En el Gobierno andaluz rememoran estos días cómo a Juanma Moreno, siendo candidato del PP-A, el anterior Ejecutivo socialista le recriminaba día sí y día también que fuera persiguiendo a Susana Díaz, entonces presidenta de la Junta.
El dirigente popular no tuvo asiento parlamentario durante cuatro años, de 2014 a 2019. Por tanto, no tuvo, durante una legislatura completa, una oportunidad para medirse cara a cara con Susana Díaz. Eso le ocurre ahora a Juan Espadas, el candidato del PSOE, con Juanma Moreno. De ese recuerdo se hacen eco hoy en el Palacio de San Telmo, sede del Ejecutivo.
La situación de Espadas con respecto a Moreno es parecida, pero más arriesgada. Espadas no tiene los cuatro años que tuvo el popular para patearse Andalucía y darse a conocer. La fecha electoral prevista, si no hay adelantos, es diciembre de 2022. Por ello, tiene mucho menos tiempo que el que tuvo el actual presidente andaluz para consolidarse como candidato.
El dirigente socialista, además de secretario general del PSOE-A tras vencer a Susana Díaz, es alcalde de Sevilla. Aún no ha dejado ese cargo, mientras espera elegir quién ocupará su silla al frente del Ayuntamiento hispalense. Ser alcalde le permite, además, tener una presencia institucional, que perderá en el momento en que decida entregar el bastón de mando.
En su contra, además del tiempo, juega la escasa destreza de un partido que, tras 37 años de gobierno y salpicado de casos de corrupción, todavía no se encuentra asentado en su papel de oposición. También, por las encuestas a favor del PP, que le hacen rozar la mayoría absoluta.
A los diez días de ser designado secretario general de los socialistas andaluces, el presidente de la Junta recibió a Juan Espadas de manera oficial. La foto de ambos inauguró una supuesta entente cordiale entre ambos dirigentes, que se ha saldado con el apoyo de la bancada socialista a algunas iniciativas presentadas por el actual Ejecutivo.
Luego, al desmarcarse Vox como apoyo primordial para apoyar iniciativas e incluso los Presupuestos de 2022, el PSOE-A ha ofrecido su respaldo a cambio de exigir que Juanma Moreno mantenga un segundo encuentro con el socialista.
La fecha de esa segunda reunión, concedida por Moreno Bonilla, será el 1 de octubre. Lo ha anunciado el mismo Juan Espadas, quien advierte de que tiene "un punto en el orden del día": "Si el PP quiere pactar con Vox el presupuesto de la Junta, sobran las reuniones; si quiere de verdad un presupuesto a la altura de Andalucía, sabe que necesita al PSOE".
Espadas asegura que "no hay antecedentes" de acuerdos presupuestarios entre PSOE y PP: "Pero estamos en un momento excepcional de salida de la crisis del coronavirus. El PSOE va a estar a la altura de lo que necesita Andalucía".
Fuentes del Ejecutivo inciden en que, en toda esta estrategia, "Espadas no acaba de capitalizarla, de momento". Y creen que, en este caso, no tiene nada que ver con que el dirigente socialista no sea parlamentario andaluz y que no pueda medirse dialécticamente con el presidente de la Junta.
"Cogiendo trenes"
Las mismas fuentes consultadas destacan que, en estas últimas semanas, el secretario general del PSOE-A ha desarrollado una agenda en la que llegó a llevar a cabo una visita al incendio de Sierra Bermeja, que sorprendió a propios y a extraños. Llegó al puesto de mando, superó los controles y se situó donde se encontraba el presidente de la Junta, para estrecharle la mano. "Cogiendo trenes", sostienen a EL ESPAÑOL desde el Ejecutivo andaluz.
La maniobra de Espadas recuerda a la que efectuó por sorpresa Susana Díaz el pasado 16 de septiembre, en la primera sesión del pleno del Parlamento andaluz tras el verano. La ex secretaria general del PSOE andaluz y expresidenta de la Junta lo primero que hizo antes del inicio de la sesión fue acercarse a saludar a Juanma Moreno, convirtiéndose en el centro de atención. Dos días antes había tomado posesión de su acta como senadora.
Que Díaz apareciera por allí molestó, sobre todo, a la bancada socialista, que asistió incrédula a una vuelta de tuerca con respecto al pacto que había cerrado con Juan Espadas, quien le buscó, fuera de Andalucía, una salida digna en la Cámara Alta tras arrebatarle la secretaría general del PSOE-A.
Luego, además, se ha estrenado como colaboradora televisiva, lo que le da visibilidad nacional a un nivel que pocos políticos activos tienen. "Es que a Susana la quieren enterrar y no está muerta. Tiene 44 años y su carrera política no ha acabado, ni mucho menos", sostiene una fuente del partido.
En cualquier caso, la visita de Susana Díaz al Parlamento menoscabó, sobre todo, la autoridad de Espadas. Muchos creen que pudo responder, además, a una medida de presión para agilizar su designación, presumiblemente pactada, como presidenta de la Comisión de Industria, Turismo y Comercio en el Senado.
Casualmente, el mismo día en el que Díaz apareció por el Parlamento andaluz, renunciaba a ese cargo la senadora malagueña María Luisa Bustunduy. Fuentes del Senado consultadas por este periódico advierten de que la designación de Díaz como presidenta de esa comisión se producirá en la próxima sesión plenaria.
Además, este sábado, el PSOE-A hacía pública la renuncia de Susana Díaz a su acta parlamentaria. "Juan Espadas, y la expresidenta Susana Díaz han mantenido una reunión de trabajo de la que se deriva la decisión de la renuncia de la también ex secretaria general al acta de parlamentaria andaluza para centrarse en sus nuevas responsabilidades como senadora por designación autonómica". El comunicado apostillaba, además, que Díaz "presidirá una comisión en la Cámara Alta".
La segunda figura que ha venido a socavar el espacio opositor de Juan Espadas y el PSOE-A ha sido también socialista: el presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, quien le ha cerrado a Juan Espadas unos grados de amplitud en su discurso opositor y ha dejado la pelota en manos del PSOE para solucionar el problema de la financiación de las comunidades autónomas, sean éstas del signo que sean.
Pese a que el presidente valenciano se reunió, ya por la tarde, con Juan Espadas, su visita a Andalucía para sellar una "alianza" con Juanma Moreno ha molestado en Ferraz y también en el PSOE andaluz.