
El asesino José Bretón mientras escuchaba en julio de 2013 su condena
Bretón confiesa en un libro cómo asesinó a sus hijos: "Antes de poner los cuerpos en el fuego comprobé que no respiraban”
El cordobés cumple 40 años de cárcel por quemar a sus hijos en el patio de la casa de su familia tras saber que su mujer se quería separar de él.
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"Antes de poner los cuerpos en el fuego comprobé que no respiraban". Así confiesa José Bretón que mató a sus hijos en un libro que ha escrito Luisgé Martín titulado 'El odio' y donde recoge conversaciones con el cordobés, que cumple 40 años de prisión por la muerte de sus dos vástagos.
Bretón, se desprende del libro, mató a sus hijos -Ruth, de 6 años y José, de solo 2- por odio. La idea de acabar con sus vidas llegó en 2011. Ese año su mujer, Ruth Ortiz, le dijo que le abandonaba.
Sin embargo, el cordobés asegura que no acabó con la vida de los dos niños por venganza. Es más, indicó al escritor que estaba "de acuerdo" con la separación de su mujer.
Entonces, ¿cómo explica el asesinato que le ha llevado a la cárcel con una condena de 40 años de reclusión? "Me obsesionaba la idea de que se educaran al lado de la familia de mi mujer, que a mí me parecía una familia tóxica", indica el asesino.
Bretón desmiente que hiciese una investigación para matar a sus hijos. Sí que confiesa que quería que "murieran sin sufrimiento" y que "desaparecieran los cuerpos" porque, creía, "sin cadáveres no hay crimen".
Novelas policiacas
Bretón se muestra convencido de esa idea en el libro. "Está en cualquier novela policiaca", indica.
Con ese plan en la cabeza, usó medicamentos que tenía por casa. "Tenía los medicamentos y tenía la leña en la finca, solo tuve que comprar el gasóleo», indica.
Cabe recordar que Bretón mató a sus hijos y luego quemó los cuerpos. Lo hizo, además, de modo que desaparecieran casi todos los restos usando una placa metálica que generó tanto calor como un horno crematorio. Y lo hizo, además, en la casa que su familia tiene a las afueras de Córdoba capital.
"Disolví las pastillas machacadas en agua con azúcar y se la di para que bebieran. Antes de poner los cuerpos en el fuego comprobé que no respiraban, estaban ya muertos", señala Bretón, recordando el asesinato.
"Ni dolor ni miedo"
"No se enteraron de lo que iba a pasar. Confiaron en mí. No hubo miedo ni dolor ni ningún tipo de sufrimiento", se excusa, según el libro de Martín.
"Allí mismo, al pie de la hoguera, en cuanto los cuerpos empezaron a arder me dije: ¡Pero qué has hecho! ¡Qué has hecho! Ojalá hubiera podido dar marcha atrás en ese momento. Pero ya no había remedio. Creía que estaba protegiendo a mis hijos de un futuro terrible", añade Bretón.
El cordobés, cuyo crimen sobrecogió a España, indica que cuando su mujer le dejó llegó a llamar a una mujer con intención romántica. "Empecé a buscar a otra mujer, llamé a Conchi y estuve a punto de quedar con ella. A mí no me parecía mal el divorcio, pero me atormentaba esa incertidumbre, el hecho de no saber qué iba a pasar con mis hijos", insiste para justificar el asesinato doble de los dos niños.
Asegura, además, que acabó con la vida de sus hijos "por la impaciencia. Necesitaba que esa situación se acabara, que desaparecieran las dudas y la incertidumbre. Es como si se me hubiera metido un monstruo dentro de la cabeza que no me dejara dormir ni pensar en otra cosa. No podía encontrar soluciones. Y cada día era peor que el anterior".