Lo que iba a ser una jornada festiva dos días antes de Nochebuena se ha teñido de luto. Este viernes la unidad del Ejército de Tierra de la base de la Brigada 'Guzmán el Bueno' X de Cerro Muriano, término municipal cordobés de Obejo, iba a imponer la boina típica a sus nuevos reclutas tras el período básico de instrucción.
Sin embargo, todo se truncó a las 7 de la mañana de este jueves, cuando el cabo Miguel Ángel Jiménez Andújar y el soldado Carlos León Rico fallecieron ahogados en un lago de la citada base durante la realización de unas maniobras. Este último tan sólo llevaba siete meses en el Cuerpo.
La consternación fue total en la base de Cerro Muriano y el polvorín del Vacar, en los términos municipales de Córdoba, Obejo y Villaviciosa de Córdoba. En 2018, el Ministerio que dirige Margarita Robles declaró esa zona como la mayor zona de defensa nacional.
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En las localidades de donde son naturales ambas víctimas la noticia ha sido un mazazo. El cabo Miguel Ángel era de Adamuz, aunque vivía en Villafranca de Córdoba, y el segundo de la citada localidad sevillana. Ambos ayuntamientos decretarán días de luto por lo sucedido.
A Miguel Ángel le llegó la vocación pronto. Con 22 años ingresó como soldado en el Ejército de Tierra en 2011, siendo destinado al Regimiento de Infantería 'La Reina' 2, donde permaneció tras ascender a cabo en 2019.
A sus 34 años se encontraba en posesión de dos cruces al mérito militar con distintivo blanco y había participado en misiones en Letonia y Líbano. Estaba casado y vivía en la localidad cercana de Villafranca de Córdoba con su esposa, natural de Montoro.
"Ha sido un mazazo para todos porque su familia, sus padres y su hermano, es conocida en la localidad", ha podido confirmar EL ESPAÑOL a través de fuentes vecinales. Sobre todo al conocer que Miguel Ángel se lanzó al agua a socorrer a la otra víctima.
Vocación temprana
El cabo Jiménez es el primer miembro de su familia que decidió alistarse hace ya 12 años en el Ejército. "Lo tuvo muy claro desde joven", aseguran estas mismas fuentes a EL ESPAÑOL.
Carlos León Rico tenía 24 años, diez menos que Miguel Ángel, y ha encontrado la muerte a los siete meses de ingresar en el Ejército de Tierra cuando estaba realizando estas maniobras. Estaba soltero y no tenía hijos.
En concreto, llegó al Cuerpo el pasado 8 de mayo con destino el Regimiento de Infantería La Reina 2 y "su ilusión era máxima", según ha podido confirmar este periódico.
En cuanto conocieron la noticia, sus familiares se desplazaron desde la localidad sevillana hacia la base militar cordobesa, según fuentes consultadas por Europa Press.
La consternación en el municipio es grande porque su familia es muy conocida y por la edad con la que ha fallecido. El alcalde de la localidad, Gabriel Santos, ha manifestado su pésame a través de las redes sociales.
La tristeza también se ha instalado en el barrio de Los Remedios, pues el soldado es familia de los propietarios del conocido bar Los Cuevas de la calle Virgen de las Huertas.
Según han confirmado a EL ESPAÑOL fuentes del Ejército de Tierra conocedoras de los hechos, todo ha ocurrido en torno a las siete de la mañana en un lago en el que los jóvenes soldados completaban el período de instrucción.
Los soldados realizaban allí maniobras en varias secciones y, en un momento dado, se les indicó que se metieran en el lago para realizar un ejercicio de flotabilidad.
El joven soldado León, de repente, desapareció bajo la lámina de agua. Fue entonces cuando el cabo Jiménez intentó socorrerle y se le perdió el rastro a ambos. Varias horas después, los cadáveres fueron recuperados por personal de la propia brigada, así como por el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil.
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El primero de los cuerpos se encontró a mediodía. El segundo, poco después. Además, a varios de los compañeros de los fallecidos se les tuvo que atender con síntomas de hipotermia tras el ejercicio en el que tuvieron que participar.
Uno de ellos, en concreto, llegó a tirarse al agua en busca de sus compañeros desaparecidos y tuvieron que rescatarle también. Las maniobras se estaban llevando a cabo en un entorno acuático con temperaturas de hasta 4 grados en el interior del embalse.