El presidente de la Generalitat, el socialista Ximo Puig, se reunió este miércoles con su compañera de partido y presidenta de Baleares, Francina Armengol, para pedir una desescalada "lenta" que permita asegurar la temporada turística de verano, según ha informado Europa Press en un comunicado.
No es la primera vez que Puig se reúne en los últimos meses con un presidente del entorno de la "Commonwealth mediterránea", una idea que el propio jefe del Consell lanzó el pasado mes de diciembre en un viaje a Barcelona como contrapeso al poder económico de Madrid.
Allí se vio con Pere Aragonés y ambos rechazaron el, a su juicio, 'dumping' fiscal que se produce por el "efecto aspiradora" de la capital de España.
La propia Armengol se sumó de forma entusiasta a la propuesta de Puig en su discurso del Día de la Constitución, en el que tildó de "gran acierto" la idea de su homólogo valenciano de establecer una estrategia común para "reequilibrar un Estado que se apuntala en el centro y tiene que bascular más hacia la periferia".
De hecho, una de las decisiones que se tomó en la reunión de este miércoles es la de celebrar una cumbre en verano entre las dos autonomías para fijar posicionamientos conjuntos en temas que les afectan directamente, como el turismo o la financiación autonómica.
El encuentro entre Puig y Armengol en el Palau de la Generalitat se produce además dos días después de que el jefe del Consell valenciano declinase la invitación de otros dos presidentes autonómicos, Fernando López Miras (Murcia) y Moreno Bonilla (Andalucía), para hacer un frente común en defensa del trasvase Tajo-Segura, que el Gobierno pretende recortar.
En concreto, el entorno del presidente valenciano alegó "problemas de agenda", en referencia al poco tiempo entre la invitación (el viernes) y la reunión (el lunes), para días más tarde criticar la naturaleza del encuentro y calificarlo directamente de "aquelarre".
"El agua no puede ser motivo de confrontación ni enfrentamiento. No vamos a participar en ningún aquelarre", indicó, al tiempo que recordó "las guerras del agua sin ningún resultado". "El trasvase a día de hoy es irrenunciable", insistió, pero hay que hacerlo "desde una visión moderna y atendiendo a todos los intereses".
"La demagogia, venga de donde venga, la confrontación o el identitarismo, no es el camino adecuado", explicó, por lo que rechazó entrar en nada que "propicie el enfrentamiento desde el partidismo". Los presidentes murciano y andaluz firmaron sin la Comunidad Valenciana el manifiesto.
Este vacío institucional fue aprovechado este miércoles por el presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, quien suscribió una declaración con Murcia y Andalucía en defensa del trasvase y criticó la posición de Puig por no defender "los intereses comunes de los alicantinos y de los valencianos".
Restricciones
Respecto al encuentro con Armengol, la presidenta balear reclamó al Gobierno "una fórmula jurídica para garantizar que los presidentes autonómicos puedan autorizar el toque de queda" tras el fin del estado de alarma.
Por su parte, Puig abogó por "acompasar una desescalada prudente con la realidad epidemiológica" del momento. Al respecto, recalcó en que tras el 9 de mayo se puedan superar "algunas de las restricciones de perimetración", aunque ha recalcado que la Abogacía de la Generalitat "estudia toda la casuística para tomar decisiones".
Asimismo, Puig confirmó que en la reunión de este jueves de la Comisión interdepartamental se analizará el "efecto Pascua, que ha habido, pero muy bajo" ya que este miércoles la IA estaba en 40 casos por cada 100.00 habitantes, por lo que habrá "avances" en las restricciones pero "ningún tipo de alzamiento excesivo".