innegable. España nunca ha tenido un periodo democrático tan largo y consolidado como este. En un pestañeo, como quien dice, pasamos de ser un país muy dictatorial a una nación moderna con todas las libertades".
Desde su posición moderada y dialogante, rechazaba los discursos excluyentes, divisivos y de enfrentamiento, en particular los que separan a los ciudadanos entre "la gente" y las élites, para satanizar el sistema económico: "No conozco mejor manera de que los más vulnerables puedan verse protegidos que apoyando nuestro tejido empresarial. Si establecemos un debate entre buenos y malos, entre los de arriba y los de abajo, nos situaremos en un escenario decimonónico".
Josep Piqué estaba casado desde 2009 con la periodista Gloria Lomana, exdirectorra de informativos de Antena 3. Previamente estuvo casado con la ginecóloga Margarita Montaner, con la que tenía tres hijos.
"Con profundo dolor comunicamos el fallecimiento de nuestro esposo y padre, Josep Piqué Camps, en el 12 de Octubre de Madrid. Su integridad personal, su fortaleza, su amor por la familia, el trabajo y su lucha por la vida nos van a acompañar siempre", reza la nota de la familia.
Lomana se ha mostrado consternada por el fallecimiento del que ha dicho ha sido el amor de su vida. La capilla ardiente se instalará en Madrid, en el Tanatorio de la M-30, mañana viernes desde las 9 hasta las 14 horas.
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo han mostrado sus condolencias a la familia a través de las redes sociales. "Mi cariño y un sentido abrazo a la familia, amigos y compañeros de Josep Piqué. Nos deja un servidor público, un hombre comprometido con la sociedad civil y siempre dispuesto al diálogo", ha escrito el presidente del Gobierno.
Feijóo, por su parte, ha manifestado: "Perdemos a un excelente profesional siempre dispuesto a ayudar a su país, un catalán de cepa, gran español y mejor amigo".
El presidente catalán, Pere Aragonès, por su parte, ha manifestado: "La gran distancia ideológica y política con sus posicionamientos no me impide agradecer su trato afable y reconocer la relevancia de su trayectoria política y empresarial".
Piqué era licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, y en Derecho, y comenzó su carrera profesional como profesor en la Universidad de Barcelona. Entre 1986 y 1988 fue director general de Industria de la Generalitat catalana.
En 1995 asumió la presidencia del Círculo de Economía de Barcelona. Decidió ingresar en el Partido Popular en 1999, tres años después de haber sido fichado por Aznar para su equipo.
Fue diputado y senador, y la última vez que concurrió a unas elecciones fue en 2006, esta vez como cabeza de lista del PP en las autonómicas catalanas. Un año después dimitió y se incorporó a la empresa privada.
Fue presidente de Vueling de 2007 a 2013, año en que el Grupo IAG tomó el control de la aerolínea. Durante su gestión, la compañía se fusionó con Clickair. Posteriormente fue consejero delegado y vicepresidente segundo de OHL, desde octubre de 2013 a junio de 2016.
En diciembre de 2017 fue nombrado presidente de ITP Aero, filial de Rolls Royce dedicada a la producción de componentes de motores aeronáuticos, y en 2022, presidente de la Comisión de Auditoría de la compañía especializada en telediagnóstico y radioterapia Atrys Health.
Era también consejero de Seat (2017), de la proveedora de soluciones tecnológicas para el sector turístico Amadeus (2019) y de la aseguradora Mapfre Internacional, y a su vez fue consejero de la energética Abengoa y de la aeroportuaria Aena.
Fue reconocido en 2003 con la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III. Numerosas publicaciones de política económica y análisis geopolítico llevan su firma.