Escudos de policarbonato, máscaras de gas, cascos, protecciones corporales y monos blancos. Instrucciones para romper cordones policiales a la carga. Llamadas a enfrentarse con la policía de acuerdo al lema de la 'no-violencia combativa'. Tutoriales sobre formaciones en forma de muro, de flecha y de tortuga romana.
Son algunas de las consignas lanzadas durante los últimos días por los líderes del Blanc Bloc, el nuevo grupo violento independentista llamado a ocupar el vacío dejado por el Tsunami Democràtic.
En sus redes sociales, el Blanc Bloc promete a sus seguidores que "las cosas van a cambiar" y exige llevar hasta las últimas consecuencias la declaración unilateral de independencia anunciada por Carles Puigdemont en octubre de 2017. "El día que salgamos todos juntos en Blanc Bloc, llevaremos nuestros escudos a la calle y conseguiremos la república catalana", dicen en su página web.
Los Blanc Bloc tienen previsto debutar en la Diada de hoy con una concentración en el Arco del Triunfo de Barcelona, donde coincidirán con otros dos grupos radicales, el de la CUP y el de los CDR.
En realidad, la terminología utilizada por los tres grupos es prácticamente la misma, de lo que se puede deducir que estos no son más que tres nombres distintos para un mismo fenómeno: el del independentismo de extrema izquierda que pretende revivir los años de la 'kale borroka' en la Cataluña de 2020.
Iglesias como modelo
Los Blanc Bloc, creados a imagen y semejanza de los Tute Bianche italiano, activos entre 1994 y 2001, dicen no identificarse con ningún partido político. En su página web utilizan, sin embargo, un texto de Pablo Iglesias donde el líder de Podemos describe a Tute Bianche como "imaginativos e inteligentes" y habla, con satisfacción, de cómo estos obligaron en cierta ocasión "a escapar de los antidisturbios a la carrera".
Seguidores de la última tendencia en violencia urbana, la de los antifa americanos, los Blanc Bloc adjudican roles jerarquizados a sus militantes. El 'vanguardista' forma parte de la primera línea de ataque. El 'pinya' acompaña el movimiento de los vanguardistas. El 'espía' vigila los movimientos de la policía. El 'antigás' apaga los gases lacrimógenos. Al 'de los cánticos', el Blanc Bloc le exige "capacidad pulmonar".
En una de las notas colgadas en su web, el Blanc Bloc da instrucciones para fabricar un escudo y utilizarlo contra la policía. "Recuerda que estarás defendiendo la república catalana y haciendo historia", dice el texto. En otro, llama a utilizar las chaquetas con refuerzos utilizadas por los motociclistas o a fabricar protecciones con churros de piscina o colchonetas de yoga.
Si la policía rompe su formación, el Blanc Bloc recomienda a sus militantes desembarazarse del mono blanco y camuflarse entre la multitud que asistirá a cualquiera de las manifestaciones pacíficas organizadas por las restantes asociaciones separatistas.
Una Diada desangelada
Más allá de las expectativas generadas por la aparición de otro grupo radical más en el seno del independentismo, el nacionalismo parece haber mandado sus naves a luchar contra los elementos en la Diada más desangelada desde el inicio del procés, allá por 2012.
No se espera una Diada multitudinaria. Al miedo a la epidemia de Covid-19 se sumarán hoy la división en el seno de ERC y JxCAT, la desmotivación por las continuas derrotas judiciales del separatismo –que han conducido a este a un callejón político sin salida– y la realidad de un puente de tres días que muchos aprovecharán para salir de sus ciudades y disfrutar de unas pequeñas vacaciones en la costa o en el interior.
Ayer jueves a media tarde, Òmnium Cultural decidió suspender la llamada Festa per la Llibertat, la concentración amenizada por varios conciertos que cada año se celebra en el paseo Lluís Companys con ocasión de la Diada. "Este año ponemos la vida y la salud en el centro de todo. Por primera vez en 20 años no podremos celebrar los conciertos de la Festa per la Llibertat".
Una Diada al 10%
La ANC, la otra gran asociación civil nacionalista catalana, ha decidido por su parte mantener las 107 concentraciones convocadas para hoy en varios municipios catalanes y frente a algunas de las instituciones que, en la cosmovisión del separatismo, simbolizan el Estado español: la Seguridad Social, la Oficina de Extranjería, las delegaciones del Gobierno, RENFE o el Banco de España.
Ayer a última hora de la tarde apenas 13 de ellas habían completado el aforo previsto por la ANC, menos del 10% de ellas. Es la primera vez desde 2012 que el separatismo pincha de una manera tan estrepitosa a pocas horas de la Diada del 11 de septiembre, la cita anual más cargada ideológica y sentimentalmente del separatismo.
La previsión más optimista de los organizadores para hoy habla de unos 50.000 manifestantes. Apenas una pequeña parte de los dos millones que, de acuerdo a los cálculos del separatismo, se han llegado a convocar en años anteriores.
Ni siquiera el envío por parte del Gobierno de 250 agentes antidisturbios de la Policía Nacional a Cataluña para la protección de los edificios gubernamentales ha logrado encender los otrora inflamables ánimos del independentismo.
Tampoco las autoridades de la Administración autonómica, y muy especialmente las que trabajan en el sector de la salud, han demostrado mayor entusiasmo por la Diada de hoy. Ayer jueves, el secretario de Salud Pública regional, Maria Argimon, afirmó frente a la prensa que "el derecho a la manifestación está garantizado". A renglón seguido, se mostró contrario a la convocatoria de concentraciones. "Se podría buscar una forma diferente" dijo.
"Reivindicación sí, concentración no" declaró por su parte el coordinador de la Unidad Covid-19, la encargada del seguimiento de la epidemia en Cataluña, Jacobo Mendioroz. Si de ellos dependiera, hoy no se celebraría ninguna Diada.