Una fiesta de Halloween light o sin alcohol pudo haber acabado en tragedia este sábado por la noche en Sevilla. Trece menores han tenido que ser atendidos por desvanecimientos y crisis de ansiedad y dos de ellos han sido trasladados al hospital. La fiesta, en un local de la capital, fue desalojada a las nueve de la noche por la Policía Local: las puertas de emergencia estaban bloqueadas y no tenía ventilación ni aire acondicionado.
El mismo cuerpo policial ha instruido diligencias ante la Autoridad Judicial contra el organizador, un hombre de 42 años, en calidad de imputado no detenido. Se le acusa como responsable de la organización de la fiesta en la Sala Music Sevilla, en la zona de la Carretera Amarilla.
Los agentes de la Policía Local procedieron al desalojo de la fiesta y al posterior precinto del establecimiento donde se estaba desarrollando por "graves incumplimientos" en las medidas de seguridad.
La fiesta estaba convocada a las cinco y media de la tarde, pero según fuentes consultadas por EL ESPAÑOL, la primera acumulación de personas fue en el exterior, ya que la entrada de los menores al local se prolongó durante casi dos horas. La fecha de finalización estaba prevista a las diez de la noche, pero la Policía Local acudió antes del cierre de la Sala Music.
Según informa el Ayuntamiento de Sevilla: "Desde hace varias semanas la Policía Local viene rastreando las redes sociales para localizar convocatorias de fiestas de Halloween a celebrar durante este fin de semana. Una de las numerosas convocatorias detectadas en redes sociales, anunciaba un concierto en una fiesta, dirigida a menores de 14 a 17 años de edad, en una sala del Polígono Industrial Carretera Amarilla"
Sobre las 20:30 horas, se recibieron llamadas al 092 denunciando la saturación de personas en el interior de este local, de ahí que se destacaron al lugar más efectivos. A su llegada los agentes comprobaron cómo una chica de 14 años estaba siendo atendida por una ambulancia, siendo trasladada posteriormente a un hospital, por una crisis de ansiedad, mareos, pérdida de verticalidad y extremidades adormecidas.
Ante esta situación, los agentes retiraron las vallas y liberaron las salidas de emergencias, permitiendo la salida de los asistentes al exterior y solicitaron la ayuda de más ambulancias cuando encontraron a jóvenes caídos en el suelo que estaban siendo atendidos por otros menores. Todos presentaban la piel enrojecida, fatigados, con exceso de sudoración y mareos, y se quejaban a los agentes de la falta de agua para su hidratación.
Los agentes comprobaron la sensación de ausencia de aire y calor que estaban soportando los asistentes que producía náuseas y agotamiento. "Como en el interior de una sauna", reconocieron los agentes, que pudieron verificar cómo en los aseos no había agua en los grifos.
Respecto a los menores afectados, los agentes contactaron con las familias para informar "de los derechos que les asisten como personas perjudicadas víctimas de delito", indican desde la Policía Local de Sevilla. No se descarta la existencia de más afectados que fuesen trasladados por sus propios medios a centros médicos. La investigación continúa abierta para esclarecer los extremos de interés para las diligencias en curso.