Pablo Aguado pega un natural a un toro de Juan Pedro en Sevilla.

Pablo Aguado pega un natural a un toro de Juan Pedro en Sevilla. Arjona (Toromedia)

Andalucía

Vuelta a la realidad: Morante se estrella con una 'Juanpedrada' y Ginés y Aguado rascan una oreja

Ginés Marín y Pablo Aguado cortaron una oreja cada una a los dos toros más potables.

25 septiembre, 2022 21:19
Sevilla

Como si hubiera sido el Sueño de una noche de verano, bueno de casi verano, porque ya estamos en otoño, dos días después, el público maestrante se seguía relamiendo recordando faena de Morante de La Puebla del pasado viernes, que ya será eterna. Por eso, los tendidos lo sacaron a saludar cuando terminó el paseíllo.

Morante repetía con Pablo Aguado y Ginés Marín. Había expectación, pero el comportamiento de los toros ha mandado al traste toda esperanza a medida que iba avanzando la tarde con los desrazados animales que ha echado en Sevilla Juan Pedro Domecq.

Ha sido una vuelta a la realidad. Sobre todo por el lote de Morante, dos toros parados y sin un pase, con los que sólo pudo dejar destellos como ese arranque de la faena de muleta con la rodilla en tierra. No hubo bronca porque no pudo hacer nada, simplemente indignación.

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En medio del sopor Ginés y Aguado sí cortaron una oreja cada uno. El sevillano se estiró a la verónica en dos o tres lances, pero el viento y la voltereta que se pegó el animal le impidieron rematar el tercio.

Con la muleta, desde un primer momento sometió la embestida con unos doblones iniciales con gusto. El trasteo tomó vuelo con una tanda al natural de mano baja ya sin forzar nada. Le apretó más por el derecho, sin quitarle la muleta de la cara a un toro que tuvo calidad aunque justo de fuerzas. Sonó la música y los naturales finales a pies juntos de uno en uno dejaron entrever lo buen torero que es

Con el último no hubo manera. Muy frío de salida, en la muleta desarrolló genio y en dos ocasiones quiso ir por dentro a partir del segundo muletazo cuando Aguado empezó a exigirle. Pablo quiso apostar, pero cuando no puede ser, no puede ser y además es imposible...

Ginés Marín le cortó una oreja al toro más encastado de la corrida. Lo lanceó por verónicas rematando con una media a pies juntos adornándose con el capote. Con la muleta siempre quiso llevarlo largo y tras darle distancia empezó a aprovechar la inercia del animal.

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Por el izquierdo le dejó un tiempo entre muletazo y muletazo de profundos derechazos y rematando con un enorme natural tras cambiarse la muleta por detrás y con doblones finales. Con el quinto no pudo hacer nada. En la muleta se movió muy descompuesto, pegando tornillazos en cuanto empezó a exigirle.

Así ha concluido la última tarde de la feria de San Miguel, con los tendidos casi llenos y con bastante expectación, pero ha sido una vuelta a la realidad en toda regla. En cualquier caso, nos queda el consuelo de haber vivido la épica del pasado viernes, que pasará a los anales del toreo para agrandar la leyenda del torero de La Puebla.