Aunque aún no hay fecha para las elecciones en Andalucía, todo apunta a que el Gobierno de coalición de PP y Ciudadanos no aguantará hasta final del mes de noviembre, que es cuando tocan. El ambiente en el Parlamento andaluz, a la espera de lo que ocurra en los comicios de Castilla y León, es prácticamente electoralista.
Desde el Gobierno andaluz tienen claro que su principal baza será sacar pecho de la gestión económica que han realizado en estos tres años. Las tres bajadas de impuestos, con la que han recaudado 850 millones de euros más en IRPF en dos años y 280.000 contribuyentes, el cumplimiento de las tres reglas fiscales y el decreto de simplificación que reduce la burocracia administrativa, serán tres de sus banderas.
El propio presidente de la Junta, Juanma Moreno, su vicepresidente, Juan Marín (Cs) y sus principales consejeros, entre ellos el de Presidencia, Elías Bendodo, han repetido en las últimas semanas que van a seguir negociando para "estirar" todo lo que puedan esta legislatura. El objetivo es agotarla lo máximo. No obstante, siempre acaban la frase diciendo que no harán perder ni un minuto a los andaluces si hay un bloqueo parlamentario.
La sanidad y la corrupción también están presentes. El pleno monográfico sobre sanidad, forzado por el PSOE con el apoyo de Vox, celebrado la pasada semana en la Cámara andaluza, puso al rojo el termómetro del clima electoral.
El portavoz del grupo de Vox, Manuel Gavira, fue bastante tajante en sus afirmaciones culpando a Moreno de "mal gestor" de la sanidad. Por su parte, el PSOE recogió el guante de estas críticas con mucha más dureza sobre todo porque el presidente andaluz no asistió. Acudió a un acto electoral en Salamanca.
Aún quedan leyes por aprobar como la Ley de Función Pública o la de Economía Circular, que Vox podría bloquear, como hizo con los últimos presupuestos, y Moreno, como ha anunciado, activar el botón electoral. Desde el Gobierno andaluz no quieren adelantar acontecimientos.
La sanidad
Por su parte, el PSOE seguirá haciendo de la sanidad su caballo de batalla. Los socialistas han movilizado a sus 500 alcaldes, a sindicatos y a profesionales sanitarios, y ya hay convocadas manifestaciones que se pretenden sean multitudinarias en las ocho capitales andaluzas el próximo 19 de febrero.
Casi a diario, el candidato socialista de la Junta, Juan Espadas, denuncia el colapso sanitario en la atención primaria, al encontrarse más tensionada a causa de la sexta ola y el alto nivel de contagios de la variante ómicron, pero esta ya va remitiendo. Desde la Junta vaticinan que la situación se irá normalizando a medida que vayan bajando los contactos.
No obstante, los socialistas andaluces tiene muy presente que la puntilla al Gobierno de Susana Díaz fueron sus recortes en el ámbito sanitario, especialmente desde 2012, y las protestas de los profesionales, cuando aún no existía la Covid. Por ello, Espadas redunda una y otra vez en su mensaje de que va a ser su partido el que va a recuperar la calidad de la sanidad pública y que están en condiciones de asumir el reto.
Desde el PP le rebaten, también casi a diario, y seguirán con este mensaje que cuando llegaron al Gobierno la sanidad andaluza "no aguantaba ni una ola de gripe" y que, tras tres años, hay 30.000 sanitarios más contratados o seis nuevos hospitales funcionando.
Hasta el momento, Vox también ha disparado hacia la gestión de la sanidad, la corrupción y su desconfianza en Ciudadanos. Sobre todo tras el apoyo de la formación naranja en el Congreso a la reforma laboral. "La veleta ha girado al socialismo", aseguró Gavira a los medios.
El 'viejo' PSOE
Desde Ciudadanos quieren seguir erigiéndose como los guardianes ante la corrupción. Insistirán en que desde que llegaron al Gobierno andaluz no se han producido más casos y seguirán con ese lema.
Aunque no será la baza principal, tampoco se renunciará a ella. Más cuando el objetivo es seguir vinculando a Espadas con el viejo PSOE. "Lleva toda la vida trabajando en la Junta y fue consejero con Chaves y Griñán. Tiene mochila", señalan a EL ESPAÑOL fuentes del Ejecutivo andaluz.
Casualidad o no, tras tres años de sesiones y miles y miles de documentos de todo tipo consultados, el pasado jueves se cerró el plazo para que los grupos en el Parlamento andaluz entregaran sus dictámenes de la comisión de investigación sobre la extinta Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe). Más conocida por el presunto gasto de dinero público en varios clubs de alterne.
Y para más inri, una de los extrabajadores, cuyo proceso de contratación está investigando el Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla, José Ignacio Vilaplana, es la mujer de Juan Espadas, Carmen Ibanco.
Cabe recordar que la última campaña andaluza arrancó con este caso. El mismo día que la socialista Susana Díaz firmó el decreto de convocatoria de elecciones, el PP-A dio a conocer el nuevo informe de la Guardia Civil que elevó hasta los 32.000 euros el dinero público gastado, a través de tarjetas bancarias, hasta en cinco prostíbulos de Cádiz, Sevilla y Córdoba.
Pero las circunstancias han cambiado. El caso ERE ya se juzgó y aunque quedan las piezas separadas, otros juicios por corrupción y el pronunciamiento del Supremo podría conocerse en plena campaña electoral, desde el Gobierno andaluz abogan por tener como escaparate el haber demostrado que se pueden hacer las cosas de otra manera con "un proyecto serio, creíble y capaz de atraer inversiones" a Andalucía.