Valencia

El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, exhibió este lunes un gran optimismo en el Debate de Política General de la autonomía. En plena pandemia, con un sistema de financiación que maltrata a la región y sin la certeza de que Pedro Sánchez vaya a sacar adelante unos presupuestos que corrijan la infrainversión en el territorio, el socialista valenciano prometió un gasto de 21.100 millones de euros en un total de 410 proyectos entre 2021 y 2027.

Del total, Puig avanzó más de 30 iniciativas, entre las que destacan proyectos llamativos como la creación de la ‘UME Valenciana’, dos líneas de metro y tranvía en Alicante y Valencia o la creación de tres nuevos juzgados -uno por provincia-. 

La ‘UME valenciana’ anunciada por el presidente se llamará Unidad Valenciana de Emergencias (UVE). “Estará formada por un millar de efectivos con capacidad técnica y logística; profesionales dotados de la versatilidad propia de los bomberos forestales, un cuerpo primordial en la pandemia”, explicó el presidente.

“Serán especialistas preparados para intervenir frente a cualquier tipo de catástrofe y en cualquier punto del territorio valenciano: incendios forestales, inundaciones o emergencias como la que estamos viviendo”, agregó Puig.

Por lo que respecta a la inversión ferroviaria, manifestó “la voluntad de la Generalitat de impulsar dos nuevas líneas”. “En la red de Metrovalencia, una nueva línea que conectará el Hospital de La Fe con la estación de Alicante pasando por el barrio de Malilla. Y en el TRAM de Alicante, una nueva línea que enlazará el Hospital de Sant Joan con la ciudad de Alicante. El presupuesto conjunto es de 640 millones”, indicó.

En cuanto a la inversión en justicia, argumentó que “para recuperar el tiempo perdido y paliar el atasco, la Comunidad Valenciana dispondrá a finales de este año de 3 nuevos juzgados –uno por provincia– para asuntos relacionados con la pandemia”, y también que “tendrá más funcionarios en los juzgados”.

‘Ximoanuncios’

Y hubo muchas más propuestas, algunas de ellas por cantidades mareantes, tales como un "plan de construcción, ampliación y reforma de centros sanitarios de atención primaria y hospitales" (874 millones de euros); el "proyecto Integral para salvar la Albufera" (240 millones); o la "intervención integral en la gestión de aguas residuales" con el objetivo de reutilizar el 100% de las fecales (1.229 millones).

También lanzó proyectos muy específicos como la "Estrategia Valenciana del Hidrógeno Verde para la descarbonización de la industria termointensiva" (de 267 millones de euros y centrado en industria del azulejo); la "creación de un polo económico en la zona de actuaciones complementarias del aeropuerto de Castellón" (105 millones); o el "impulso de la gigafactoría de baterías de litio del sur de Europa en la Comunitat Valenciana" (por 10 millones de euros).

Ximo Puig, durante su discurso en el debate. EE

Pocos, o tal vez nadie, esperaba una ofensiva de gasto tan abultada. La oposición, sin entrar a valorar propuestas concretas, lo enmarcó en la colección de “ximoanuncios que no se cumplen”, tal y como replicó la portavoz del PP, Isabel Bonig.

El síndic de Ciudadanos, Toni Cantó, fue quizá el más incisivo al respecto, reprochándole que presente tamaños proyectos “dándolos por hechos”. “¿Cómo piensa pagar esto señor Puig, si tiene que conseguir que Sánchez le apruebe un gasto tan grande y Sánchez tiene obtenerlo de Europa?”, le inquirió. El presidente reconoció entonces que “claro que hay que lograrlo de Europa”, si bien subrayó que “habrá que presentar proyectos para poder acceder a los fondos”.

Giro centrista

En el ámbito político, la intervención de Puig fue la constatación de que el presidente tiene ahora como hoja de ruta esencial para sus políticas el acuerdo Alcem-nos pactado con sus socios de gobierno pero también con PP y Cs. Tal circunstancia irrita a Compromís y Unides Podem, defensores de que la pauta la siga marcando el acuerdo de izquierdas de la legislatura, el Pacte del Botànic 2.

Cantó hurgó en la herida al recordar que Puig “no pronunció ni una sola vez la palabra Botànic” en la hora y 22 minutos que duró su discurso inicial -realmente sí lo hizo, pero solo dos veces-. Y Puig reconoció que no fue un asunto casual. “No tendría ningún sentido haber pactado los acuerdos de Alcem-nos y ahora no concretarlos en las decisiones que nos aguardan”, manifestó.

Pese a este giro centrista, Puig se encontró con un discurso ácido por parte de Toni Cantó, que estuvo más duro que Isabel Bonig -quien le invitó a ignorar a sus socios de Gobierno y le tendió la mano para pactar con el PP los presupuestos autonómicos-.

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