"Dentro de mi actividad comercial, en esos ocho años se dieron circunstancias con clientes para acuerdos y colaboraciones". Así ha explicado el exdirector de la extinta Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe) Fernando Villén el contexto en el que gastó más de 32.000 euros de esa entidad pública en prostíbulos, un extremo que ha admitido en la primera jornada del juicio sobre este caso, que se realiza en la Audiencia de Sevilla, si bien -ha asegurado- "siempre" devolvió el dinero.
Villén ha comparecido como acusado en una causa que juzga también a la exdirectora económica financiera de la entidad Ana Valls, por los pagos en clubes de alterne con tarjetas bancarias de la entidad, perteneciente a la Junta de Andalucía.
La Fiscalía Anticorrupción pide seis años de cárcel para Villén por un presunto delito continuado de malversación de caudales públicos, en concurso con un delito continuado de falsedad en documento oficial cometido por funcionario público.
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Supuestamente los cometió al gastarse más de 32.000 euros en diez visitas a prostíbulos de Sevilla, Córdoba y Cádiz, un extremo que Villén ha reconocido a preguntas del fiscal Fernando Soto. "Cuando uno está en un local de esos, uno toma copas y eso afecta a las facultades", ha manifestado.
El exalto cargo ha esgrimido que usó hasta tres tarjetas de la Junta bajo varios gobiernos del PSOE en estos establecimientos para "no alarmar" a su familia y evitar así "una situación complicada en casa". También ha enfatizado que era consciente de que se trataba de usos "indebidos" que había que devolver, algo que ha asegurado hizo siempre.
En esta línea, ha afirmado que esos gastos fueron repuestos a través de ingresos que realizaba a la Faffe. Es en este punto donde aparece la figura de Valls, a la que entregaba, según su versión, la suma a reponer.
No consta recibo de tales de entregas, algo para lo que no ha tenido explicaciones durante su testimonio: "Yo confiaba totalmente en el rigor de Ana", se ha limitado a decir. Para ella, Anticorrupción pide cuatro años de prisión por malversación y falsedad documental.
Villén ha respondido a las preguntas del fiscal bajo la atenta mirada de la juez Mercedes Alaya, antigua instructora del caso ERE, que preside este juicio. Se ha presentado como acusación particular la Junta andaluza, y también, como acusación popular, el PP.
Los pagos
Villén responde ante la Justicia por el desvío de hasta 72.252 euros de dinero de la Faffe. Con ellos, se pagaron facturas en hoteles, peajes, restaurantes y, lo más llamativo, los servicios prestados en cinco prostíbulos andaluces por un total de 32.566 euros.
Según recoge la instrucción, uno de ellos es el Don Ángelo, donde pagó en una ocasión más de 14.000 euros en efectivo al no poder cargarlos a la tarjeta de la Faffe una noche de marzo de 2010: estaba limitada a pagos máximos de "3.000 euros" al día, ha explicado en el juicio.
La justicia sigue la pista a otras salidas de dinero público: El 20 de octubre de 2004 se pagaron 1.948 euros en el Club don Angelo y, dos meses después, otros 830 euros en el mismo club; el 17 y 18 de mayo de 2005, 1.691 euros en el Top Show de Sevilla; el 24 de mayo de 2005, 900 euros en el mismo establecimiento; el 8 de noviembre de 2005, 780 euros en el club La Casita de Sevilla; el 7 de abril de 2006, 1.120 euros en la Sala De Luxe de Córdoba; el 9 de abril de 2006, 270 euros en el mismo club.
Son parte de los pagos en clubes de alterne, pero hubo otros, como los 2.500 euros a cargo de la Faffe que se destinaron a un almuerzo en la Feria de Sevilla, y por los que también ha respondido en el juicio. Villén ha apuntado al respecto que, tras un año 2007 "infernal" de trabajo y un ejercicio 2008 en los mismos términos, dijo a Ana Valls que la plantilla de la entidad merecía "una distensión" en la Feria.
Ya con respecto a otras preguntas relativas a viajes, facturas o anticipos inexistentes supuestamente con Valls, ha dicho no tener detalles concretos o no recordarlos. La directora financiera de la Faffe, ha dicho, puede "responder mucho mejor" a esas cuestiones.
Y ha concluido subrayando su arrepentimiento. "He pedido excusas en varias ocasiones. Arrastro un deterioro de mis relaciones personales, sociales y familiares y toda una depresión. Siento un arrepentimiento muy grande", ha asegurado.