ERC y EH Bildu se desmarcan de Irene Montero. Los dos grupos parlamentarios en el Congreso, que hasta ahora habían demostrado fidelidad a la ministra de Igualdad para reformar la ley del sólo sí es sí, han tomado su propia vía para enmendar la norma a su modo, una nueva definición del consentimiento y volviendo a introducir la violencia y la intimidación como agravantes, en contra de lo que quiere el PSOE.
A pesar de no seguir totalmente alineados con las tesis del Ministerio de Igualdad, las partes del consentimiento y la violencia sí siguen siendo las mismas. A ojos de los independentistas, incluir esta última como un subtipo en el Código Penal, como piden los socialistas, implica "afirmar que hay violaciones no violentas" y proponen añadir esos dos supuestos a la lista de agravantes que ya contempla la ley.
En una de sus más de veinte enmiendas conjuntas, a las que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, los grupos también plantean modificar el artículo 178 de la Ley de Libertad Sexual, en el que se define el consentimiento "cuando se haya manifestado libremente mediante actos que expresen de manera clara la voluntad de la persona". A esta explicación le añaden una nota:
"No se deducirá que hay consentimiento por la ausencia de resistencia física o el silencio de la víctima, ni por su conducta sexual previa". Es decir, que si la víctima de una agresión sexual no se resiste, no grita, o en definitiva no confirma el consentimiento por mucho que antes sí lo hubiera hecho, tampoco se podrá dar a entender que la relación fue consentida.
Fuentes parlamentarias de estos grupos alegan que esta precisión permitiría "alinearse con los estándares internacionales", ya que consideran que el texto actual "sigue cargando el peso en la actuación negativa de la mujer", una postura que va en consonancia con lo sostenido por el Ministerio de Igualdad en los últimos meses.
Así, el equipo de Irene Montero se opone a que la violencia y la intimidación sean la vía para subir las penas: esto, dice, supondría un "calvario probatorio" para las víctimas, que tendrían que demostrar "si se resistieron" o "si cerraron bien las piernas" para increpar la violencia en sus agresores.
El otro eje de la batería de enmiendas es eliminar el apartado de la reforma del PSOE en el que se propone volver parcialmente al Código Penal anterior, el que desde el espacio de Podemos se ha criticado como "el Código Penal de La Manada". Según el texto socialista, se añade un subtipo agravado de violencia o intimidación para condenar a penas de hasta dos años más de prisión. ERC y EH Bildu no lo ven así.
La reincorporación de estos subtipos agravados, sostienen los dos grupos, "desplaza el consentimiento como el elemento definidor entre una relación sexual consentida y una agresión sexual", lo que, a su juicio, supone "negar que la violación ya es per se una forma de violencia" y "afirmar que hay violaciones no violentas".
Así, proponen mantener la violencia en el artículo 180.1 de la ley (como también reclama Podemos) y dentro de la lista vigente que ya reconoce otros agravantes, como son la sumisión química o las manadas. Además, explican fuentes de estos partidos, esto permitiría establecer una escala para "medir" el grado de violencia o intimidación.