Salvo sorpresa mayúscula, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, se convertirá en el nuevo líder del PP tras la grave crisis que ha sufrido el partido. "La mayor de su historia", según el presidente andaluz y barón, Juanma Moreno.
Lo hará en el congreso extraordinario que se celebrará en Sevilla, ya fuera de toda duda, los próximos 2 y 3 de abril.
Casualidad o no, se trata de la misma ciudad, el mismo fin de semana -el primero del mes de abril-, y casi la misma hora en la que el expresidente José María Aznar cambió el rumbo de la formación hace ahora 32 años. El destino del PP viró hacia el centro y a él le sirvió de trampolín. Se puso en camino hacia la Moncloa, a la que llegó en 1996.
Aquel 1 de abril de 1990, bajo el lema Centrados con la libertad, Aznar dejó atrás definitivamente la vieja Alianza Popular para darle la bienvenida rotunda al Partido Popular. Tras su refundación un año antes, se convirtió en el sucesor del histórico Manuel Fraga -otro gallego-, que pasó a ser presidente-fundador.
"Aquello se vivió como una fiesta, marcó un antes y un después y supuso un borrón y cuenta nueva", cuentan fuentes populares andaluzas a EL ESPAÑOL, que esperan que en la actualidad ocurra lo mismo.
Si Fraga viviera seguramente repetiría aquella frase que ya dijo en 2010, cuando se cumplieron 20 años de aquel cónclave: "El PP debe volver al espíritu de Sevilla", añadiendo que aquel congreso "fue optimista, positivo y estuvo lleno de esperanza".
"¡Ni tutelas ni tutías!"
Según crónicas de la época, su organización costó 30 millones de pesetas y asistieron 2.800 compromisarios. Unas crónicas que recogen cómo Fraga rompió en el estrado una carta de dimisión sin fecha que le había entregado Aznar en prueba de lealtad, y espetó aquella famosa frase: "¡Ni tutelas ni tutías!".
Ahora, más de 30 años después, su paisano Feijóo busca el mismo efecto tras la dura crisis que ha sufrido el PP y la caída de Pablo Casado: unir el voto del centroderecha, buscar un espacio más amplio del electorado, coser el partido y que vuelva a ser de gobierno.
Por todo ello, la capital andaluza es un lugar simbólico para los populares. También porque 32 años después servirá de impulso a la candidatura de Juanma Moreno, que quiere seguir siendo inquilino en san Telmo tras cuatro décadas de gobiernos socialistas. Es el siguiente a medirse ante las urnas y lo hará en este mismo 2022.
Moreno se siente satisfecho con acoger este cónclave en casa. En declaraciones a los medios a su llegada a la reunión de la Junta Directiva Nacional del PP celebrada ayer en Madrid, aseguró que es "un respaldo a la dirección del PP andaluz y al calendario electoral que tenemos".
Eso sí, siempre que sea tranquilo, que es lo que se prevé. Un día antes, en una entrevista en la Cope, dijo literal: "Si vienen a liarla los mando a Santiago de Compostela".
Eje Galicia-Andalucía
Toni Martín, vicesecretario del PP-A y número tres el partido en la región, y Fran Moreno, de Nuevas Generaciones de Cádiz, formarán parte del equipo que liderará Esteban González Pons. Éste ya se ha pronunciado al respecto: "No será un congreso de refundación, sino de reinicio".
Estos nombramientos dejan entrever el reconocimiento y respaldo al PP andaluz, del que hasta la fecha carecían; el peso que puede tener Andalucía en la futura dirección del PP con Feijóo a la cabeza y que el apoyo y la confianza de Génova serán sin fisuras en pleno año electoral. Además, Moreno podrá tomar decisiones en lo orgánico "sin imposiciones".
En realidad se configura un nuevo eje de influencia en el partido con Galicia y Andalucía al frente, que responde a la buena sintonía personal y política entre Feijóo y Juanma Moreno. Y está el contrapeso en Madrid, por el poder fáctico que tiene Isabel Díaz Ayuso.
En aquel congreso de 1990 ya se palpó un nuevo estilo político y de gobierno. "Diálogo", "moderación" y "tolerancia" fueron las palabras más repetidas para ser el referente de una sociedad "abierta y plural", apuntan estas mismas fuentes. Más de 30 años después, se aspira a lo mismo.
Tanta importancia tuvo, que en 2010, 20 años después, Aznar convocó al equipo que conformó tras ser elegido presidente ante 2.800 compromisarios. Para el del próximo 2 y 3 de abril, la Junta Directiva Nacional ha cifrado este número en 3.109 y se espera que también sea un trampolín para el partido y para el dirigente gallego como nuevo líder nacional. Si en 20 años Feijóo y Moreno lo conmemoran, será buena señal.