La marcha de Iván Espinosa de los Monteros ha agitado los cimientos de su partido. Vox, grupo de ultraderecha que en las últimas elecciones obtuvo 33 escaños, encadena la pérdida votos con la baja de algunos de sus miembros principales. Ya ocurrió con Macarena Olona, que abandonó la formación verde tras la hecatombe electoral en Andalucía, donde se presentó a los comicios municipales en 2022.
Después de la cita del 23 de julio, Vox anda revuelto y a la espera de una incierta investidura. No sólo ha perdido representación, con 19 escaños menos que en 2019, sino que cunden las dudas sobre su futuro. Lo imaginaban en coalición con el PP, como se ha efectuado en varios gobiernos autonómicos, pero ahora puede girar hacia ser los compañeros apartados que terminan fagocitados por las siglas embrionarias. Las del PP, a las que ya ha prestado su apoyo sin condiciones con tal de que no ganen "los enemigos de España".
A estas hipótesis sin resolver se le ha unido la noticia de Iván Espinosa de los Monteros. Su portavoz en el Congreso ha abandonado el partido este martes, 8 de agosto, y deja otro importante hueco en las filas de Vox: supone la march de uno de los integrantes más antiguos, con mayor presencia pública y con su pareja, Rocío Monasterio, encabezando al grupo en la Asamblea de Madrid.
Su baja no solo deja cojo al partido, sino que provoca la vuelta al Congreso de los Diputados de Juan Luis Steegmann, doctor en Medicina y hematólogo que defendió la vacunación contra la COVID-19. Una postura que levantó críticas entre los seguidores de la formación ultra: sin declararse claramente contraria a esta medida para atajar la pandemia, entre los afiliados y votantes existía un núcleo beligerante contra los planes gubernamentales de inmunizar gratuita y libremente a la población.
"Todo lo que sea hablar de vacunas sí o vacunas no nos quita votos. Nuestra postura es clara: libertad y respeto a la decisión individual y rechazo contra el pasaporte COVID y otras restricciones que hemos padecido como el Estado de Alarma", explica un dirigente de la formación a un medio del entorno de Vox.
Contaban en este mismo texto que al portavoz en la Comisión de Sanidad le habían pedido moderación en sus comparecencias. "Llaman para darse de baja cada vez que hace un pronunciamiento en redes sociales a favor de Pfizer. Llaman muy cabreados. No entendemos por qué se mete Steegmann en ese jardín sabiendo por la dirección del partido el daño que nos hace", explicaban.
Juan Luis Steegmann, investigador en el Hospital de la Princesa de Madrid, no ha hecho caso a esas palabras. A lo largo de estos meses ha seguido publicando en su canal de Twitter artículos y opiniones a favor de los avances médicos contra el coronavirus: el último, el pasado día 3, sobre un test rápido de detección. Su posición es tan clara que incluso fue acusado de cobrar por parte de las farmacéuticas Pfizer y Johnson & Johnson y tuvieron que desmentirlo.
"El señor Steegmann no ha recibido retribución alguna -a pesar de contar con la aprobación del Congreso para ello- por actividades distintas a las propias de su responsabilidad parlamentaria. Por el contrario, el Doctor Steegmann sí ha conseguido cuantiosos recursos para la investigación en instituciones de la sanidad pública a lo largo de toda su vida profesional", alegaron en el partido.
Otras intervenciones de Steegmann también han sido populares, como cuando instó al grupo socialista y a Unidas Podemos a pedir perdón por el 8-M de 2020, donde pudo propagarse el virus, o cuando rebautizó a Más País como "Más Hachís" por una propuesta sobre la legalización de la marihuana.