Martin, el cineasta francés que considera inocente a Zougam: "Su causa debería movilizar a la izquierda"
"La mochila de Vallecas huele un montón a prueba falsa" / "El pobre Jamal está en prisión porque había que culpar a un musulmán" / "La injusticia con Zougam debería movilizar a la izquierda, gente sensible a los prejuicios, la discriminación..." / "No soy parte de ninguna teoría de la conspiración"
10 marzo, 2024 02:22Se interesó por el 11-M "desde una perspectiva de izquierdas" y debido a su "curiosidad por los asuntos geopolíticos". Acabó empleando más de seis años de su vida leyendo entrevistas, artículos de prensa, los miles de folios del sumario, la sentencia y analizando los vídeos de cada sesión del juicio.
Volcó tantas horas de trabajo en el documental Un nuevo Dreyfus, Jamal Zougam: ¿chivo expiatorio del 11-M?, en el que sostiene que el considerado autor material de los atentados no sólo es inocente, sino que fue utilizado como cabeza de turco. "Tenían que condenar a un musulmán", sentencia Cyrille Martin a EL ESPAÑOL, que le entrevista en un bar de Guadalajara, unas horas antes de que se exhiba su cinta en la sede de una agrupación comunista de la ciudad, que le ha invitado a presentarla.
La vida, en ocasiones, hace extraños compañeros de cama. Ésta es una de esas ocasiones. El documental de Martin, apenas conocido más allá de los círculos de izquierda, basa parte de su tesis en las investigaciones del diario El Mundo, capitaneado entonces por Pedro J. Ramírez, durante los meses posteriores al atentado. Un rotativo que —afirma— fue "el único gran medio que denunció las conclusiones de una investigación policial plagada de incongruencias y contradicciones".
Su cinta sobre Zougam se ha proyectado este sábado en el Centro Social Octubre de Guadalajara, cuyas paredes están decoradas con banderas palestinas, la hoz y el martillo y vivas a Stalin grafiteadas con rotulador. Algo que puede parecer inverosímil para quienes, desde una posición maniquea, atribuyen exclusivamente a la derecha el interés por descubrir toda la verdad sobre aquel terrible atentado.
¿Cómo acaba un francés, que no se dedica al cine ni al periodismo, tan interesado por el 11-M?
Por mi interés sobre las cuestiones geopolíticas. Cuando ocurrió el 11-M, no investigué más allá de leer lo que salía en los medios de comunicación. Unos años después, sí investigué sobre Al Qaeda e islamismo.
Yo hablo español, por lo que podía leer documentación sobre el 11-M. Empecé leyendo los artículos de El Mundo y Libertad Digital. A raíz de esas dos fuentes y de contactos del ámbito de la izquierda alternativa, comencé a estudiar el caso y me di cuenta de que algo andaba mal en este tema y que se cerró en falso.
¿Eso cree que ha sucedido?
Sí.
¿Qué se opina en Francia del 11-M? ¿Es un caso conocido?
Para nada.
Qué curioso. Siendo países vecinos...
La tele que vemos todos, sea francesa o española, tiene influencia norteamericana. Somos vecinos, sí, pero conocemos muy poco de la situación política del otro país, aunque estemos tan cerca y por mucho que exista la Unión Europea...
En Francia, sí es cierto, todos conocemos a ETA. Pero, hace unos años, yo pensaba que [ETA] era como el independentismo de Córcega. Desconocía su historial de crímenes y muertos [el de ETA] en el marco del conflicto vasco. Lo aprendí, precisamente, estudiando el 11-M. En Francia no existe esa conciencia de que el conflicto vasco ha sido tan grave.
900 asesinados...
Sí, sí, conocí la cifra en esos años [investigando sobre el 11-M].
¿Cómo se lanza a hacer un documental sobre el 11-M?
Lo que me decide a hacerlo es la materia prima. Por ejemplo, las imágenes del juicio te cuentan una historia tan chocante... Durante el juicio se derrumba un discurso que se había ido gestando durante los meses previos...
¿Cree que el juicio desmonta la investigación?
Completamente.
¿Qué aspecto concreto?
Por ejemplo, las pruebas contra Jamal Zougam. Lo más sólido, se cayó. Sólo quedó el testimonio de dos testigos protegidos...
Dos mujeres rumanas que le identifican en los trenes...
Una reconoce a Jamal Zougam tres semanas después del atentado, habiendo salido su cara en todos los medios de comunicación. La otra, un año después. Cualquier juez sabe que eso no es nada sólido, es muy fácil de entender...
Vayamos con el juez que dictó la sentencia. EL ESPAÑOL ha entrevistado a Javier Gómez Bermúdez. Le preguntamos por las pruebas para condenar a Zougam. La sentencia recoge que las tarjetas que activaron los explosivos se compraron en su locutorio, la tarjeta activada en Morata de Tajuña y de su "débil coartada"...
Es muy difícil de creer que, si tú quieres poner bombas en aquellos días y trabajas en un locutorio, compres allí las tarjetas. Irías al locutorio del vecino... Lo que lleva a la Policía a detener a Jamal Zougam es la famosa mochila-bomba de Vallecas. Y esa mochila huele un montón a prueba fabricada, falsa.
Es cierto que la mochila no detona y aparece en una comisaría, donde son trasladadas las pertenencias de las víctimas. En su interior hay un circuito explosivo que incluye una tarjeta de móvil que lleva a la Policía hacia Zougam. Un informe de la Comisaría General de Información, obviamente, constata que se rompió la cadena de custodia con la mochila...
Sí, sí. En el juicio, un miembro de los Tedax confirma que revisó los efectos personales cuatro veces, para asegurarse de que no se les escapara ninguna bomba sin explotar, y declara que no entiende cómo apareció la mochila.
Además, las cosas raras de la mochila: que tenga metralla, cuando el resto de bombas no tenían.
No hay cadáveres con restos de metralla, sí...
Otro miembro de los Tedax dice en el juicio que le pareció raro que [en el cableado del interior de la mochila] no se usara un poco de cinta aislante para unir los cables. Y eso provocó que no detonara... Es muy raro... ¿Un atentado que tuvo el éxito que pretendía pero que incluya este tipo de chapuzas? Es raro. No cuadra.
¿Está dando por hecho que la mochila fue una prueba falsa?
Sí. Estoy casi convencido de que es así.
Me llama la atención que se aproximase al 11-M desde la izquierda alternativa francesa... En España, quien comparte algunos aspectos de su teoría solía estar situado en la derecha...
Bueno, desde el inicio hubo gente desde la izquierda que criticó la investigación. Uno de los primeros artículos sobre el 11-M apareció en la web de un colectivo de izquierdas. A las pocas semanas ya hacían artículos críticos con la materia que ya se conocía en esas fechas...
Ellos orientaban las miradas no hacia ETA, como hizo la derecha, sino hacia los servicios secretos de países extranjeros. Sobre todo, de países de la OTAN.
Vayamos con ello. Usted, precisamente, se aproxima al 11-M desde su interés por la geopolítica... ¿Tuvieron algo que ver los servicios secretos marroquíes o franceses en los atentados?
Esta teoría no me convence mucho. Sí que creo que los atentados se coordinan desde servicios secretos extranjeros, algo parecido a lo que se hizo en Italia en los Años de plomo. En los 70 y 80, hubo un montón de terrorismo allí, del que se acusaba a la extrema izquierda. Y los jueces, tras investigarlo, llegaron a la conclusión de que había participación, si no autoría intelectual, de servicios secretos de países de la OTAN.
Se llamó la estrategia de la atención. Había que generar tensión en la sociedad italiana, porque el Partido Comunista estaba cerca de llegar al poder en una coalición que acabó llamándose El Compromiso Histórico.
Entonces, desde los servicios atlantistas, se fomenta el terrorismo para que la gente empezase a tener miedo a la izquierda y no fuese tan mal visto reprimir y que hubiera más policía.
¿Y su teoría es que el 11-M fue algo similar?
Sí. El mismo esquema, pero la cabeza de turco, en vez de ser de extrema izquierda, es un musulmán. En Italia se llamó Operación Gladio. El Gobierno reconoció oficialmente que existió y que estuvo implicada en un montón de casos turbios. Mi teoría es que siguen existiendo esas redes, amparadas por la OTAN. Y, ahora, dirigidas por Estados Unidos y Gran Bretaña, que son quienes tienen el poder en esta mal llamada Alianza.
El objetivo es demonizar a los musulmanes. ¿Para qué? Para que la población, la opinión pública de toda Europa, apoye las guerras en Oriente Medio. En 2004, Estados Unidos ya había iniciado la Guerra de Irak. Mi hipótesis, que tiene muchas similitudes con la de Fernando Múgica [periodista de El Mundo en la investigación del 11-M], es que la meta de los atentados fue fabricar el consentimiento de la opinión pública europea para que aceptáramos mandar tropas a Oriente Medio.
Varios generales del Ejército estadounidense confesaron que unos días después del 11-S, EEUU ya había creado una lista de países que quería invadir en los próximos cinco años. Irak era sólo el primer escalón. Para invadir todos esos países, hacía falta apoyo de la población.
¡¿Me está situando al 11-M en ese contexto?!
El 11-M buscó causar un shock a la población de Europa.
Uno de los principales expertos españoles en seguridad e Inteligencia, Fernando Reinares, apunta al yihadista Amer Azizi como el autor intelectual. Habría muerto en Pakistán en 2005, abatido... Reinares cita varios servicios de Inteligencia...
No me convence... Creo que el atentado no tiene mucho que ver con lo que se nos contó. De hecho, creo que no se utilizaron mochilas-bomba, sino que ya estuvieran en los trenes. Las características de estas explosiones podrían coincidir con las de un explosivo militar. No tengo certeza sobre esto, pero me parece mucho más probable...
Todo esto que me narra, que contradice las conclusiones de la investigación y de la sentencia... ¿Entiende que se le tache como parte de las llamadas teorías de la conspiración? ¿Se reconoce en esta acusación?
Esta expresión se usa para deslizar que, en realidad, ves conspiraciones por todas partes. Y con las conspiraciones hay dos problemas: verlas por todas partes y creer que no existen en ninguna parte. A veces, existen. Otras no. Y no hay una regla ni receta: hay que informarse sobre cada caso. Yo, por supuesto, no me reconozco como teórico de la conspiración, lo rechazo totalmente.
Lo que me dice, encaja en ese discurso...
Rechazo que yo sea uno de ellos [de los teóricos de la conspiración].
¿Ha tenido conflictos, internos o externos, al acercarse al 11-M desde la izquierda alternativa? ¿Ha tenido broncas con la izquierda no tan alternativa?
Pues sí. He tenido problemas con la dirección de eldiario.es.
Despublicaron una entrevista con usted y pidieron perdón a sus lectores...
Sí, durante cuatro días. Escribió el abogado Gonzalo Boye, que estaba en el juicio. Esto me sorprendió, porque Boye vio en la sala cómo la teoría oficial no se sostenía. Lo habrá borrado de su memoria...
También escribió Pilar Manjón, madre de una víctima. Esto me pareció más normal, quizá sea difícil para ella que se ponga, de nuevo, sobre la mesa el 11-M. A lo mejor, le llevaría a tener que pasar otra vez su duelo, su luto.
¿Por qué centró su documental en Jamal Zougam?
Por varias razones. Una de ellas, porque me parecía que era una muy buena forma para apelar a la gente de izquierdas.
¿Por qué?
Porque es muy fácil hacer un paralelismo con el caso Dreyfus. Por eso llamé al documental así. El pobre Jamal está en prisión, sencillamente, porque había que culpar a un musulmán.
Con un musulmán en la cárcel como supuesto autor, la gente no iba a ir más allá. Desde el 11-S, existe el prejuicio de que muchos musulmanes suelen caer en el radicalismo y cometer este tipo de atentados. Estratégicamente, era una decisión muy inteligente por parte de los verdaderos autores. Fue un cabeza de turco y tenía que ser musulmán. Yo creía que esa injusticia tendría que movilizar mucho a la gente de izquierdas, gente sensible a las discriminaciones, los prejuicios... Me parecía un punto de entrada muy favorable a mi documental.