Málaga

"En mi cabeza hay ahora 45 grados", dice Juan Espadas al coger la primera sombra de la mañana tras más de una hora de acto en Antequera. Alrededor de ciento cincuenta militantes se han congregado para escuchar a mediodía de este miércoles al candidato a las primarias del PSOE andaluz.

"Espadas, te quiero", le grita una mujer de mediana edad con un vestido amarillo. "¡A por la Junta!", le anima otro. La plaza Fernández Viagas se convierte en el escenario perfecto para el último golpe en la mesa del candidato al que le han puesto la etiqueta de producto de Ferraz. Este miércoles ha conseguido un apoyo histórico.

Espadas se sube al minúsculo escenario y se rodea de sus cuatro pretores: los presidentes de cuatro diputaciones provinciales gobernadas por el PSOE: Jaén, Huelva, Granada y Cádiz. Además, Mamen Sánchez, la alcaldesa de Jerez, o Dani Pérez, portavoz de la oposición en Málaga. Le acercan un mástil con la blanquiverde. La ondea entre aplausos. 

Juan Espadas ondea la bandera de Andalucía.

El hilo musical también tiene mensaje: Que trata de Andalucía, de Los Aslándticos, y Andalucía, de El Kanka. Espadas, a pesar de las críticas que recibió en los primeros días de la campaña, se ha destapado: andalucismo, municipalismo y cambio. Ese es el mensaje.

Antequera tiene un especial significado para los andalucistas contemporáneos. Allí se firmó el pacto, propiciado por Fernández Viagas, que cambió el signo de la comunidad: "De Antequera a San Telmo. ¡Vamos a ganar!", grita Espadas al terminar su intervención. 

Terminan las intervenciones, pero no acaba el protocolo. Ahora queda la cara B: los selfis con los militantes. El equipo de Espadas intenta sacarlo del bucle de saludos, abrazos y fotos. Le cuesta tanto que pierden una entrevista en directo con la tele. Se nota en sus caras, en sus palabras, una euforia contenida el día después del debate entre candidatos que sirvió para presentar a Juan Espadas como un candidato solvente.

Este miércoles, el primer presidente de la Junta de Andalucía, Rafael Escuredo, ha dado la cara por él. En una carta abierta pide el voto para Espadas. "En el debate se tuvo que morder la lengua", cuchichean en las filas traseras. Luis Ángel Hierro esgrimió el nombre de Escuredo, pero Espadas sabía que era suyo.

Torremolinos

Toca salir corriendo, porque hay por delante casi una hora de trayecto hasta el siguiente punto. El Pasaje Begoña de Torremolinos, un referente de la comunidad LGTB en Andalucía. Allí conversa con Ramón, uno de los pocos represaliados por la redadada de la Policía franquista en los setenta que sigue con vida. 

Espadas con miembros de la Asociación Pasaje Begoña y José Ortiz, alcalde de Torremolinos.

En la caseta de Feria del PSOE en Torremolinos, un centenar de militantes esperan a Espadas: “No hemos querido que fuera masivo por la Covid-19”, afirma uno de los asistentes que casi una hora antes de la convocatoria ya andaba por los alrededores. Mesas cumpliendo las medidas y mucha alegría.

En la puerta, un histórico de los gobiernos socialistas. Si en Antequera estaba Paulino Plata, ahora en Torremolinos le esperaba Luciano Alonso, consejero de Cultura y Deportes con Susana Díaz. Hoy apoya "el cambio".

La euforia, eso sí, es de puertas para afuera. Entre los militantes hay prudencia. Mucha. “Susana está haciendo una campaña muy buena y positiva… el problema es que no se la cree nadie”, comenta un socialista de la Costa del Sol en uno de los corrillos. 

Es el momento de descansar un rato: Ángeles, Manuel, Adrián o Francisco aprovechan para comer. Son el equipo de Espadas que ya está pensando en el cierre de campaña. Mientras Díaz o Hierro acaban en capitales de provincia, Espadas cerrará en Marmolejo, un pueblo de la provincia de Jaén con 6.000 habitantes.

A las 17,30 tiene que atender de nuevo a los medios. Entrevista en directo en la radio. La hace mientras se toma un café: "Intento tomar poco, hay que pasarse a las infusiones", le dice a José Ortiz, primer edil de Torremolinos, de alcalde a alcalde.

Cierre en Vélez

En Vélez-Málaga le queda el último baño de masas del día. El anfitrión, Antonio Moreno, alcalde socialista de la localidad, lo había preparado todo para que la Plaza del Carmen dejara a Espadas el mejor sabor de boca. Más de trescientas personas, pantalla gigante, ambiente de fiesta y muchos aplausos. 

Juan Espadas hace su entrada en el acto de Vélez-Málaga.

Lleva la misma camisa de lino de la mañana, arremangada a medio antebrazo. Los abrazos no paran. Están históricos socialistas, como Alonso, que llega directo de Torremolinos, Miguel Ángel Heredia, senador, los diputados José AguilarIgnacio López, uno de los sanchistas más destacados en la provincia.

La jornada de campaña acaba con la mirada puesta ya en la votación de este domingo. El equipo de Espadas espera que no haya segunda vuelta: "Sería una semana muy dura para todos y haría mucho daño al partido".

Enfilan el camino hacia Almería. Les quedan dos horas por delante hasta Carboneras, donde este jueves seguirán este tour en furgoneta. 

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