Los dos reclusos huidos, y el exterior de sus celdas tras la fuga.

Los dos reclusos huidos, y el exterior de sus celdas tras la fuga. EL ESPAÑOL

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Los presos de Picassent huyeron al no sonar las alarmas debido al mal estado del sistema de seguridad de la cárcel

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Los dos presos que este domingo escaparon de la prisión de Picassent (Valencia) lograron fugarse, entre otras razones, porque no sonó la alarma del perímetro exterior del sistema de seguridad de la cárcel. Así lo ha podido confirmar EL ESPAÑOL en fuentes penitenciarias.

Un cúmulo de factores relacionados con el mal estado de las infraestructuras del presidio propiciaron que Sergio C.D. y David M.G. lograran consumar su huida del módulo 2 del recinto sin que nadie se interpusiera en su camino.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tratan de encontrarlos ahora rastreando el perímetro de la provincia e investigando el entorno próximo del que pudieran disponer fuera de la cárcel.

Tras forzar y retirar los barrotes de sus celdas y descolgarse con sábanas saltando hasta un patio ciego, ambos encontraron la vía para alcanzar el vallado exterior.

Ahí, prosiguen las mismas fuentes, el control corresponde a la Guardia Civil y a empresas de seguridad privadas, pues son los encargados de controlar el sistema de alarma. 

Se trata de un sistema que debería activarse de forma automática, ya que funciona como un sensor de movimiento. En algunas prisiones esos sistemas electrónicos están dentro de las paredes de la prisión. Otros son volumétricos, de forma que cuando cualquier objeto cae en la zona marcada, salta la alarma. Otros funcionan con red eléctrica en la alambrada, y también con rayos infrarrojos. Las cárceles más modernas de España, como la de Menorca, los tienen todos. No es el caso de Picassent.

Ninguno de los vigilantes del entorno de la prisión detectó que dos personas estaban atravesando el vallado. Las razones están siendo investigadas por los funcionarios de la inspección designados por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias.

A juicio de las fuentes consultadas, con décadas de experiencia en el mundo penitenciario, el sistema de alarmas de Picassent lleva años necesitando una renovación. Ya estaba incluso presupuestada para el año 2025, en una remodelación que se suponía que iba a realizar la Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios (SIEPSE), pero de la que no hay noticias.

Este organismo, adscrito a Prisiones, también tenía planteado renovar otra de las deficiencias que ha propiciado la fuga: el óxido que carcome los barrotes de las celdas desde hace años sin que nadie haga nada al respecto.

Los internos huidos controlaron los turnos de los trabajadores, las cámaras del recinto y el punto por el que salir. Las fuentes consultadas estiman que la preparación del plan les pudo llevar meses. Aprovecharon la celebración del partido que el domingo disputaron el Barcelona y el Atlético de Madrid para huir mientras reinaba el bullicio en la sala de televisión.

"Para tirarla abajo"

"Es una prisión muy vieja. Eso se nota en gran medida en lo carcomidos que están los barrotes de las celdas", admiten las fuentes. De hecho, los reclusos no tuvieron siquiera que cortar los barrotes con una sierra. Simplemente lograron hacer palanca en las barras  para desencajarlos.

En el recuento de las 21:00 estaban en sus respectivas celdas. Comenzó el partido y, en la primera ronda de la noche, varias horas después, los funcionarios descubrieron que se habían escapado.

En la prisión señalan que incluso existen informes elaborados sobre el óxido en los barrotes de Picassent. Recuerdan que incluso en determinadas puertas han tenido que confeccionar travesaños caseros que han tenido que situar en los marcos de la pared para que no se caigan. Para muchos Picassent, inaugurada en 1991, "está para tirarla abajo y volverla a hacer de cero".

El problema del óxido es común en otras prisiones de provincias costeras. En el caso de esta penitenciaría esa deficiencia está localizada en la zona norte, donde se ubica la carpintería de la cárcel. Ahí el óxido producido por la brisa marítima ha terminado comiéndose el hierro.

Esta fuga se produce sólo un año después de otra mediática escapada, la de El Pastilla, un sicario que logró salir por la puerta de la cárcel de Alcalá Meco confundido con las visitas. Fue arrestado un mes más tarde por la Policía Nacional.

Desde 2010 hasta 2023, solo 12 presos consiguieron huir desde dentro de una cárcel, según datos del Ministerio del Interior. Lo más frecuente es que el recluso aproveche las salidas programadas al exterior para escapar. Un total de 62 se fugaron aprovechando su estancia en hospitales, juzgados o durante su traslado.

"Se trata de una prisión con más de 30 años de antigüedad y muy deteriorada. La carpintería metálica está muy oxidada, prácticamente se deshace", señalan desde el sindicato Tu Abandono Me Puede Matar. "Si lo sumamos todo, tenemos la tormenta perfecta. A la espera de conocer más datos para saber lo que ha pasado, lo sucedido demuestra que cuando desde nuestro sindicato denunciamos la falta de medios técnicos y humanos, y una mayor apuesta por la seguridad, estamos pidiendo lo correcto para garantizar la seguridad y evitar futuros incidentes".