Sevilla

Los mosquitos portadores del virus del Nilo -previamente infectado por un ave- se han encontrado con un potente enemigo en las localidades sevillanas de Coria y La Puebla del Río. Se trata de unos drones cargados de biocidas especifícos para acabar con sus larvas. Solo afectan a estos insectos, no al resto de la fauna.

Sus picaduras ya se han cobrado la vida de cuatro personas a raíz de una meningoencefalitis causada por este virus que afecta principalmente a aves, humanos y equinos. En total, ha alcanzado a 52 personas, de las que siete continúan hospitalizados y tres en la UCI.

El mosquito se combatirá de la mano de la empresa Lokímica, tras una licitación realizada por la Junta de Andalucía por un montante de 100.000 euros. Su director técnico y responsable del departamento de I+D+i, Rubén Bueno, lleva varios días inspeccionando el terreno y explica a EL ESPAÑOL el proceso para reducir la población de estos mosquitos.

Para ello, las zonas periurbanas y húmedas de ambos municipios van a ser sobrevoladas por unos drones que harán frente a las larvas en sus lugares de reproducción mediante productos biocidas selectivos. Eso por el aire.

Por tierra serán combatidos con equipos de pulverización de productos a largo alcance, atomizadores de alta precisión y nebulizadores equipados en vehículos todoterreno para llegar a zonas con agua estancada. Es la principal fuente que utilizan los mosquitos para completar su ciclo biológico. La mayor parte del trabajo, indican las fuentes consultadas por este diario, será por vía terrestre.

Los drones

Los drones detectan las zonas de aguas menos accesibles -aportan las imágenes necesarias-, y luego se aplica el tratamiento. Este último aparato volador lleva incorporado un depósito lleno de productos selectivos específicos con unos efectos letales para los mosquitos, pero que no afecta a otro tipo de fauna.

Un drone de Lokímica. Lokímica

El objetivo, cortar así el ciclo de vida de los insectos y poder prevenir que éstos sigan multiplicándose. Además de acabar con ellos, el fin de este doctor en Biología y entomólogo especializado en el control vectorial y en el manejo de plagas es lanzar un mensaje de tranquilidad a los vecinos. "Hay que normalizar la situación y no alarmar".

El abordaje es "complejo"

No obstante, reconoce que el abordaje integral de la enfermedad es "complejo" ya que lo transmite el mosquito común que existe desde siempre. "No es un mosquito nuevo". De ahí que el tratamiento pase también por el control de las aves, que es donde se infectan los insectos. Al respecto, asegura que "es complicado eliminar la enfermedad del entorno mientras haya aves infectadas", pero van a reducir los insectos en número y así, la probabilidad.

De hecho el virus lleva circulando varios años por varios puntos de la península y por diferentes países de Europa y "no hay ejemplos de erradicación total", señala el experto.

La Junta de Andalucía comenzó el pasado fin de semana la ejecución de la Fase II del Plan de Actuación de Control. Concretamente, se iniciaron las actuaciones el pasado sábado con el traslado de los equipos humanos y técnicos a la zona y el lunes comenzaron con la diagnosis, el tratamiento y fumigación en los cascos urbanos de las poblaciones.

A última hora de este miércoles se comenzaron a realizar esas desinsectaciones con los drones en zonas específicas de pantanales y en los alrededores de los arrozales. En ningún momento sobre ellos. 

Adicionalmente, se llevarán a cabo tratamientos adulticidas localizados y controlados, en puntos donde se detecten refugios de adultos de mosquitos. Se realizará también un detallado diagnóstico de situación de las zonas, que incluye un mapeo de todos los focos más vulnerables a la proliferación de mosquitos en ambos términos municipales.

Hasta final de año

Este plan de actuación se prolongará hasta finales de 2020 para atender cualquier contingencia que pueda surgir en las próximas semanas. También para ir construyendo las bases del control preventivo de la misma de cara al año 2021.

El biólogo Rubén Bueno en los alrededores de un arrozal. Cedida

A lo largo de estos meses la intensidad de las acciones dependerá de los factores adversos que pueden ir surgiendo y de la climatología. Un otoño lluvioso puede dificultar las labores y propiciar nuevos focos. No obstante, este biólogo insiste en que la población "puede estar tranquila", aunque debe seguir cumpliendo con las medidas de autoprotección como la colocación de mosquiteras y el uso de repelentes.

Todas estas actuaciones serán supervisadas por un grupo técnico de trabajo, conformado por técnicos de la Junta de Andalucía; ayuntamientos implicados, que llevan varios días fumigando en las zonas urbanas, y la empresa adjudicataria. Además se consensuarán los pasos que se vayan dando con la Federación de Arroceros de Sevilla, muy presentes en la zona.

Los arroceros

Los arroceros son de vital importancia para la economía de la zona. En la provincia se siembran alrededor de 37.000 hectáreas y quedan unos 40 días para la recolección de la cosecha.

En conversación con EL ESPAÑOL, el director gerente de la Federación de Arroceros de Sevilla, Eduardo Vera Canuto, asegura que en los arrozales "el agua está en movimiento y quizás es la zona donde menos mosquitos hay. El problema está en la estancada de los alrededores". Ellos han colaborado con la Junta para identificar las zonas.

Al respecto deja claro una cuestión: "Que todo el mundo quede muy tranquilo porque estos arroces son de los más sostenible y sano que hay en el mercado". Añade además que cuando se desinsecta con algún tipo de productos, "están muy controlados y son totalmente compatibles con el medio ambiente".

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