La Audiencia de Sevilla ha requerido al expresidente socialista de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán que en un plazo de cinco días presente todos sus informes médicos para que se le someta a un nuevo reconocimiento médico del Instituto de Medicina Legal (IML). El objetivo es revaluar si el expresidente puede ser tratado en prisión del cáncer de próstata que padece.
Una dolencia que la defensa de Griñán alega para reclamar la suspensión de su pena de seis años y un día de cárcel por el conocido como caso de los ERE. Ahora la Audiencia ha dado el paso para actualizar la información sobre su estado y volver a valorar su entrada con el requerimiento de sus informes médicos, requeridos a través de una nueva providencia de la Sección Primera que recoge Europa Press.
Es una nueva vuelta a la situación médica de Griñán. El movimiento llega después de que la Audiencia haya valorado documentación emitida por el Centro Penitenciario de Sevilla, a la que requirió un informe sobre la posibilidad de que recibiese tratamiento en la cárcel.
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La prisión explicó entonces que dispone de convenio con el Servicio Andaluz de Salud (SAS) para derivar pacientes encarcelados a los servicios especializados de los hospitales Macarena y Virgen del Rocío, como el de radioterapia prescrito a Griñán.
Ha sido esta posición la que ha llevado a la Fiscalía Anticorrupción a solicitar a la Audiencia que actualizara la información sobre el diagnóstico y tratamiento del expresidente, con idea de que los servicios médicos del centro penitenciario "ratifique o modifique" si se le puede tratar en prisión.
Primera recomendación: no entrar
"No es conveniente su ingreso en un centro penitenciario hasta tanto se confirme la remisión de su patología oncológica". Con estas palabras concluía la médico forense el informe que realizó en enero a Griñán, a tenor de su estado de salud.
En el informe, si bien se reconocía que la sanidad penitenciaria puede hacer frente a cualquier demanda, se señalaba que los posibles efectos secundarios en el tratamiento hormonal y de radioterapia parecen "poco compatibles con la dinámica carcelaria" y con la vida en prisión. También por las frecuentes revisiones a las que va a ser sometido.
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