Nuevo contratiempo para el maltrecho negocio de los bares y restaurantes valencianos. Además del agujero en la caja provocado por la pandemia, se enfrentan ahora a la pérdida de los ingresos que reciben por las máquinas tragaperras.
¿La razón? El Gobierno Valenciano aprobó el pasado 23 de diciembre una nueva restricción con el objetivo de frenar el contagio de la Covid-19. Desde ese día está prohibido en sus establecimientos el uso de “las máquinas recreativas, de azar o de juego con o sin premio, las máquinas de apuestas deportivas ni los juegos de mesa, billares, dardos, futbolines o similares”.
“Nos quitan un ingreso vital”, lamentan al respecto fuentes de SOS Hostelería. La plataforma advierte de que “las máquinas de juego representan un importe crucial en muchísimas ocasiones, que permite a un buen número de bares y restaurantes hacer frente a costes fijos como el alquiler del local”.
La determinación con la que la Generalitat Valenciana ha vetado su uso ha causado una gran sorpresa en el colectivo, que subraya que “el juego es una actividad individual que no interfiere en las restricciones de aforo aplicadas a la hostelería”.
El Ejecutivo de Ximo Puig introdujo este veto mediante una corrección de errores el 17 de diciembre, pero ésta fue anulada el día 22 por la sección cuarta de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justícia de la Comunitat Valenciana. Ante tal rechazo judicial, redactó de nuevo la norma para implementar la prohibición mediante una nueva resolución. No tardó ni un día en aprobarla de nuevo. Lo hizo la víspera de Nochebuena.
“La solución en materia de higiene habría sido tan sencilla como exigir la desinfección de la máquina cada vez que ha sido utilizada por un cliente, que es lo que estaban haciendo los negocios”, argumenta SOS Hostelería, y agrega que “la Generalitat no acredita con ningún tipo de dato que se estén produciendo contagios por su uso”.
"Es oportuno"
En concreto, el Gobierno valenciano se limita a explicar en su resolución que “es conveniente en la actual crisis sanitaria establecer medidas adicionales de control para la prevención de la propagación del SARS-CoV-2”. “Es oportuno que, en el ámbito de la restauración y hostelería, las medidas se extiendan a todo tipo de actividad entorno a los juegos de azar”, indica la nueva norma.
La plataforma, por contra, considera “incoherente” que tal restricción se incorpore ahora, “después de meses en los que han podido usarse sin problema alguno una vez que pudieron volver los clientes al interior de los establecimientos”.
“Se ha aprovechado la Covid para atacar el juego en los bares, para ir más allá de la recién aprobada Ley del Juego, en la que no se llegó a prohibir el uso de las máquinas Tipo B ya instaladas. Todo mientras sí pueden producirse colas para comprar boletos de lotería en las administraciones o en los puestos de venta de la Once”, compara SOS Hostelería.
Como en muchas otras autonomías, la Comunidad Valenciana ha impuesto importantes restricciones en los bares y restaurantes con el objetivo de contener la expansión del virus, tales como un máximo de seis comensales por mesa, la prohibición del servicio en la barra o una distancia mínima de dos metros entre las distintas mesas.
A estas restricciones ahora se suma la prohibición del uso de las máquinas tragaperras, una actividad individual que, al menos sobre el papel, parece menos peligrosa que las comida o cenas de varios comensales sin mascarilla en la misma mesa permitidas en todo el territorio valenciano.