La célula que envió 1.000 drones a Hezbolá operaba desde 2022 con tres empresas en Barcelona
Los tres detenidos eran originarios de Líbano y empleaban una empresa dedicada a la intermediación del comercio de materiales de construcción.
19 julio, 2024 02:26La célula terrorista que fabricó más de 1.000 drones para que Hezbolá cometiera atentados terroristas contra Israel llevaba dos años operando desde tres empresas afincadas en Barcelona. Con esas compañías tapadera, los tres detenidos en España interactuaban con otras firmas dedicadas al aeromodelismo, al comercio de motores, hélices y demás partes con las que construir las aeronaves no tripuladas que luego transformaban en bombas kamikaze.
Así lo ha descubierto la Unidad Central Especial 2 (UCE-2) del Servicio de Información de la Guardia Civil, que ha encabezado la primera operación en la que se ha desarticulado una célula terrorista de Hezbolá en España. Esta ha sido bautizada como Operación Mirlo.
Fuentes de la investigación detallan a EL ESPAÑOL que, de los tres detenidos en España, dos contaban con nacionalidad española, pero todos ellos habían nacido en Líbano.
El cabecilla de la organización responde al nombre de Firas Arab Housseini, tiene 38 años y, aunque nació en el país que acoge a la milicia terrorista, lleva desde los años 80 viviendo en Barcelona. Con apenas seis meses, sus padres se lo llevaron al Líbano. El segundo de los detenidos tiene la nacionalidad española y la libanesa, y el tercero, que llegó a España en 2022, es también originario del mismo país.
La célula se valía de una empresa dedicada a la intermediación del comercio de materiales de construcción. Era el punto fuerte de los envíos, y disponían de muchos miles de euros para adquirir todas las piezas necesarias para la construcción de los drones kamikaze.
Además de esta firma, el grupo criminal se valía de otras dos firmas creadas en 2017 y en 2015, lo que abre la puerta a investigar realmente si llevaban más tiempo operando en territorio nacional. Los investigadores comprobaron un aumento de los movimientos económicos en 2022, más de un año antes del ataque de Hamás en Israel que desencadenó la guerra que ahora se libra en Gaza y el recrudecimiento de las hostilidades entre Hezbolá y el ejército israelí.
De los tres, el juzgado de Instrucción nº1 de la Audiencia Nacional tan solo ha decretado el ingreso en prisión provisional del cabecilla, Firas Arab Housseini, por delitos de pertenencia a la organización terrorista Hezbolá.
En un auto del juez Santiago Pedraz, al que ha accedido este periódico, se detalla que este individuo desempeñaba sus tareas como "miembro o colaborador" de Hezbolá, "en lo relativo a la compra de materiales de doble uso susceptibles de ser convertido en armas de guerra".
Según la investigación, los drones que fabricaban para la milicia libanesa "pudieran ser utilizados contra objetivos civiles y militares en Israel y en Europa".
¿Respaldo de Irán?
Los servicios de inteligencia y de información de las policías europeas saben desde hace años de los movimientos subterráneos de Hezbolá y los aliados que desde Europa le proporcionan apoyo cada cierto tiempo, a través de estructuras logísticas amparadas bajo actividades legales. Es algo que funciona históricamente desde hace años.
Al contrario que otros grupos terroristas como Al Qaeda o Daesh, que funcionan gracias a actores solitarios, Hezbolá es una organización criminal en la que todo está centralizado. Sus redes de apoyo ocultas en Europa, señalan fuentes de esta investigación, trabajan con mucha cautela, con medidas de seguridad muy rigurosas. "Actúan con mucha cautela. Se mueven bien y actúan en la clandestinidad", aseguran las fuentes.
Tras Hezbolá, como ha remarcado en muchas ocasiones la Inteligencia de Estados Unidos, se sitúa inequívocamente Irán. El régimen de los ayatolás cuenta con el apoyo de este grupo proxy, es decir, un satélite, un colaborador, en el argot de los servicios secretos. Irán utiliza a Hezbolá o a Hamás para atacar a Israel.
Por el momento, eso sí, los investigadores de la Operación Mirlo no han podido acreditar la mano de Irán tras los envíos de los miles de drones.
Camiones en Barcelona
El material para la fabricación de los explosivos en las aeronaves no tripuladas se enviaba bajo el más sumo secreto en camiones desde Barcelona hasta Alemania. Allí se ha logrado detener a otro integrante de la red.
Ya en Alemania, las piezas para montar los drones se introducían en grandes buques en puertos de ese país desde los que partían hacia Líbano, en una larga travesía.
Esa compleja logística les permitió mantener el envío de material durante años, y por distintas rutas, surtiendo ininterrumpidamente a los terroristas de armas con las que perpetrar sus atentados.
A lo largo de los últimos meses, han sido numerosos los ataques por parte de Hezbolá a Israel mediante estos aparatos. Las Fuerzas Armadas de ese país han detectado piezas como las adquiridas por parte de la estructura neutralizada entre los restos de los drones que han impactado en su territorio.
La amenaza de estos aviones no tripulados, que pueden llegar a cargar varios kilogramos de explosivos, es muy alta, toda vez que, por su pequeño tamaño, bajo perfil de vuelo y la propia orografía dificultan su detección temprana y neutralización.