La calle Don Remondo de Sevilla, donde fueron asesinados por ETA el concejal del PP Alberto Jiménez-Becerril y su esposa, Ascensión García, ha vuelto a ser escenario de homenajes y el recuerdo de representantes políticos hacia el matrimonio cuando se cumplen 25 años de su muerte.
En el mismo lugar donde yacieron sus cuerpos, se han reunido en la tarde de este lunes el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno; el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, y numerosos consejeros del Gobierno autonómico y otros representantes municipales y de otras formaciones.
Todos han querido acompañar a la familia, encabezada por dos de los tres hijos del matrimonio y la hermana del exconcejal, Teresa Jiménez-Becerril, entre otros.
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En la esquina donde fueron asesinados por dos pistoleros de ETA, bajo una placa que recuerda aquellos hechos, han depositado una corona de flores con el lema "Sevilla no os olvida", junto a velas y otras flores y coronas, según informa EFE.
Tras ello, el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, ha rezado varias oraciones y Juanma Moreno ha reivindicado justicia ante "todos esos fanáticos que persiguen a la libertad, que hicieron mucho daño".
Moreno ha destacado que todavía hay "casos sin resolver, asesinos libres y algunas formaciones políticas que no condenan clara y enérgicamente esta violencia" terrorista.
El presidente andaluz ha resaltado los valores que representan las dos víctimas de ETA y ha destacado que gracias a la unidad de toda la sociedad se derrotó a la banda terrorista, por lo que ha apelado a la unidad para combatir la intolerancia y los totalitarismos.
El alcalde de Sevilla, por su parte, ha expresado el fuerte sentimiento de todos los sevillanos cada vez que pasan por esta calle y ha opinado que hay cosas que nunca deben olvidarse, como es el 30 de enero, para recordar el rechazo a la violencia terrorista.
Por su parte, Teresa Jiménez-Becerril ha lamentado que "hoy los terroristas no matan, pero son homenajeados" por crímenes como los de Alberto y Ascen.
Como muestra, ha mostrado las banderas de España con las que se cubrieron los ataúdes de los dos fallecidos, como "símbolo de la igualdad, de la democracia, del Estado de Derecho y constitucional".
Previamente, se ha celebrado una misa en la Catedral de Sevilla y se ha inaugurado en la Puerta de Jerez la exposición '25 años in Memoriam', que recrea los hechos ocurridos hace ahora 25 años.
La muestra, que permanecerá expuesta hasta el próximo 28 de febrero, está formada por 24 mupis que contienen documentos fotográficos y periodísticos que repasan la trayectoria personal y profesional de Alberto Jiménez-Becerril y Ascensión García Ortiz.
También su labor como concejal del Ayuntamiento de Sevilla y los hechos que acontecieron aquel fatídico 30 de enero de 1998 y los días posteriores, cuando la ciudadanía salió a la calle en manifestación para mostrar su repulsa por estos asesinatos cometidos por la banda terrorista ETA.
Dos tiros
Fueron dos tiros. A la una y media de la madrugada. Los cuerpos del concejal del Partido Popular y de su esposa se desangraban a pocos metros de la Giralda, en la calle don Remondo, y a no demasiada distancia de su hogar. Allí dormían sus tres hijos, Ascen, Alberto y Clara, de cuatro, siete y ocho años. Nadie había visto nada.
Regresaban, despreocupados, como tantos otros jueves, de tomar unas copas en el bar Antigüedades, cuando dos sombras les abordaron de manera sorpresiva. Eran José Luis Barrios y Mikel Azurmendi Peñagaricano. Hacía tiempo que les tenían en el punto de mira. Alberto y Ascensión murieron al recibir sendos tiros en la nuca en esa calle del casco histórico de la ciudad hispalense. Ambos tenían 37 años.
Jiménez-Becerril fue el quinto concejal del PP asesinado por ETA. Junto a su esposa ya eran diez las víctimas de la banda terrorista en la comunidad andaluza. Solo un día después, la tragedia volvería a golpear a la familia al conocerse la muerte de la tía del concejal en un accidente de tráfico. La mujer regresaba a su casa tras asistir al funeral de su sobrino.
La ciudad convulsionó y fueron muchas las personas que quisieron rendirle homenaje. Sus féretros llegaron al Ayuntamiento de Sevilla a primera hora de la tarde del día siguiente entre inacabables aplausos.
Alrededor de 50.000 personas se acercaron a dar el último adiós a la pareja y las puertas tuvieron que cerrarse una hora después de lo previsto debido a la gran afluencia de público. Ese mismo día, hubo manifestaciones multitudinarias en toda España para condenar este atentado.
Medio millón de ciudadanos salieron a la calle en Sevilla y cien mil se manifestaron en Bilbao.El mismo año de su asesinato, el Ayuntamiento hispalense creó la Fundación contra el Terrorismo y la Violencia Alberto Jiménez-Becerril, que nació como un permanente homenaje de los sevillanos al matrimonio a su obra, a su trabajo y a sus vidas.