Plácido Fernández Viagas, el olvidado primer presidente andaluz que trajo el 'café para todos'
Andalucía recupera la figura del político socialista coincidiendo con el 40 aniversario de la aprobación del Estatuto de autonomía.
28 febrero, 2021 01:56Noticias relacionadas
"Si hubiera que quemarse, es lo mínimo que podemos ofrecer", así terminaba el discurso de Plácido Fernández Viagas el 27 de mayo de 1978 en la Diputación de Cádiz.
Se estaba constituyendo la Junta de Andalucía de la España de la Transición. Y allí se presentaba él con la intención de trabajar por la autonomía. Su lucha por una Andalucía autónoma acabó trayendo a España el "café para todos".
Socialista y cristiano, padre de 11 hijos, juez militante de la asociación Justicia Democrática, denunciante de la justicia franquista, político, andaluz e idealista. Aunque nació en Tánger, estudió Derecho en la Universidad de Sevilla.
Con motivo de los 40 años de la autonomía andaluza -hoy, 28 de febrero, es el Día de Andalucía-, la Junta edita un libro que recuerda su figura: "Plácido Fernández Viagas. Andalucía, una cuestión de justicia". Su autora es la doctora en Historia Contemporánea Lola Villar.
"Plácido era un intelectual. En los 40 acabó sus estudios y fue juez con 20 años. Hablaba francés, sabía inglés y escribía sobre literatura", afirma Villar en conversación con EL ESPAÑOL.
Para entender la figura casi olvidada de Fernández Viagas hay que situarse en los años de los grandes pactos en España. "Llega al PSOE a través de Justicia Democrática. Era un hombre muy luchador y rebelde, hasta el punto de que él fue el primero de los jueces de esa asociación que dio la cara", indica Villar.
Fernández Viagas fue uno de los representantes del PSOE en las negociaciones de los Pactos de la Moncloa o la Ley de Amnistía, uno de los hombres fuertes del socialismo: "Todas las cuestiones jurídicas pasaban por sus manos". Villar sitúa en este ambiente de búsqueda de consensos la legitimidad de su figura.
"Incluso en Andalucía, la gente joven desconoce quién fue Plácido. Su memoria ha quedado reducida al testimonio de alguna calle con su nombre en algún pueblo", indica Villar.
Acercarse a su figura es conocer los inicios de la autonomía andaluza: "Fue el primer presidente de la Junta de Andalucía cuando todavía la institución no tenía un fundamento estatutario". Detrás llegarían otros socialistas: Rafael Escuredo, Rodríguez de la Borbolla, Chaves, Griñán y Susana Díaz.
De hecho, a Viagas lo nombran presidente tras las elecciones generales, en las que concurre en las listas del PSOE al Senado. "Fue el senador más votado de toda Andalucía en las elecciones para la Legislatura Constituyente de 1977", recuerda Villar.
Un año después, en mayo de 1978, es presidente de la institución preautonómica. Es en su primer discurso cuando pronuncia una de las frases que más le acompañarían: "Si hubiera que quemarse en el empeño, lo asumimos".
"Y se quemó", confirma Villar. "En 1978 decidió no tomarse vacaciones, cogió un coche que le prestaron de la Diputación de Sevilla y se recorrió toda Andalucía". Quería conocer de primera mano la realidad de la región que buscaba la autonomía como instrumento para alcanzar la justicia.
Aquel año también se reunió con Josep Tarradellas, representante entonces de la preautonomía catalana. Sus ideas le llevaron a afirmar: "No se tiene en pie un tratamiento distinto para Cataluña y Andalucía". El germen del "café para todos".
En una entrevista concedida a la revista Triunfo poco antes de ser nombrado presidente, afirmó: "Me declaro no andalucista. Me molesta la palabra andalucismo. Lo que me interesa es el destino de este pueblo". En esas mismas líneas, también se refiere a Blas Infante como "unas de las pocas personas a las que admiro. Quizá yo sea un romántico".
"Plácido era un idealista intelectual", confirma Villar. La autora de este libro centrado en Fernández Viagas no lo concibe sólo como una biografía: "También sirve para conocer pormenorizadamente el primer Gobierno preautonómico". Aquella Junta de Andalucía cuyo Consejo Permanente, el máximo órgano de gobierno, estaba formada por diez hombres: cuatro consejeros del PSOE, cuatro consejeros de la UCD, un comunista y un independiente además de Viagas.
El Pacto de Antequera
El 4 de diciembre de 1977, Andalucía se echó a la calle para manifestarse a favor de la autonomía. En aquellas multitudinarias concentraciones resultó asesinado Manuel José García Caparrós. Desde entonces, el 4-D está considerado por un sector del andalucismo como el verdadero Día de Andalucía.
Un año más tarde, el 4 de diciembre de 1978, se firma el Pacto de Antequera. "Fue un empeño de Plácido Fernández Viagas: es él quien hace un importante trabajo de conversaciones y búsquedas de acuerdos".
Recuerda Villar que Viagas "venía de Madrid, de trabajar en los pactos de Estado de la Transición". El trabajo de Fernández Viagas acabó por poner de acuerdo al PSOE, la UCD, el Partido Comunista, Alianza Popular, el Partido Socialista de Andalucía, Democristianos, Partido del Trabajo y otras cuatro formaciones más.
El Pacto de Antequera recogía la voluntad de once partidos políticos por conseguir la autonomía en el menor tiempo posible. La firma de este pacto fue un hecho sin parangón, ya que sólo en Andalucía se realizó un acuerdo de esta envergadura.
De Fernández Viagas hablaban los medios de la época como "un hombre temperamental que ha llegado al socialismo por la vía vivencial, de rebeldía contra el sistema". La revista Triunfo afirmaba: "Pocos andaluces gozan hoy de tan amplio consenso en toda la izquierda, e incluso en sectores de la derecha".
Para el presidente de la primera Junta de Andalucía la bandera era un símbolo de lucha por la justicia social. Lola Villar afirma que "Fernandez Viagas defendía que la conciencia regional tenía que ir unida a una conciencia de clase. Que la bandera no podía unir a todos los andaluces mientras existiera entre ellos una distancia social y económica como la que existía entonces". "La bandera no podía ser neutral", añade.
De esta tesis doctoral, ahora editada como libro, se desprenden las ideas políticas que el propio Fernández Viagas reivindicaba de sí: "Socialista, no socialdemócrata", afirmaba ser. "Esa autodefinición podría malinterpretarse hoy día. Era muy socialista, pero era un socialista con una educación liberal y con un alma libre".
Añade Villar que "eso le impedía defender un socialismo revolucionario y no democrático, aunque fuese un socialista rebelde, un “visceral de corazón”-como así me lo definió Rodríguez de la Borbolla".
Ahora, con motivo del 40 aniversario de la aprobación del Estatuto de Autonomía de 1981, la Junta de Andalucía ha editado esta obra que está prologada por Juanma Moreno. En el prefacio, titulado Palabras para un hombre justo, Moreno destaca que este libro revela "el importantísimo papel que tuvo la izquierda en las aspiraciones autonomistas". También resalta la paradoja de que esté prologado "por el primer presidente no socialista de Andalucía".
Fernández Viagas se retiró de la actividad política en 1980 y fue elegido miembro del Tribunal Constitucional. Murió en 1982, a los 58 años, víctima del cáncer.