Puigdemont dará tregua a Sánchez hasta que tenga la amnistía pero no le aprobará el Presupuesto
Los independentistas argumentarán que no han recibido todas las competencias exigidas al Gobierno para no aprobar los Presupuestos.
15 septiembre, 2024 03:07Carles Puigdemont se jugó las pasadas elecciones catalanas a doble o nada: o ganaba y se proclamaba presidente de la Generalitat o se retiraba de la política. Esa fue la palabra dada, pero ahora, tras haber perdido en las urnas y con Salvador Illa ocupando ese puesto que ansiaba para él, el líder independentista se dispone a hacer todo lo contrario.
Junts celebrará un Congreso en Calella (Barcelona) entre el 25 y el 27 de octubre en el que todo apunta a que Puigdemont recuperará la presidencia del partido. Con él fuera de España, este puesto lo tenía hasta ahora Laura Borràs, a la que habría que buscar un encaje en la nueva dirección.
En la práctica, Puigdemont no ha dejado nunca de tener el control. Si bien la estrategia futura no sólo consistirá en no cambiar nada, sino en volver atrás, a los tiempos en los que el expresident también ocupaba la máxima responsabilidad en los puestos orgánicos.
En Moncloa confiaban en que apartar a los independentistas del poder abriera un periodo de reflexión en Junts, donde podían emerger voces internas que apostaran por una vuelta a un nacionalismo pactista como en la época de Convergencia. Aunque nada más lejos de la realidad.
"El Congreso se monta con la única finalidad de coronar a Puigdemont", señalan fuentes internas del partido.
Con él al frente, arropado previsiblemente por su lugarteniente, Jordi Turull, los equilibrios seguirán siendo los mismos. En Junts rechazan que los resultados de su cónclave interno puedan alterar su matrimonio de conveniencia con Pedro Sánchez. Al menos, de momento.
"Puigdemont sabe que necesita a Sánchez al menos durante un año, en ese tiempo está garantizada la estabilidad. Hasta que no se aplique de forma total la Amnistía, no se va a tocar nada y sin el PSOE en el Gobierno esto no va a ocurrir", indican fuentes relacionadas con la alta dirección de Junts.
La tregua, sin embargo, podría durar lo que tarde en aplicarse la medida de gracia. Y esto podría también dilatarse más en el tiempo, según el calendario del Tribunal Constitucional, que debe decidir sobre el recurso del expresident.
"Puigdemont creyó por un momento que el PSOE se podría abstener en la Generalitat para que él gobernara y el rencor que tiene hacia Sánchez es muy grande. Por tanto, una vez que pueda beneficiarse de la Amnistía todo cambiará. Puede pasar cualquier cosa y en ese momento no sería descartable un acercamiento al PP para tumbar el Gobierno", insisten las citadas fuentes.
Sin Presupuestos
Esa estabilidad precaria no implica, ni mucho menos, un apoyo incondicional. Desde Junts apuntan a que no habrá Presupuestos, pese a los esfuerzos de Sánchez y su mediador, Santos Cerdán, por convencer a los independentistas.
"Sánchez sabe que no los va a haber y ya está preparando el terreno. Puigdemont los tumbará con la excusa de que no ha obtenido todas las competencias que él quiere, como en lo relacionado con la inmigración, cuando sabe que un control de fronteras autonómico es completamente imposible", apuntan desde la formación catalana.
En diciembre, el PSOE pactó con Junts la cesión de competencias migratorias a cambio de que el partido de Puigdemont le permitiera aprobar dos importantes decretos. Los independentistas asumieron posiciones de máximos, como la reclamación de ese control de las fronteras, y ahora Puigdemont insiste en ello.
Aunque ambos partidos siguen negociando en esta dirección, el líder de Junts lo desvincula de la negociación por los Presupuestos. "Si alguien piensa que por dejar pasar el tiempo aceptaremos una solución a medio camino (al estilo de la financiación), está muy confundido", escribió esta semana en un tuit.
Junts ya votó en junio en contra de la senda de déficit, previa para presentar los Presupuestos, y ahora su portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras, ya ha anunciado que seguirán la misma línea.
"Si quiere resultados distintos, haga cosas distintas", le dijo Nogueras esta semana en el Congreso a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, argumentando que la propuesta del Gobierno sigue siendo la misma que los independentistas vetaron hace unos meses.
La guerra inocua de ERC
El sector minoritario de Junts que apuesta por volver al espíritu convergente, lamenta que esto sea imposible mientras siga imperando la estrategia de la épica encarnada por Puigdemont. Mientras, el otro gran partido independentista, ERC, también debate una nueva hoja de ruta.
Allí las aguas corren mucho más revueltas. El liderazgo está lejos de ser granítico, como ocurre con Puigdemont. La disputa entre el expresidente de ERC Oriol Junqueras y su actual secretaria general, Marta Rovira, se escenificará en un congreso convocado para el próximo 30 de noviembre. Podría haber más candidaturas, aunque las que parten con opciones para alzarse con el liderazgo coinciden en lo básico.
Esto es continuar al lado del PSOE en Madrid para seguir obteniendo concesiones para Cataluña. Los órganos de dirección republicanos apoyaron el pacto con el PSC para permitir la investidura de Salvador Illa en la Generalitat a cambio de una financiación singular para Cataluña y la próxima ejecutiva de ERC no va a abandonar esa línea a menos que se sientan traicionados porque no se cumplen los acuerdos.
Los actores implicados en la renovación de ERC, inmersos en cuitas internas, guardan estricto silencio sobre el proceso. La vía independentista compartida con Junts no salió bien y ahora tratan de marcar distancias con sus rivales.
"Ellos ahora mismo se sienten mucho más cómodos estableciendo un eje izquierda-derecha, por lo que su estrategia clara es estar cerca de los socialistas para seguir sacando cosas de ellos", consideran desde el entorno de Junts.
Con la escasa participación de la última Diada de fondo, el independentismo entra en la hora de su reconstrucción. Y aunque sus principales partidos se encuentran enfrentados, al mismo tiempo que deben resolver sendas disputas internas, parece que de momento Sánchez saldrá indemne de esta guerra.